Asamblea General
Las verdades que se escucharon en la ONU
07/10/2007
- Opinión
En la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas que se está desarrollando en la sede de esa entidad en Nueva York se dijeron muchas verdades en la etapa correspondiente a las intervenciones de los presidentes de los distintos países, las que ponen de relieve tanto la necesidad de reestructurarla como las dificultades que enfrenta el proceso que habría que iniciar para lograrlo. Talvez lo más descriptivo de la situación sea lo planteado por el presidente nicaragüense Daniel Ortega al recordar que dieciocho años atrás, también como presidente de su país, había estado en otra Asamblea y ahora, al escuchar a George Bush ”no encuentro-dijo-ninguna diferencia entre lo que era el pensamiento, la palabra, la acción de quienes estaban al frente de esta potencia imperial, con el discurso que he escuchado esta mañana”.
Y así es, razón por la cual podría pensarse que todo lo que cuestionaron numerosos mandatarios no pasará de ser un ejercicio retórico. Sin embargo, están sucediendo muchas cosas en forma paralela, que fijan una enorme responsabilidad sobre los sectores políticos que hablan del cambio, en especial aquellos que no traducen las palabras en acción, y sobre los sectores populares que son los que tienen que impulsarlo. De ahí que sea tan importante, en todas partes, el rol que juegan los medios de comunicación e información.
EL EJEMPLO DE MYANMAR
Los fuegos los inició el mandatario estadunidense en un intento de juzgar a los gobiernos que no concuerdan o no se someten a sus dictados. Pero en esta oportunidad hubo algo nuevo, atacó duramente al régimen militar que gobierna en Myanmar, país más conocido como Birmania, por sus violaciones a los derechos humanos. Efectivamente se violan allí esos derechos, pero desde hace 45 años y no se había escuchado a un mandatario estadunidense referirse así al tema y anunciar toda clase de sanciones. Y es que en la obsesión petrolera de Bush ahora necesita meterse en Myanmar y nada mejor que un pretexto “democratizador” en el que lo acompaña su nuevo socio, el presidente francés Nicolas Sarkozy.
En relacion a Myanmar, que además de tener petróleo y gas limita con India y China, dos de las nuevas amenazas al poderío estadunidense, se está desarrollando en Bélgica un juicio contra la empresa francesa Total, que asociada con la estadunidense Chevron explotan la riqueza petrolera birmana y están acusadas de haber dado apoyo logístico y financiero al régimen, el que a su vez recurrió al trabajo forzado en la construcción de un gasoducto en sociedad con esas empresas. La querella se pudo presentar porque en Bélgica existía la “ley de competencia universal” que permitía que los tribunales belgas juzgaran a extranjeros acusados de crímenes de guerra o de lesa humanidad. Por presiones de los que se sentían afectados por esa ley. en particular Estados Unidos, se hicieron modificaciones para limitar sus alcances y la denuncia presentada por cuatro refugiados birmanos fue rechazada, pero ahora que uno de ellos obtuvo la nacionalidad belga, el proceso se reabre.
Esto es lo que motivó las palabras de Bush, recuérdese que su secretaria de Estado Condoleeza Rice fue alta ejecutiva de la Chevron-Texaco. Sarkozy, por su parte, le ha pedido a Total que pare sus negocios en Myanmar, pero la empresa seguirá allí y ni Estados Unidos ni Francia pueden tener la certeza de un resultado afín a sus intereses, aún cuando hayan estimulado las manifestaciones de protesta, porque es China el país con mayor influencia en Myanmar. Y para completar el cuadro, hay que recordar que Total es una de las empresas petroleras nacionalizadas en Bolivia.
DICHOS PRESIDENCIALES
El mandatario estadunidense llegó al podio de la ONU como el jefe de un imperio basado en la fuerza que se está desmoronando y lanzó amenazas, pero nunca habló con la verdad. En esta páginas dijimos hace algunas semanas que Estados Unidos no se iría de Irak y ahora resulta que está afinando un plan para firmar un pacto con el gobierno iraquí, dependiente de Washington, para seguir ocupando ese país cuando se vayan las tropas de la llamada coalición. A eso, que era de interés general, no se refirió, como así tampoco a sus reales objetivos en Myanmar.
Lo que seguramente no esperó fueron las respuestas a sus bravuconadas. El Presidente boliviano Evo Norales, dio cuenta de los resultados de la nacionalización petrolera:los ingresos el país subieron de 300 millones de dólares anuales a más de dos mil millones y seguirán subiendo. Anunció la descolonización interna y externa de su país, no más recetas del Fondo Monetario y el Banco Mundial y ya los embajadores estadunidenses no cambian ni nombran ministros de Estado.
