Mente-Sociedad-Lenguaje. Un arribo sociológico

14/10/2007
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  • Opinión
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Lo ‘medial’, es decir lo inmediato de cada comunicación espiritual,
es el problema fundamental de la teoría lingüística,
y si se quiere llamar mágica a esta inmediatez,
 el problema originario de la lengua es su magia.
La fórmula bien conocida de la magia del lenguaje envía a otro: a su infinidad
Benjamin, Walter. Sobre el lenguaje en general y sobre el lenguaje de los hombres


Resumen

En este ensayo, nos ocuparemos de las mediaciones-determinaciones entre la mente, la sociedad y el lenguaje. Iniciando la discusión alrededor de la Filosofía de la Mente, y a través de Vigotsky dar cuenta de los alcances sociológicos de esta relación triedrica; poniendo esmero en la construcción semiótica de la conciencia. Mediación-determinación  eminentemente social.

Apertura

Dentro del área de conocimiento de la Filosofía de la mente concurren varias corrientes investigativas cuyos modelos dan cuenta de procesos descriptivos y/o explicativos sobre la emergencia y carácter de la mente, su relación con el cuerpo, su deslinde del mismo, etc. Propuestas emergentes, neurofisiológicas, cognitivas, fenomenológicas, etc.[1] Sin embargo, los modelos han dejado restringido su enfoque respecto de la relación mente-sociedad,  lenguaje-sociedad, y menos de un modelo tridimensional: Mente-Lenguaje-Sociedad.

En términos sociológicos la mente individual resulta del proceso de socialización (primaria y secundaria), es decir, la interacción “objetual” con otros seres humanos quienes colectivamente han generado un acervo histórico de conocimientos que son transmitidos a los nuevos miembros de la comunidad humana. Esta transacción se logra gracias a una economía simbólica que mediante signos lingüísticos (en su mayoría) transfiere la información del colectivo al individuo.

En otras palabras el triedro Mente-Sociedad-Lenguaje convoca un estudio en términos socio-psicológicos. Por tanto, el presente artículo pretende ser un acercamiento crítico a la relación estructural entre Mente-Sociedad-Lenguaje[2] desde las propuestas científicas acerca del desarrollo psicológico y cultural del hombre en la obra de en la obra de Lev S. Vigotsky[3]. El tríptico en cuestión nos aparece con determinaciones o cadenas causales, por ello, la noción acercamiento crítico convoca aquí un proceso de desmembramiento textual en sus configuraciones formales, que nos ayuden a comprender la estructura latente que sostiene al entramado mencionado.

El alcance final del presente artículo acomete ir hacia el momento genético-estructural que develará las estructuras profundas que determinan la forma, el contenido y las relaciones dinámicas de las nociones en competencia. Así, el presente examen tiene pretensiones de tipo reflexivo-críticas, sobre las propuestas teoréticas de Vigotsky[4] y sus aportes  a la comprensión de nuestro contexto socio-cultural en América Latina, a inicios del siglo XXI.

La hipótesis que sostiene el presente escrito es: La relación Mente-Sociedad-Lenguaje constituye el centro de atención de las ciencias ónticas de nuestros días, sin embrago los sesgos interdisciplinarios impiden un dialogo reorganizador y crítico de la producción epistémica. Una revisión (sucinta) de la obra de Lev S. Vigotsky mostrará la riqueza interpretativa de dicho enfoque y tridimensional de un problema común a: sociología, psicología, semiótica, filosofía, historia y estética.[5]

Oxímoro

La ciencia, en su afán de conocimiento se ha basado en las hipótesis filosóficas para comenzar un estudio exhaustivo sobre que es la mente y cual es su función, la psicología la estudia de forma poco parcial y muy comparativa, a partir de ahí aparece la neurobiología[6], que estudia el cerebro y sus funciones topográfica y físicamente, y sus avances y estancamientos dependiendo de las zonas a estudiar derivan de nuevo en el psicoanálisis (Álvarez; 2002:36-39 y Vilarroya; 2002:28-31).

