“Operación Ecuador”

09/03/2008
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Si se analizan las coincidencias aparentemente extrañas; la pasividad de estamentos de las fuerzas armadas del Ecuador en momentos críticos; la información de inteligencia policial y militar entregada a los grandes medios de información del Ecuador; las acciones de distracción; los estímulos a los negociadores franceses; y, la incumplida seguridad ofrecida a quienes participaban en el proceso de liberación de rehenes, señalan clara e inobjetable que se trataba de una operación planificada por una agencia o varias agencias de inteligencia. Operación destinada a desestabilizar al Presidente Rafael Correa, a posicionar y consolidar las tesis e intereses del imperio en el Ecuador, principalmente la presencia de una fuerza multinacional de paz (léase cascos azules), el mayor involucramiento de las fuerzas armadas en el conflicto colombiano, y la exculpación del puesto de avanzada (FOL) Manta. Veamos como funcionó la operación y cuales son los resultados que obtuvieron.

Extrañas coincidencias respecto a las fuerzas multinacionales

Si se considera la posición política pública que exhiben Ivón Baki –fiel, incondicional y explícita aliada de los intereses de los Estados Unidos-, y, Gustavo Larrea -ex militante de izquierda y actual Ministro de Seguridad Interna y Externa del gobierno del Presidente Rafael Correa-, resulta extraño que sostengan un igual planteamiento: la presencia de una fuerza multinacional (cascos azules) en la las zonas fronterizas. Efectivamente, Ivón Baki, en forma soterrada sostuvo esa tesis al señalar que: “Tenemos que pedir apoyo internacional a Ecuador también en nuestras fronteras, no puede el Ecuador solo estar sufriendo por el problema”. por una agencia p varias agencias de inteligencia y Gustavo Larrea, por su parte y sin ambages, en el seno de la Asamblea Constituyente, se pronunció por la presencia de una fuerza multinacional de paz.

Contradicción que deja de ser tal cuando se reconoce que por la senda de ese planteamiento,  uno de los objetivos de los Estados Unidos para la región, han transitado tanto Baky como la ALDHU de Larrea desde tiempo atrás. Seguros de así bien servir a los intereses de sus mandantes, puesto que la presencia de fuerzas multinacionales de Paz de Naciones Unidas (cascos azules) en las áreas de frontera entre Ecuador y Colombia, cumple con el objetivo estratégicos de los Estados Unidos para internacionalizar el conflicto colombiano y fortalecer su estrategia de dominación, toda vez que todas las fuerzas multinacionales, casi sin excepción, son comandadas, supeditadas a las fuerzas armadas de los Estados Unidos, como lo demuestran innumerables procesos similares en los que se han conformado e intervenido fuerzas multinacionales. Comando que, a nadie escapará, persigue las metas que se plantea el imperio en la región y no los del país en el que operan.

En ese objetivo en años anteriores actuó desembozadamente Lucio Gutiérrez, antes y durante el ejercicio de la presidencia. También Juan de Dios Parra ex Secretario de ALDHU[1]. Hoy, Gustavo Larrea, igualmente ex Secretario de ALDHU e Ivonne Baki, la actual Presidente del Parlamento Latinoamericano, retoman la posta.

Extraña coincidencia respeto al FOL Manta

En este ámbito, igualmente se observa una extraña coincidencia, entre el Ministro Gustavo Larrea con Michael Greennald, director de Prensa y Cultura de la Embajada de Estados Unidos y con el coronel Bod Leonard Comandante del FOL. Efectivamente, en tanto Larrea, ante la Asamblea Constituyente, expresó que carecía de pruebas sobre una posible participación del Puesto de Avanzada (FOL) de Manta en la intrusión colombiana, con lo cual implícitamente exculpaba al FOL de cualquier participación, Greennald confirmaba las palabras de Larrea al sostener que el FOL no había participado en este evento arguyendo que todos los aviones se hallaban en tierra. Aseveración que el Comandante del FOL se encargó de desmentir al afirmar que en el aire se encontraba un HC 130[2].

