Silenciar, descalificar y política del terror

25/09/2007
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  • Opinión
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Durante los últimos setenta años Costa Rica ha logrado crear un país solidario.

Instituciones como la Caja Costarricense de Seguro Social, que con el criterio, de pague según sus posibilidades y disfrute según sus necesidades, ha traído paz; todos los habitantes sabemos que tenemos garantizado el acceso a los servicios de salud. Teniendo índices de salud iguales o superiores que los países desarrollados.

El ICE, lleva luz y teléfonos a los últimos rincones del país, los servicios rentables, subvencionan la electrificación y telefonía rural.

Acueductos y Alcantarillados permite que el 96% de los hogares reciban agua de cañería.

El TLC, tal como fue negociado, no tiene rostro social.

No desaparecerían nuestras instituciones, pero las debilitaría sustancialmente, haciéndolas perder su capacidad de brindar servicios de interés social.

Decir que si no nos conviene podríamos salirnos, es una falacia. Traería millonarias demandas de las transnacionales que con la asimetría económica, no podríamos afrontar.

Si fuese aprobado sería un pésimo matrimonio, que ni siquiera es "hasta que la muerte nos separe"; después de morir, lo heredarán nuestros nietos y los nietos de nuestros nietos.

La Jerarquía de la Iglesia y los sacerdotes, como pastores, tienen no solo derecho, sino la obligación de orientar a los files, en su conducta temporal. Ejemplares han sido Monseñor Bernardo Augusto Thiel con su carta pastoral "Justo Salario", Monseñor Víctor Manuel Sanabria Martínez con el liderazgo que ejerció en la promulgación de la legislación social y ahora Monseñor Ignacio Trejos Picado.

El señor Presidente de la República, después de instruir ampliamente al Papa sobre teología de la anticoncepción, le pidió silenciar a las autoridades eclesiásticas de nuestro país.

Se pretende silenciar la voz de la inteligencia, atentando contra la autonomía universitaria,

Contra la libertad individual de todos los maestros, se les niega la libre expresión de sus ideas.

Con absoluto neomacartismo, califican de comunista a los ex presidentes de la República, sacerdotes, académicos, estudiantes, trabajadores, campesinos, indígenas, ambientalistas y ciudadanos en general, que osen ejercer de la libertad de expresión, para argumentar contra el TLC.

Se atreven a negar que un respetable sector del partido Liberación Nacional, que incluye, nada menos que al Señor Expresidente Luis Alberto Monge Álvarez y los Señores ex candidatos a la Presidencia de la República José Miguel Corrales Bolaños y Rolando Araya Monge, han expresado su oposición al mal negociado TLC.

Las empresas transnacionales tienen atemorizados a sus empleados.

Rayando en lo inconcebible, usar como arma política el miedo. Terrorismo de Estado.

- Hernán Collado es médico
https://www.alainet.org/es/articulo/123432?language=en

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