Así, mediante el psicoanálisis se llega a conocer la personalidad de una persona, y la unión de éste con la neurología lleva a la moderna concepción del hombre y la mente como un todo, por lo tanto a una concepción monista del hombre y su ser, ya que se observa que cuando la mente, que el dualista llama alma, es única e irrepetible, y que las neuronas, el encéfalo y el sistema nervioso responden a pautas d tipo biológico, parece absurdo que la mente (el alma), perdure después de su cuerpo, ya que estaría sujeta a la vida biológica de sus células encefálicas.

No obstante hacia las décadas 1920-1930
Vigotsky había modificado de raíz la orientación del análisis, a partir de lo cual proponía un enfoque estructural que estudiara los elementos reales y objetivamente existentes y se planteara no sólo la segregación de estos elementos, sino también la forma en que éstos tienen nexos entre sí, los cuales determinan el tipo y la forma de estructura a la que pertenecen. Podría decirse que la noción de proceso psíquico, tal como lo entendió Vigotsky en su momento, ha logrado superar el enfoque analítico tradicional para dar lugar a una nueva forma de concebir el desarrollo mental a partir de un enfoque estructural o integral[7].

En este enfoque holista se promueve la importancia del significado del todo dentro de los fenómenos psicológicos, concibiendo esta totalidad con significado en sí misma, lo cual modifica y le otorga nuevo significado a cada una de sus partes. La evolución de la mente[8] se  debe estudiar en
Vigotsky atendiendo los campos: filogenético (desarrollo de la especie humana), socio genético (historia de los grupos sociales), ontogenético (desarrollo del individuo) y el campo micro genético (estudio de los aspectos específicos del repertorio psicológico de los sujetos.

Dicha argumentación es evidente en
Vigotsky al mostrarnos las relaciones genético-estructurales entre Pensamiento y Lenguaje (Vigotsky; 1987 y Frawley; 1999:113-148) Para el autor una palabra sin pensamiento es cosa muerta y un pensamiento desprovisto de palabras permanece en la sombra. Podríamos afirmar que una palabra es un microcosmos de la conciencia. Por tanto, no se entienda la interconexión de pensamiento y palabra no se podrá responder, ni siquiera plantear correctamente, ninguna de las cuestiones específicas del presente ensayo. (Blanck, G. y Silvestri, A.; 1993: 17-42 y 81-104)

El ojo feliz

Una mirada estética orienta hacia una lectura donde es manifiesta la vinculación entre la fantasía y la realidad gestada desde, para y hacia las interacciones sociales[9]. En términos socio-psicológicos todo proceso de razonamiento siempre parte de elementos extraídos de la realidad en experiencias anteriores. No se puede crear algo a partir de la nada. Así, la actividad creadora de la imaginación se encuentra en relación directa con la variedad de riqueza de la experiencia acumulada por cada individuo; porque esta experiencia es el material con que la fantasía erige sus edificios. Allí nace una economía de la “experiencia” gestionadora de transacciones entre las experiencias ajenas, es decir, desde la interacción social. Cuando los productos de la fantasía se confrontan de nuevo con la realidad, es que surge la creación. (Cf. Quesada, 1990)

Sin embargo, nuestra percepción de los objetos externos es matizada por la influencia de nuestras emociones[10]; donde ciertas imágenes, producto de la fantasía, que cobran realidad al convertirse en lo que Vigotsky llama "imágenes cristalizadas".

Según
Vigotsky, la función de la actividad creadora está orientada a buscar una plena adaptación del hombre al medio ambiente que lo rodea. De ahí concluye que la base de toda actividad creadora reside en la adaptación, que siempre es fuente de necesidades, anhelos y deseos[11]. En otras palabras, la inteligencia se entiende como aquella modalidad del comportamiento humano que se contrapone al instinto, y la capacidad de invención es la capacidad de inventar, preguntarse y buscar respuestas[12].