Pero la esencia de esa extraña coincidencia, no radica en la contradicción antes mencionada, sino en que tanto Larrea como los voceros norteamericanos pretenden ocultar una verdad innegable, incontrastable, el FOL proporciona información a estamentos militares, como se infiere de las propias declaraciones de los voceros del imperialismo, lo que viola el Acuerdo de la Base de Manta. Efectivamente, el Comandante del FOL reconoce expresamente que envía la información que recaba a un “centro de inteligencia en Key West, Florida donde tienen acceso diferentes departamentos del gobierno estadounidense y se la entrega en caso de ser requerida a 14 países latinoamericanos”. Lo que no dice Leonard es que en Key West se localiza la sede del Comando Sur  de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos (SOUTHCOM), instancia militar, cuya historia demuestra que ha comandado todas las invasiones e intrusiones que se han sucedido en América Latina. Circunstancia que igualmente desmiente la no participación del FOL Manta en la intrusión colombiana como lo sugiere Larrea, y lo pretendieron los voceros del imperio.

En ese entendido es imprescindible una explicación sobre las razones que indujeron a Larrea ha expresarse en la forma que lo hizo, y, simultáneamente, iniciar los trámites para la denuncia del inconstitucional e ilegal Convenio de la Base de Manta, por violación expresa de sus obligaciones, reconocida por los voceros del imperio, como quedó expresado.

La pasividad de los estamentos militares en los momentos críticos

Si se analizan todos los eventos anteriores al 1 de marzo del 2008, se constata que en todos ellos los mandos de la fuerza aérea señalaron que los radares o bien no se hallaban activados o que  se hallaban apagados. Circunstancia que, según los voceros, había impedido detectar a tiempo las intrusiones, por lo que su reacción no se había producido como correspondía. Igualmente, señalan que carecían de naves para actuar en esos eventos, circunstancia que hoy no existe, puesto que para solucionar este inconveniente se trasladaron naves de combate a la Amazonia ecuatoriana, sin embargo de lo cual la pasividad se mantiene.

Si lo expresado respecto al comportamiento de la fuerza aérea es inaceptable, dada la infantilidad de su excusa, lo es más la inoperancia que demuestran las fuerzas terrestres las cuales no acuden a pesar de las denuncias que se presentaron en varios eventos anteriores. Ausencia que se produjo a pesar de que el tiempo de permanencia de las fuerzas colombianas en nuestro territorio, era más que suficiente para que puedan actuar como correspondía. Comportamiento que igualmente observaron durante la intrusión del 1 de marzo, no así para movilizarse en apoyo de las fuerzas de la policía colombiana que había mentido al señalar que se hallaban cercados por fuerzas insurgentes, o para capturar a los 5 supuestos guerrilleros, una vez que las fuerzas colombianas habían comunicado que igual número había escapado a la masacre que cometieron las fuerzas de Uribe Vélez.

En este caso, como lo informamos en forma amplia en nuestro análisis difundido bajo el título: “Los objetivos estratégicos de la intrusión colombiana[3]”, esta posición responde  a los acuerdos suscritos entre las Fuerzas Armadas del Ecuador y Colombia, durante la visita que efectuará Lucio Gutiérrez a Colombia el 16 y 17 de febrero del 2003.

En consecuencia, la inoperancia es ficticia, el mantenimiento o no puesta en funcionamiento de los radares en Lago Agrio es intencionada, como lo es también la supuesta falta de equipos que, como excusa para la inoperancia, esgrime el general Vásconez, actual Jefe del Comando Conjunto.

En este contexto lo único que cabe es investigar los alcances de los acuerdos de cooperación militar suscritos entre las fuerzas armadas del Ecuador y las de Colombia, en el gobierno de Lucio Gutiérrez. Sólo ello permitirá conocer las causas para esta actuación cómplice y determinar los responsables de la misma.

Entrega de información de inteligencia entregada a los grandes medios de información

Las operaciones como la analizada, como es comprobable en otros eventos como el de 1 de marzo, definen y llevan a cabo una tarea de desinformación para desviar la atención hacia otros centros de atención distintos a la acción armada. Habitualmente para ello proporcionan información a los grandes medios de información que comparten sus intereses, para que éstos los difundan. Este procedimiento es tan rudimentario que cualquier persona que elementalmente reflexione sobre las condiciones que poseen los grandes medios de información del Ecuador para desarrollar investigaciones, descubre que éstos no tienen ni la capacidad ni los alcances para obtener la información que difunden. Por ello se puede presumir que las fotografías exhibidas por la Revista Vistazo,  en que aparece una de las hijas del asesinado líder de las FARC Raúl Reyes con la Asambleísta María Augusta Calle, o el detalle sobre las fichas del Registro Civil colombiano difundido por el Canal 4 de Televisión TELEAMAZONAS, les fueron proporcionadas por los servicios de inteligencia, como lo fueron también en otras oportunidades, cuyo mejor ejemplo son las grabaciones difundidas, tiempo atrás, por TELEAMAZONAS de las conversaciones mantenidas por el ex Comandante General de la Policía Jorge Villarroel, con quien comanda las acciones de la CIA en el Ecuador, escudada en un pequeño almacén de alfombras localizada en la avenida Gonzáles Suárez de la ciudad de Quito.

