Reflexiones acerca del conflicto armado

23/02/2008
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La importancia que tienen las reflexiones académicas es que están depuradas de intereses partidistas y económicos inmediatos y son, más bien, el resultado de múltiples análisis donde participan diferentes expresiones nacidas de la interdisciplinaridad  universitaria.

Precisamente el año pasado fue presentado en Colombia  el valioso texto titulado: “Construyendo la paz. Reconciliación sostenible en sociedades divididas” del interesante analista John Paul Lederach y que contó con el respaldo de Justa Paz.  Catholic Relief Services. PNUD Colombia. Secretariado Nacional de Pastoral Social.

Dice su autor que “Al igual que otros investigadores, Wallensteen y Axell (1993)  han propuesto una serie de categorías para evaluar el conflicto armado en función del número de víctimas, la ubicación y la problemática. En concreto, ofrecen tres subcategorías de conflicto armado. La primera es la del conflicto armado menor, definida como un conflicto entre fuerzas armadas en el que mueran menos de 25 personas en un año dado y en el que al menos una de las partes sea un estado.  El nivel intermedio se define como una situación en la que haya más de 1.000 muertes en el transcurso del conflicto y como mínimo 25 muertes en un año concreto.  A continuación, el concepto de guerra se reserva para describir un conflicto en el que haya más de 1.000 muertes en un año dado.  El conflicto armado  abarca la totalidad de las tres categorías. Esta categorización ha sido ampliamente utilizada por otros investigadores  con alguna variación.  Por ejemplo, el Armed Conflicts Report (Regehr, 1996) define el conflicto armado como aquel en el que haya habido más de 1.000 muertes a lo largo de su desarrollo” [1]

A  la luz de estos juiciosos análisis y categorizaciones  veamos el caso de Colombia.

Han sido desplazadas cerca de 3.000.000 de personas, en su mayoría por grupos militares. Han sido desaparecidas más de 15.000 personas. Han sido asesinados más de 1.700 indígenas, 2.550 sindicalistas  y cerca de 5.000 miembros activos de partidos políticos  de oposición.  Entre 1982 y 2005  los llamados paramilitares  perpetraron  más de 3.500 masacres  y se apropiaron más de 6.000.000 de hectáreas de tierra.

Estas escalofriantes cifras,  reportadas por instituciones del Estado y por importantes ONGs de Derechos Humanos como CODHES nos lleva a decir que estas cifras superan ampliamente las que definen  un conflicto armado, según la categorización contenida en el libro referido “Construyendo la paz”. Entonces debemos concluir, desde el  punto de vista académico, que Colombia padece un conflicto armado desde mediados del siglo pasado y que el hecho de reconocerlo permitiría al gobierno nacional buscar verdaderas alternativas que posibiliten el Acuerdo Humanitario y la solución política negociada.



- Alonso Ojeda Awad es Ex Embajador y Director Programa Pedagogía de la Paz
Universidad
Pedagógica Nacional

Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas
Corporación Viva la Ciudadanía. www.vivalaciudadania.org



[1] Libro Construyendo la paz. Reconciliación sostenible en sociedades divididas.

https://www.alainet.org/es/articulo/125908?language=en
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