Por eso, para Vigotsky la educación debe concebirse como un proceso que toma en cuenta la forma en que los seres humanos se abren paso en el mundo, que no es de una manera continua sino que incluye procesos zigzagueantes, los cuales constituyen para el niño un arraigo en la cultura dentro de la cual se desarrolla. De ahí que el desarrollo es un ir y venir constante, un cambio permanente de las estructuras del pensamiento en su adaptación a los problemas que debe resolver. El aprendizaje es quien posibilita el despertar de procesos internos del desarrollo, los cuales no tendrían lugar si el individuo no estuviese en contacto con un determinado ambiente social y cultural[13]. (Vigotsky; 159-197 y Frawley; 1999:151-210)

Coda

La ciencia en sus vertientes más y menos exactas arroja cierta luz, sobre la incógnita de la mente, cuyos rincones más apartados (i.e. los sueños) siguen siendo hoy interrogantes que continúan sin desvelarse. Luego, aunque la concepción de la mente se haya desarrollado de manera muy relativa (desde los presocráticos a nuestros modelos computacionales), y sus enigmas más profundos sigan sin encontrar respuesta, el estudio realizado sobre ella nos lleva hoy de la mano hacia una concepción monista del hombre, debido a la investigación realizada sobre el campo y las conclusiones obtenidas a partir del psicoanálisis, apartando así las concepciones dualistas, consideradas hoy mayoritariamente fantasiosas e infundadas, debido a las explicaciones carentes de pruebas sobre las que se sustentan, al contrario de la concepción monista vigente, apoyada en una serie de resultados científicos más o menos exactos.

Por su parte la contribución de Vigotsky surge de su visión del mundo, inspirada en una visión materialista y dialéctica. Vigotsky propuso aplicar el método histórico genético argumentando que los distintos aspectos de la actividad psíquica no pueden ser entendidos como hechos dados de una vez y para siempre, sino como producto de una evolución filogenética y ontogenética, con la cual se entrelaza (y ala vez determinándola), el desarrollo histórico cultural del hombre. Su propuesta es claramente dialéctica, donde lo más valioso radica en su concepción no centrada en la adquisición del conocimiento ni en el sujeto ni en el objeto, sino en la interacción que existe entre ambos. De esta manera, el aprendizaje está relacionado con el desarrollo. (Wertsch; 1988:75-139) Por tanto, en la construcción de los procesos típicamente humanos, es indispensable establecer relaciones interpersonales: la interacción del sujeto con el mundo se establece por la mediación que realizan otros sujetos. De ello se derivan al menos:

El desarrollo psicológico debe ser visto de manera prospectiva, con referencia a lo que está por suceder en la trayectoria del individuo

La zona de desarrollo proximal es como un dominio psicológico en constante transformación.

El individuo no posee de manera endógena los instrumentos para recorrer solo el camino hacia el pleno desarrollo. Este aspecto se refiere a la importancia de la intervención de los otros miembros del grupo social como mediadores entre la cultura y el individuo.

Una reflexión desde el triedro Mente-Sociedad-Lenguaje nos debería interpelar a realizar una lectura crítica de nuestro entorno. Pues, en
nuestra modernidad avanzada toda imagen conectiva pensamiento-palabra lucha contra un proceso de absolutización mecánica en lo indiferenciado [cristalización], donde lo uniforme [metafísico-ontológico] aparece como consecuencia de la destrucción de la doble dialéctica

dialéctica del movimiento

la que se exterioriza en la oposición de lo negativo, de aquellos principios desarrollados a partir de ello mismo y que se le contraponen.

Es decir, una máscara tenebrosa-nihilista de uniformidad mimética ó  NATURE MORTE que hace desparecer la oposición entre clases, las máscaras [identificaciones] caracterológicas socialmente diferenciadas y determinadas según el estrato social y toda oposición relevante para la vida misma [lo homogéneo-vacío de Benjamín] se exponen la nada y el sin sentido. Se gesta el espejismo de la vida-abstracta-general, como la vida misma; así:

“...el fetichismo reflejado ideológicamente de manera naturalista se mitifica aún más al elevarlo a un nivel más abstracto: el fetichismo es reproducido en un nivel ideológicamente aún más abstracto que el nivel de abstracción propio de la conciencia cotidiana fetichizada” (Kofler; 1972: 214)

De allí inferimos una posible pista comprensiva de nuestras actuales posibilidades críticas frente al mundo que auto producimos, pues se fetichiza adicionalmente el fetichismo ideológico al reproducirlo en el plano ideológicamente aún más abstracto que el de la conciencia cotidiana. Tal tesis la incapacidad de asumir la libertad humana germinada desde la conciencia moral, el sentimiento de culpa y la posibilidad de quebrantar los tabúes socioculturales.