Pero las acciones de desinformación utilizadas en el evento analizado, tienen otro objetivo a más de los antes mencionados: tratar de deslegitimar a la Asamblea Constituyente, y, específicamente, a la Asambleísta María Augusta Calle, por su calidad de Presidente de la Mesa 9: “Soberanía, Relaciones Internacionales e Integración Latinoamericana”, por haber propiciado la aprobación y dado a conocer  la definición de soberanía aprobada por esa Mesa, en que se proclama al Ecuador como un país de paz, en cuyo territorio no deben existir bases extranjeras. Definición que confronta directamente a los intereses del imperio, el mantenimiento del FOL Manta, seleccionado como el punto más adecuado para reemplazar a la Base Howard, que tuvieron que abandonar en Panamá.

Acciones de distracción

Toda operación de la CIA que se precie de tal, no puede omitir el efectuar acciones de distracción adicionales a los que realiza a través de los grandes medios de información. Otro de las acciones habituales es el emitir acusaciones contra personas, sobre las cuales estiman que la población puede otorgar cierto grado de veracidad por la posición ideológica y política que les caracteriza. En el caso de la intrusión del 1 de marzo, esta vez a través del gobierno de Colombia, la acusación fue vertida en contra del Ministro Fernando Bustamante, y el Subsecretario Juan Sebastián Roldán, a quienes acusaron de ser agentes de la CIA y de la DEA, respectivamente. Esta acción de distracción, trata de desviar la atención respecto a sus propios agentes, a los agentes de la CIA que participan en la “Operación Ecuador”. Acción que igualmente utiliza para desviar la atención desde los elementos fundamentales hacia otros secundarios, lo que permite a sus agentes posicionar los temas de interés para el imperio. En este caso, la apertura a la posibilidad de que se considere la procedencia de una fuerza multinacional y se exculpe al FOL Manta, por sus acciones que violan el inconstitucional e ilegal acuerdo que permite su presencia en nuestro territorio de Paz.  

Estímulos a los negociadores franceses

Otras de las características que son propias de las operaciones de la CIA, es asegurar el golpe a propinar al objetivo de su acción. Para ello, no tienen reparo alguno en mentir con el mayor cinismo, con el más grande descaro. En la “Operación Ecuador”, el instrumento que sirvió para cumplir con esa tarea fueron los franceses  que negociaban la liberación de Ingrid Betancourt con las FARC. La razón es evidente. El retiro de los negociadores franceses, hubiese advertido a Raúl Reyes y su fuerza de seguridad de que la negociación tenía obstáculos importantes, dada la experiencia  acumulada en esos procesos.  No debe olvidarse que días atrás, por orden de Uribe, se habían desarrollado acciones militares a gran escala, una vez que se anunció la liberación de dos rehenes y que las fuerzas de seguridad del imperio habían descubierto la  posible área de liberación.

En consecuencia, la decisión adoptada por quienes dirigían la operación, entre estos Uribe, debe haber sido no exhibir ninguna señal que genere desconfianza en los negociadores de las FARC. Para ello, acudieron a emitir señales que generen confianza, para lo cual utilizaron a los negociadores franceses, a quienes, como lo señala la prensa internacional, les estimularon a continuar las negociaciones con las FARC. Claro esta si damos crédito a los negociadores franceses y, con ello, les eximimos ser parte de la operación. La historia demostrará si los negociadores fueron víctimas del engaño o parte de la operación, dados los lazos y la cooperación que es propio de los cuerpos de inteligencia de los países desarrollados.