El presidente ecuatoriano Rafael Correa criticó los llamados Objetivos del Milenio, que buscan paliar la pobreza, porque “tener la meta de vivir con un dólar más un centavo al día para, supuestamente, superar la pobreza extrema o evitar morir prematuramente no significa llevar una vida digna” y descalificó a los que persiguiendo la máxima rentabilidad promueven la libre circulación de mercancías y capitales y penalizan la libre circulación de personas que buscan un trabajo digno. Los presidentes centroamericanos también criticaron la situación de los migrantes.
El canciller cubano Felipe Pérez Roque denunció las desigualdades en nombre de los Países No Alineados, a los que preside y reclamó”Un Consejo de Seguridad con una membresía ampliada, a tono con la composición actual de la ONU, donde los países subdesarrollados somos mayoría”. Hablando en nombre de su país, Pérez Roque dio durísima respuesta a Bush y a las frases que más se han reproducido cabe agregar su conclusión”El presidente Bush no tiene autoridad moral ni credibilidad para juzgar a nadie. Debería responder ante el mundo por sus crímenes”.
Para que no se piense que sólo los presidentes izquierdistas o sus representantes fueron críticos de Estados Unidos y los países desarrollados, cabe destacar que el presidente de Paraguay, Nicanor Duarte, del Partido Colorado, el mismo del ex dictador Alfredo Stroessner, anunció que esa colectividad asumía el “socialismo humanista” como ideología y así esperaba seguir gobernando 50 años más, lleva 53 en el poder, pero a Washington eso no le inquieta, le preocuparía si los próximos comicios los gana el ex obispo Lugo, como sugieren las encuestas.
El brasileño Lula dijo al regresar de la ONU que le había dicho a Bush y a su gobierno que “Estados Unidos debe entender que la guerra fría terminó” y cambiar su política hacia América Latina. Y terminemos este recuento con el presidente iraní Mahmoud Ahmadineyhad, a quien presentaron como el villano invitado en la Universidad de Columbia y le respondió al rector diciendo que su texto era”un insulto al conocimiento” del auditorio. Tras declarar en la ONU cerrada la polémica sobre los programas de energía nuclear de su país, se fue a Bolivia y Venezuela, donde suscribió millonarios convenios con ambas naciones. Hay que agregar que la brasileña Petrobras tiene inversiones en Irán y seguirá allí según ha declarado Lula.
¿Estamos en los prolegómenos de una real medición de fuerzas entre el norte europeo-estadunidense rico y el resto de los países, pobres pero dueños de la riqueza?
Y así es, razón por la cual podría pensarse que todo lo que cuestionaron numerosos mandatarios no pasará de ser un ejercicio retórico. Sin embargo, están sucediendo muchas cosas en forma paralela, que fijan una enorme responsabilidad sobre los sectores políticos que hablan del cambio, en especial aquellos que no traducen las palabras en acción, y sobre los sectores populares que son los que tienen que impulsarlo. De ahí que sea tan importante, en todas partes, el rol que juegan los medios de comunicación e información.
EL EJEMPLO DE MYANMAR
Los fuegos los inició el mandatario estadunidense en un intento de juzgar a los gobiernos que no concuerdan o no se someten a sus dictados. Pero en esta oportunidad hubo algo nuevo, atacó duramente al régimen militar que gobierna en Myanmar, país más conocido como Birmania, por sus violaciones a los derechos humanos. Efectivamente se violan allí esos derechos, pero desde hace 45 años y no se había escuchado a un mandatario estadunidense referirse así al tema y anunciar toda clase de sanciones. Y es que en la obsesión petrolera de Bush ahora necesita meterse en Myanmar y nada mejor que un pretexto “democratizador” en el que lo acompaña su nuevo socio, el presidente francés Nicolas Sarkozy.
En relacion a Myanmar, que además de tener petróleo y gas limita con India y China, dos de las nuevas amenazas al poderío estadunidense, se está desarrollando en Bélgica un juicio contra la empresa francesa Total, que asociada con la estadunidense Chevron explotan la riqueza petrolera birmana y están acusadas de haber dado apoyo logístico y financiero al régimen, el que a su vez recurrió al trabajo forzado en la construcción de un gasoducto en sociedad con esas empresas. La querella se pudo presentar porque en Bélgica existía la “ley de competencia universal” que permitía que los tribunales belgas juzgaran a extranjeros acusados de crímenes de guerra o de lesa humanidad. Por presiones de los que se sentían afectados por esa ley. en particular Estados Unidos, se hicieron modificaciones para limitar sus alcances y la denuncia presentada por cuatro refugiados birmanos fue rechazada, pero ahora que uno de ellos obtuvo la nacionalidad belga, el proceso se reabre.
