Como un verdadero regalo de Navidad, se ha considerado el anunció de la suspensión de las que habían sido tradicionales conferencias de prensa después de la misa dominical en Catedral, del cardenal arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera.

Esto ocurre, aunque se quiera negar, como consecuencia de su majadero exabrupto de que en los medios de comunicación hay “verdaderas prostitutas, verdaderos prostitutos de la comunicación que deshacen la fama de los demás; no mata el cuerpo del otro, pero es una víbora que mata la fama de los demás”.

El anuncio lo hizo el vocero de la Arquidiócesis de la Ciudad de México, Hugo Valdermar Romero, quien en una especie de malabarismo verbal, dijo que ello “no representa un distanciamiento” de la prensa; las declaraciones del cardenal Rivera Carrera, trató de justificar, se refirieren “a algunos medios; varias veces ha reconocido y expresado su gratitud por el trabajo que hacen en la sociedad”, y abundó que en los medios de comunicación siempre “habrá buenos y malos”.

Sin embargo, al requerirle los reporteros los nombres de los “malos” a quienes fueron dirigidos los denuestos del cardenal arzobispo primado, es decir de uno de los príncipes de la Iglesia, volvió a la misma actitud de aquellos que lanzan la piedra y esconden la mano.

Así, en esa prestidigitación retórica, se negó a dar los nombres de los medios a los que se refirió el cardenal, al afirmar confuso, que “si sacáramos nombres empezaríamos una guerra; estamos en Navidad” y finalmente sostuvo que “queremos entrar en una nueva dinámica de acercamiento respetuoso; esto no significa entrar en polémicas con algún medio”.

Que lastima que don Norberto Rivera Carrera no hubiera pensado que estamos en Navidad, para ser tolerante con el trabajo de los periodistas y sus medios. Por lo pronto llegó la decisión de cancelar sus conferencias de prensa dominicales, seguramente por alguna orden procedente del Vaticano, y según su vocero “no representa un distanciamiento” de la prensa

Desde luego que tiene razón, mientras el cardenal mantenga la boca cerrada, es cosa cierta que no habrá mas denostaciones, y eso es bueno para su iglesia, para los fieles, para la sociedad y para los periodistas.

DESDE EL ÁTICO. Hoy es el día en que la humanidad recuerda el nacimiento de Jesucristo, ocurrido en un lugar de lo más humilde: en un pesebre en Belem, localidad de Judea al sur de Jerusalén. El nombre "Jesús", considerado en su significado etimológico, quiere decir "Yahvé libera", salva, ayuda. Antes de la esclavitud de Babilonia se expresaba en la forma "Jehosua": nombre teofórico que contiene la raíz del santísimo nombre de Yahvé, Díos. Después "Jeshua", en la traducción se transcribió como "Jesoûs", y devino en "Jesús". Es cosa cierta que la celebración de la natividad de Jesús, ha tenido tal encanto e influencia que hasta en las naciones no cristianas se celebra, por ello es momento de desear, nuevamente, a los estimados lectores todo género de felicidades.

- Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor mexicano.