Incumplimiento de la seguridad comprometida

Todo militar sabe que un accidente geográfico como el Río San Miguel, constituye un elemento de seguridad, dado que permite avizorar cualquier movimiento, por constituir un obstáculo natural, como por ser una vía de escape en situaciones de peligro extremo. Por ello,  como se advierte de las declaraciones de los periodistas ecuatorianos que han entrevistado a Raúl Reyes, este mantenía como sitios de reunión, lugares colindantes con el río en territorio colombiano, lo que, desde otra perspectiva, le permitía mantener rápido contacto con el grueso de sus fuerzas. Desde otra perspectiva analítica, es poco probable que Raúl Reyes, conocedor de la capacidad tecnológica del enemigo, potenciada por la ayuda de la Base de Manta, haya ubicado en sus campos elementos como antenas parabólicas u otros de comunicación, que permiten una fácil ubicación. Igualmente, resulta extraño que, dada la delicadeza del proceso de liberación en marcha, las FARC hayan aceptado visitantes en un campamento en que se hallaba uno de sus jefes más importantes, a menos de que lo hayan considerado de absoluta seguridad.

En consecuencia, las circunstancias anotadas permiten avanzar, sobre la base de la experiencia de otras operaciones, la hipótesis de que a Raúl Reyes le habían asegurado que contaba con todas las seguridades en el lugar en el que había seleccionado para acampar y negociar. Esto es muy probable, puesto que según algunos negociadores, la liberación de Ingrid Betancourt era cuestión de días. De ninguna otra manera se explica que Raúl Reyes, haya abandonado todas las precauciones que le habían permitido sortear a todos los sistemas de inteligencia a los que se había enfrentado por cerca de 30 años.

Será la traición, la falta de honor y respeto a la palabra, la que permitió que Raúl Reyes, su fuerza de seguridad y los visitantes mexicanos caigan en la emboscada que les condujo a su asesinato, puesto que no puede calificarse de otra manera el que no se haya respetado su status de heridos como lo establecen los convenios internacionales sobre la materia y hayan procedido a ultimarlos, con tiros en la cara, como a Raúl Reyes o por la espalda, como se ha denunciado en innúmeros medios de información, incluso colombianos. La “Operación Ecuador”, cumplió entonces con su cometido, por la traición de quienes negociaban con las FARC. La historia demostrará quienes fueron los confabulados.

Conclusiones

1. La   “Operación Ecuador” tuvo por objetivo desestabilizar al gobierno del Presidente Rafael Correa, propósito que no se cumplió por la estatura moral y la decidida acción diplomática que adoptó y cumplió en el plano internacional;

2. La intervención del Grupo de Río, que sobrepasó y relegó a segundo plano a la OEA -instancia en la cual la influencia de los Estados Unidos es definitoria-, permitió que Uribe sufra una derrota diplomática innegable;

3. Si bien en el plano diplomático Uribe sufrió una derrota, en lo militar la “Operación Ecuador”, significó un triunfo para las pretensiones imperialistas de involucrar aún más al Ecuador, puesto que las fuerzas armadas, en esta vez sí diligentemente, movilizaron 3.000 efectivos hacia la frontera, con lo que la contención pasiva de las fuerzas armadas del Ecuador se consolidó;

4. En lo militar el imperialismo y Uribe se adjudicaron otra victoria: reposicionaron la tesis de la fuerza multinacional, la cual había sido duramente criticada y, por ello, relegada, a pesar de los esfuerzos desplegados por Lucio Gutiérrez y Juan de Dios Parra. Gustavo Larrea e Ivón Baki, fueron en este momento las puntas de lanza de esta propuesta del imperialismo norteamericano;

5. En lo militar, igualmente el imperialismo logró se profundice aún más la coordinación entre las fuerzas armadas de Ecuador y Colombia;

6. La tarea de deslegitimación de los principios inicialmente aprobados por la Asamblea      
Constituyente respecto a la soberanía no tuvieron el efecto que esperaban.

7. El imperio comprometió aún más a los grandes medios de información con sus objetivos;

8. La pretensión tendiente a santificar el supuesto cumplimiento del Convenio de Manta por parte del FOL Manta, perdió asidero.



[1] Véase Guillermo Navarro: “Los objetivos estratégicos de la intrusión colombiana”, ARGENPRESS, 7 de marzo del 2008

[2] Véase Ciudadanía Informada: “EE.UU. niega participación de la base de Manta en operación militar de Colombia”, 8 de marzo del 2008.

[3] Véase ARGENPRESS, edición del 8 del mes y año en curso.

https://www.alainet.org/es/articulo/126228?language=es
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