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Javier Torres Vindas  es sociólogo y linotipista

Bibliografía

Álvarez, F. (2002) “La última frontera de la neurociencia” En: Letras Libres. Junio 2002. Págs. 36-39. México.


Blanck, G. y Silvestri, A. (1993) Bajtin y Vigotsky: La organización semiótica de la conciencia. Editorial Anthropos. Barcelona, España.

Frawley, W (1999) Vigotsky y la ciencia cognitiva. Editorial Paidós. España.

Gallino, L. (2001) Diccionario de Sociología. Siglo XXI Editores. 2ª Edición. México

Kofler, L (1972) Arte Abstracto y Literatura del Absurdo. Barral Editores. Barcelona

Quesada, J. D. (1990) Pautas para el estudio, análisis y crítica de la sociolengua. EUNA.  San José, Costa Rica

Vigotsky, L. S. (1987) Pensamiento y Lenguaje: Teoría del desarrollo cultural de las funciones psíquicas. Editorial La Pleyade. Buenos Aires, Argentina. 

Vilarroya, O (2002) “¿Puede el cerebro comprenderse a sí mismo?
En: Letras Libres. Junio 2002. Págs. 28-31. México.

Wertsch, J (1988) Vigotsky y la formación social de la mente. Editorial Piadós. España.

Winnicott, D. W. (1996) La Naturaleza Humana. Editorial Piadós. 1era. reimpresión de 1era. Edición. Buenos Aires, Argentina.



[1] La mente es un problema debido a su desconocimiento y a lo enigmático de su condición, y es por eso que han surgido dos vertientes con relación a su origen y a su relación con el cuerpo, los dualismos y los monismos, la última de ellas mayoritariamente aceptada por la ciencia, que opina que la mente es un producto de reacciones químicas y eléctricas, por lo tanto, no trascendental sino sujeta a la temporalidad del cuerpo humano

[2] La idea base es que la vida psíquica no está constituida por sensaciones e ideas aisladas que se asocian unas a otras sino por formaciones integrales aisladas que se ven mediadas por las interacciones sociales.

[3] Lo cual representa un verdadero imperativo para quienes nos movemos en el campo de las ciencias sociales y humanas, en particular en las ideas referentes a la sociología del arte

[4] Lev S. Vigotsky nació en Orsha en noviembre de 1896. No obstante las grandes restricciones, Vigotsky pudo ingresar a la universidad por medio de un proceso conocido como "la lotería judía". En sus años universitarios, no encontró respuesta a sus aspiraciones intelectuales en los cursos que ofrecía la universidad de Moscú, por lo que ingresó a una universidad privada donde estudió programas de historia y filosofía. A la edad de 18 años elaboró un ensayo acerca de Hamlet, estaba también muy interesado en el teatro y la literatura, pero su principal interés era la psicología, tanto que en el segundo congreso de Leningrado, presentó la ponencia "La metodología de los estudios psicológicos y reflexológicos" en la que desafiaba los puntos de vista de los más prestigiosos científicos soviéticos de la conducta. Entre sus autores preferidos estaban poetas, escritores (Dostoievski, Tolstoi) y filósofos (James, Spinoza) Era conocedor de las obras de Hegel, Marx, Freud, Pavlov y de los trabajos de Piaget. Era amigo de muchos literatos y artistas y colaboraba con Lunacharski a quien se le había encomendado el Comisariado de Cultura. Sin embargo, desde los inicios de los años treinta la presión del régimen stalinista acabó con toda iniciativa cultural o científica que no estuviera acorde con sus intereses... Los últimos 10 años padeció de tuberculosis, no obstante escribió cerca de 162 trabajos científicos, ensayos, conferencias y prefacios.