Esto es lo que motivó las palabras de Bush, recuérdese que su secretaria de Estado Condoleeza Rice fue alta ejecutiva de la Chevron-Texaco. Sarkozy, por su parte, le ha pedido a Total que pare sus negocios en Myanmar, pero la empresa seguirá allí y ni Estados Unidos ni Francia pueden tener la certeza de un resultado afín a sus intereses, aún cuando hayan estimulado las manifestaciones de protesta, porque es China el país con mayor influencia en Myanmar. Y para completar el cuadro, hay que recordar que Total es una de las empresas petroleras nacionalizadas en Bolivia.
DICHOS PRESIDENCIALES
El mandatario estadunidense llegó al podio de la ONU como el jefe de un imperio basado en la fuerza que se está desmoronando y lanzó amenazas, pero nunca habló con la verdad. En esta páginas dijimos hace algunas semanas que Estados Unidos no se iría de Irak y ahora resulta que está afinando un plan para firmar un pacto con el gobierno iraquí, dependiente de Washington, para seguir ocupando ese país cuando se vayan las tropas de la llamada coalición. A eso, que era de interés general, no se refirió, como así tampoco a sus reales objetivos en Myanmar.
Lo que seguramente no esperó fueron las respuestas a sus bravuconadas. El Presidente boliviano Evo Norales, dio cuenta de los resultados de la nacionalización petrolera:los ingresos el país subieron de 300 millones de dólares anuales a más de dos mil millones y seguirán subiendo. Anunció la descolonización interna y externa de su país, no más recetas del Fondo Monetario y el Banco Mundial y ya los embajadores estadunidenses no cambian ni nombran ministros de Estado.
El presidente ecuatoriano Rafael Correa criticó los llamados Objetivos del Milenio, que buscan paliar la pobreza, porque “tener la meta de vivir con un dólar más un centavo al día para, supuestamente, superar la pobreza extrema o evitar morir prematuramente no significa llevar una vida digna” y descalificó a los que persiguiendo la máxima rentabilidad promueven la libre circulación de mercancías y capitales y penalizan la libre circulación de personas que buscan un trabajo digno. Los presidentes centroamericanos también criticaron la situación de los migrantes.
El canciller cubano Felipe Pérez Roque denunció las desigualdades en nombre de los Países No Alineados, a los que preside y reclamó”Un Consejo de Seguridad con una membresía ampliada, a tono con la composición actual de la ONU, donde los países subdesarrollados somos mayoría”. Hablando en nombre de su país, Pérez Roque dio durísima respuesta a Bush y a las frases que más se han reproducido cabe agregar su conclusión”El presidente Bush no tiene autoridad moral ni credibilidad para juzgar a nadie. Debería responder ante el mundo por sus crímenes”.
Para que no se piense que sólo los presidentes izquierdistas o sus representantes fueron críticos de Estados Unidos y los países desarrollados, cabe destacar que el presidente de Paraguay, Nicanor Duarte, del Partido Colorado, el mismo del ex dictador Alfredo Stroessner, anunció que esa colectividad asumía el “socialismo humanista” como ideología y así esperaba seguir gobernando 50 años más, lleva 53 en el poder, pero a Washington eso no le inquieta, le preocuparía si los próximos comicios los gana el ex obispo Lugo, como sugieren las encuestas.
El brasileño Lula dijo al regresar de la ONU que le había dicho a Bush y a su gobierno que “Estados Unidos debe entender que la guerra fría terminó” y cambiar su política hacia América Latina. Y terminemos este recuento con el presidente iraní Mahmoud Ahmadineyhad, a quien presentaron como el villano invitado en la Universidad de Columbia y le respondió al rector diciendo que su texto era”un insulto al conocimiento” del auditorio. Tras declarar en la ONU cerrada la polémica sobre los programas de energía nuclear de su país, se fue a Bolivia y Venezuela, donde suscribió millonarios convenios con ambas naciones. Hay que agregar que la brasileña Petrobras tiene inversiones en Irán y seguirá allí según ha declarado Lula.
¿Estamos en los prolegómenos de una real medición de fuerzas entre el norte europeo-estadunidense rico y el resto de los países, pobres pero dueños de la riqueza?
https://www.alainet.org/es/articulo/123616?language=en
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