En momentos en que el Intercambio Humanitario estaba más cerca, ilógicamente se cerraron las vías que conducían inexorablemente hacia él, con el consiguiente perjuicio para los familiares de los secuestrados, cundiendo de nuevo la incertidumbre de quienes por años permanecen en las selvas colombianas.

Rechazamos de manera categórica el lenguaje altisonante, que tanto el Presidente de Colombia como el de Venezuela, vienen teniendo a propósito de algunas divergencias relacionadas con las percepciones que se tienen sobre el intercambio humanitario.

Obligatoriamente los dos Mandatarios tienen que sentarse a dialogar, de manera directa y discreta, especialmente cuando está en juego el bienestar de nuestros pueblos; recordemos que entre Colombia y Venezuela existe un intercambio comercial del alrededor de cuatro mil millones de dólares, traducido en más de un millón de empleos que quedarían en vilo.

Por lo tanto, la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia reafirma que la integración es una variable ligada al desarrollo del país y un instrumento estratégico para lograr el desarrollo de la Nación, articulando agendas internas y externas que permitan enfrentar con éxito los retos del actual proceso de globalización. Para este propósito es imperativa la cooperación entre los dos países.

Como el Florero de Llorente fue las visiones sobre el Intercambio Humanitario, reiteramos nuestra invitación para que el 28 de noviembre en el Encuentro por el Intercambio Humanitario, ratifiquemos nuestro compromiso con el mismo, razón por la que insistimos en mover los inamovibles y llamamos a los trabajadores venezolanos a cerrar filas con nosotros para impedir que la intemperancia deteriore nuestras relaciones.

Carlos Rodríguez Díaz
Presidente de la CUT