[5] De allí que se planteen tres objetivos a alcanzar: (a) mostrar y explicar el lugar central de la interacción comunicativa y su descontextualización en la obra de Vigotsky, (b) develar la economía simbólica de las interacciones sociales generadas y estructuradas en modos de vida socialmente constituidos, y (c) elaborar un modelo tridimensional que sirva de base critica a una teoría “cultural” para la comprensión de nuestra específica naturaleza humana [Confrontar esta hipótesis con el excelente estudio desplegado por Winnicott; 1996]

[6] La neurobiología es la culminación de un afán de búsqueda de auto comprensión que llega a un estudio físico de aquel órgano motriz más enigmático que puede esconder las respuestas a nuestras preguntas, por este estudio físico es insuficiente, porque cada órgano, debido a su complejidad, es único y son pocas las áreas comunes que se puedan estudiar en profundidad, sin riesgo de diferencias entre los distintos individuos. Esto es así pues, la neurobiología no llega, a la compresión del individuo dentro de su medio, de forma y manera que sus datos puedan ser comparados con el resto de los individuos en sus mismas condiciones y determinar las pautas de comportamiento en sociedad.

[7] La estructura  psíquica se basa en teorías contrapuestas, y la que ha recibido más difusión es la basada en modelo de Sigmund Freud, que suponía que la personalidad se constituía en tres estadios, el yo, el ello, y el super-yo. El Yo corresponde al estrato de la actividad consciente, representa lo más significativo de la personalidad. El Ello fue considerado por Freud como la parte de la actividad mental que no llegaba a la conciencia, y que era un ámbito mucho más extenso que el del Yo. El Super-Yo obra como conciencia moral, reprime o domina al Yo, por encima del que está situado. [Confrontar la lectura que hace Bajtin de las teorías freudianas y nótese como sus consideraciones se acercan vertiginosamente a las consideraciones de Vigotsky. En especial sus ensayos “Más allá de lo social. Ensayo sobre la teoría freudiana” y “¿Qué es el Lenguaje?” en: Blanck, G. y Silvestri, A.; 1993: 173-243]

[8] Otro aspecto importante para entender el enfoque evolutivo-oolítico de Vigotsky es no sólo el sentido de evolución, sino también el concepto de lucha y conflicto, es decir, entender que la contradicción y el choque entre lo natural y lo histórico, lo primitivo y lo cultural, lo orgánico y lo social, es en gran medida el drama de los procesos psíquicos.

[9] Tal articulación devela la libertad y la responsabilidad humana. La psicología, la sociología o la pedagogía, insisten en la interdependencia del desarrollo de la inteligencia (creatividad-fantasía) y la realidad integral del ser humano. Es decir, al margen de la edad del niño, Vigotsky consideraba que lo que éste aprende, es algo más bien ligado al desarrollo de los aspectos históricos, que al de los aspectos naturales del ser humano.

[10] Que deben ser comprendidas en el contexto de toda la dinámica de la vida humana

[11] Lo que se traduce como el momento neurálgico de toda creación (sobre todo la artística): la necesidad de construir algo "nuevo", la conciencia de que lo ya conocido no nos sirve para nada si lo repetimos sin más.

[12] Y esto es así pues, dentro de los diferentes procesos sociales a los que un individuo se ve expuesto, están los procesos "ínter psicológicos" que son los que implican la interacción del hombre dentro de pequeños grupos; el nivel de intercambio es tan profundo entre éstos, que influye de manera determinante en el desarrollo humano (Wertsch; 1988:124-126)

[13] No debe obviarse que  al modificarse este proceso de desarrollo por la acción de la cultura, las estructuras del pensamiento sufren una transformación radical, la cual tiene por resultado no solo permitir al niño pensar de una manera más eficiente, sino también arraigarlo y adaptarlo de manera más completa al medio cultural del cual forma parte. Por consiguiente, si el desarrollo de la conducta cultural no sigue una curva de ascensión uniforme. (Conf. Vigotsky: 1987:59-82 )

https://www.alainet.org/es/articulo/123760
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