Promoción del Parto Natural
10/10/2007
- Opinión
El Ministerio de Sanidad español promoverá el parto natural por creer injustificado el alto número de cesáreas, y la consiguiente hospitalización, ocupando habitaciones y servicios necesarios para otras situaciones más apremiantes. El parto no es una enfermedad “que sobreviene” y por lo tanto ha de prepararse durante todo el embarazo para que el alumbramiento sea lo más natural posible, dentro de los conocimientos y las ayudas de las actuales tecnologías.
Desde hace años se ha incrementado la práctica de cesáreas de forma alarmante e innecesaria. Una técnica agresiva para la madre que tiene que sufrir una recuperación traumática y muy costosa para la Sanidad en general. Sin contar las complicaciones que pueden surgir cuando haya nuevos partos.
En gran parte, esta moda obedece a la filosofía de hedonismo y de no saber afrontar de forma sensata los desafíos que presenta la vida. Igual que se ha extendido el absurdo de que “ser joven” es grandioso y vemos a personas mayores que renunciando a sus auténticas cualidades y a los valores propios de su edad, tratan de disfrazarse con ropas, lenguajes y talantes que no les corresponden.
España tiene una de las tasas de mortalidad infantil más bajas del mundo, pero en el momento de dar a luz se han impuesto una serie de prácticas médicas que lo hacen frío e incómodo. En el caso de las cesáreas, las autoridades sanitarias no vacilan en calificarlas como “cesáreas abusivas” puesto que en España se duplica la cifra del 10% recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Lo mismo se diga de rasurados innecesarios, posturas incómodas para la mujer o episiotomías dobles excesivas que hacen que las futuras madres den a luz en un ambiente “poco amigable” y, muchas veces, sin intimidad, afirmó el ministro de Sanidad español, Bernat Soria, tras una reunión con las autoridades sanitarias de todas las comunidades autónomas.
Por eso, una de las iniciativas aprobadas fue la puesta en marcha de una Estrategia de Atención al Parto Normal. Cada comunidad se compromete a trabajar para que, sin perder la seguridad sanitaria, sea la mujer la que tenga la última palabra en el proceso, evitando el parto intervenido sin justificación. Eso no quiere decir tener el parto en casa, sino poner los medios para que los centros de atención a las embarazadas tengan en cuenta otros aspectos: respeto a la voluntad e intimidad de la mujer y su comodidad.
El nacimiento de un hijo comienza mucho antes del parto, de ahí la necesaria preparación, control médico, alimentación y vida sana, de los padres y del resto de la unidad familiar. La paternidad y la maternidad responsables no terminan con la decisión de engendrar un hijo. Ni el alumbramiento puede confundirse con el tratamiento de una enfermedad, si esta no existe. Ha de ser tratado con la mayor naturalidad posible y con los cuidados sanitarios necesarios.
Felizmente, asistimos a una extensión de los cuidados médicos a toda la población española y a todos los residentes en nuestro país con el número indispensable de requisitos formales. La atención sanitaria plena es uno de los pilares del Estado de Bienestar, como lo son las pensiones para todas las personas mayores con independencia de que hayan cotizado o no por haber ejercido un trabajo remunerado, como lo ha sido la educación pública, obligatoria y gratuita para todos los niños que vivan en España y sus comunidades. Se han aprobado la Ley de Igualdad plena entre hombres y mujeres, así como la de la Ley de Dependencia para ayudar a las personas dependientes por discapacidades y a los familiares o personas que les ayudan. De esta forma, se ha consolidado el “cuarto pilar” del Estado de Bienestar.
También se ha aprobado la ley por la que todos los niños reciban atención buco dental. El año próximo esta prestación se ofrecerá a los 800.000 niños que tienen entre 7 y 8 años. Cada año se incorporarán los que cumplan esa edad, para que dentro de siete años tengan este servicio todos los que tengan entre 7 y 15. El plan incluye limpiezas, extracciones y empastes, y será sufragado a medias por las comunidades autónomas y por el Ministerio de Sanidad.
Estas son las políticas que interesan a los ciudadanos y no las reyertas y descalificaciones ad hominem entre los políticos y en los medios de comunicación cada vez más ideologizados.
