Los crujidos del modelo de los agronegocios
14/04/2008
- Opinión
Las actuales crisis que desvelan a la Argentina, dan prueba de que continuamos siendo un país laboratorio de nuevos modelos y de innovaciones tecnológicas, un país que a la vez continúa viviendo en un subyacente estado de catástrofe, siempre al borde del estallido. Esas son las contradicciones de la Argentina profunda: por una parte el hervidero de lo social siempre dispuesto a sumarse a las sucesivas crisis, como el caso de los piquetes rurales que, en su fuerza, sorprendieron a los mismos participantes, y por otra, una clase dirigente con pensamientos antiguos, prácticas autoritarias y mezquinas que empobrecen la participación en la democracia. De hecho, nos encontramos con que el Gobierno que ahora descubre la “sojización”, incorporando a su discurso la necesidad de producir alimentos y de resistir a los monocultivos, es el mismo gobierno que conduce un Estado fuertemente comprometido con el modelo biotecnológico de producción de commodities para la exportación, con la promoción de una ciencia empresarial y con un plan de saqueo de los bienes comunes por parte de las Corporaciones.
Desde el Ecologismo nos resistimos a ver un paisaje sin matices o a mirarlo con las anteojeras con las que se recrean antiguas antinomias. Hace muchos años que denunciamos un proyecto de agricultura industrial tan extractivo y minero como la misma minería química que se practica en gran parte del territorio nacional. Por otra parte, que los productores corten las rutas protestando por un tributo a la exportación, que deja indiferentes a los exportadores, llama la atención sobre el modo en que las Corporaciones trasladan sus cargas hacia abajo en la cadena productiva, oficiando como recaudadores. Ambas situaciones están ausentes en los actuales debates, tanto como en las agendas políticas: lo ambiental en primer lugar, la salud en segundo lugar y además, el rol y el protagonismo de las corporaciones. Estamos en medio de una crisis donde todos los partícipes parecen complotados para no mencionar a los exportadores, a la vez que para ocultar la catástrofe a que el modelo actual condena los suelos y ecosistemas argentinos, y las devastadoras consecuencias de las fumigaciones y de la contaminación sobre la Salud de las poblaciones. Tememos que la confrontación oculte y anticipe los desgarramientos de un modelo de exportación y de producciones en escala, que se acelera con la llegada de fondos de inversión y la producción de agrocombustibles, y que inevitablemente dejará fuera de juego a muchos de los que cortaron las rutas protestando contra un impuesto a la exportación que no pagan las Corporaciones exportadoras.
Desde el Ecologismo proponemos abrir los debates del campo al resto de la Sociedad. Proponemos interpelar a las Corporaciones exportadoras sobre su papel en la crisis actual y auditar las exportaciones que realizan, hasta el momento bajo meras declaraciones juradas y con oscuros procesos de triangulación y subfacturación para evadir impuestos al Estado que parecieran ser la norma consentida por la mirada impávida de los funcionarios del área. Necesitamos recobrar la soberanía de los puertos, reinstalar los organismos de control del Estado, tales como las Juntas Nacionales de Granos y de Carnes, en los marcos de políticas agrarias que actualmente están en manos de los agronegocios. Pero también, necesitamos el respaldo a los desarrollos locales, con precios sostén para los alimentos tradicionales en la mesa de los argentinos; que se impulsen procesos de ecolocalismo que aseguren espacios de seguridad alimentaria, con cinturones verdes para producción de alimentos, ferias de cercanías, respaldo y control municipal de tambos pequeños con distribución de leche fresca o pasteurizada localmente, diseños territoriales con arraigo de familias para el desarrollo de economías de autoproducción y comercialización de excedentes. Proponemos modelos de producción amigables con la Naturaleza, en que la Justicia Social y la Soberanía Alimentaria aseguren la felicidad de la población y su calidad de vida.
Red Nacional De Acción Ecologista - (RENACE)
Paraná, 12 de abril del 2008
www.renace.net
Desde el Ecologismo nos resistimos a ver un paisaje sin matices o a mirarlo con las anteojeras con las que se recrean antiguas antinomias. Hace muchos años que denunciamos un proyecto de agricultura industrial tan extractivo y minero como la misma minería química que se practica en gran parte del territorio nacional. Por otra parte, que los productores corten las rutas protestando por un tributo a la exportación, que deja indiferentes a los exportadores, llama la atención sobre el modo en que las Corporaciones trasladan sus cargas hacia abajo en la cadena productiva, oficiando como recaudadores. Ambas situaciones están ausentes en los actuales debates, tanto como en las agendas políticas: lo ambiental en primer lugar, la salud en segundo lugar y además, el rol y el protagonismo de las corporaciones. Estamos en medio de una crisis donde todos los partícipes parecen complotados para no mencionar a los exportadores, a la vez que para ocultar la catástrofe a que el modelo actual condena los suelos y ecosistemas argentinos, y las devastadoras consecuencias de las fumigaciones y de la contaminación sobre la Salud de las poblaciones. Tememos que la confrontación oculte y anticipe los desgarramientos de un modelo de exportación y de producciones en escala, que se acelera con la llegada de fondos de inversión y la producción de agrocombustibles, y que inevitablemente dejará fuera de juego a muchos de los que cortaron las rutas protestando contra un impuesto a la exportación que no pagan las Corporaciones exportadoras.
Desde el Ecologismo proponemos abrir los debates del campo al resto de la Sociedad. Proponemos interpelar a las Corporaciones exportadoras sobre su papel en la crisis actual y auditar las exportaciones que realizan, hasta el momento bajo meras declaraciones juradas y con oscuros procesos de triangulación y subfacturación para evadir impuestos al Estado que parecieran ser la norma consentida por la mirada impávida de los funcionarios del área. Necesitamos recobrar la soberanía de los puertos, reinstalar los organismos de control del Estado, tales como las Juntas Nacionales de Granos y de Carnes, en los marcos de políticas agrarias que actualmente están en manos de los agronegocios. Pero también, necesitamos el respaldo a los desarrollos locales, con precios sostén para los alimentos tradicionales en la mesa de los argentinos; que se impulsen procesos de ecolocalismo que aseguren espacios de seguridad alimentaria, con cinturones verdes para producción de alimentos, ferias de cercanías, respaldo y control municipal de tambos pequeños con distribución de leche fresca o pasteurizada localmente, diseños territoriales con arraigo de familias para el desarrollo de economías de autoproducción y comercialización de excedentes. Proponemos modelos de producción amigables con la Naturaleza, en que la Justicia Social y la Soberanía Alimentaria aseguren la felicidad de la población y su calidad de vida.
Red Nacional De Acción Ecologista - (RENACE)
Paraná, 12 de abril del 2008
www.renace.net
https://www.alainet.org/es/articulo/126976