José Carlos García Fajardo
Profesor Emérito de la Universidad Complutense de Madrid (UCM)
Director del CCS
Fuente: Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS), España.
Desde hace años se ha incrementado la práctica de cesáreas de forma alarmante e innecesaria. Una técnica agresiva para la madre que tiene que sufrir una recuperación traumática y muy costosa para la Sanidad en general. Sin contar las complicaciones que pueden surgir cuando haya nuevos partos.
En gran parte, esta moda obedece a la filosofía de hedonismo y de no saber afrontar de forma sensata los desafíos que presenta la vida. Igual que se ha extendido el absurdo de que “ser joven” es grandioso y vemos a personas mayores que renunciando a sus auténticas cualidades y a los valores propios de su edad, tratan de disfrazarse con ropas, lenguajes y talantes que no les corresponden.
España tiene una de las tasas de mortalidad infantil más bajas del mundo, pero en el momento de dar a luz se han impuesto una serie de prácticas médicas que lo hacen frío e incómodo. En el caso de las cesáreas, las autoridades sanitarias no vacilan en calificarlas como “cesáreas abusivas” puesto que en España se duplica la cifra del 10% recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Lo mismo se diga de rasurados innecesarios, posturas incómodas para la mujer o episiotomías dobles excesivas que hacen que las futuras madres den a luz en un ambiente “poco amigable” y, muchas veces, sin intimidad, afirmó el ministro de Sanidad español, Bernat Soria, tras una reunión con las autoridades sanitarias de todas las comunidades autónomas.
Por eso, una de las iniciativas aprobadas fue la puesta en marcha de una Estrategia de Atención al Parto Normal. Cada comunidad se compromete a trabajar para que, sin perder la seguridad sanitaria, sea la mujer la que tenga la última palabra en el proceso, evitando el parto intervenido sin justificación. Eso no quiere decir tener el parto en casa, sino poner los medios para que los centros de atención a las embarazadas tengan en cuenta otros aspectos: respeto a la voluntad e intimidad de la mujer y su comodidad.
El nacimiento de un hijo comienza mucho antes del parto, de ahí la necesaria preparación, control médico, alimentación y vida sana, de los padres y del resto de la unidad familiar. La paternidad y la maternidad responsables no terminan con la decisión de engendrar un hijo. Ni el alumbramiento puede confundirse con el tratamiento de una enfermedad, si esta no existe. Ha de ser tratado con la mayor naturalidad posible y con los cuidados sanitarios necesarios.
Felizmente, asistimos a una extensión de los cuidados médicos a toda la población española y a todos los residentes en nuestro país con el número indispensable de requisitos formales. La atención sanitaria plena es uno de los pilares del Estado de Bienestar, como lo son las pensiones para todas las personas mayores con independencia de que hayan cotizado o no por haber ejercido un trabajo remunerado, como lo ha sido la educación pública, obligatoria y gratuita para todos los niños que vivan en España y sus comunidades. Se han aprobado la Ley de Igualdad plena entre hombres y mujeres, así como la de la Ley de Dependencia para ayudar a las personas dependientes por discapacidades y a los familiares o personas que les ayudan. De esta forma, se ha consolidado el “cuarto pilar” del Estado de Bienestar.
También se ha aprobado la ley por la que todos los niños reciban atención buco dental. El año próximo esta prestación se ofrecerá a los 800.000 niños que tienen entre 7 y 8 años. Cada año se incorporarán los que cumplan esa edad, para que dentro de siete años tengan este servicio todos los que tengan entre 7 y 15. El plan incluye limpiezas, extracciones y empastes, y será sufragado a medias por las comunidades autónomas y por el Ministerio de Sanidad.
Estas son las políticas que interesan a los ciudadanos y no las reyertas y descalificaciones ad hominem entre los políticos y en los medios de comunicación cada vez más ideologizados.
José Carlos García Fajardo
Profesor Emérito de la Universidad Complutense de Madrid (UCM)
Director del CCS
Fuente: Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS), España.
https://www.alainet.org/es/articulo/123694
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