“Mass media libre” y la publicidad oficial

05/06/2008
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
El debate sobre los subsidios públicos para la publicidad será uno de los ejes temáticos del 1º Foro de Mass media Libre, que se desarrollará en la Universidad Federal do Rio de Janeiro ( UFRJ) el 14 y 15 de junio. El Estado brasileño siempre estimuló, con el dinero recaudado de los tributos del pueblo, el nocivo proceso de concentración de los medios de comunicación. Getúlio Vargas fue uno de los pocos que desafió a los barones de los mass media al invertir fuertemente en la Radio Nacional y al situar la publicidad en el periódico nacionalista Última Hora. En cambio, el gobierno Lula, que creó cierta expectativa de que estimularía la diversidad informativa, no tuvo el coraje para enfrentar la dictadura mediática y se rindió frente a las bravatas del “dios mercado”.

En 2006, el gobierno Lula y las empresas estatales desembolsaron R$ 1.015.773,83 – más de mil millones de reales – en publicidad. El récord anterior de gastos se dio en el gobierno de Fernando Henrique Cardoso (FHC), en 2001, que destinó R$ 953,7 millones en anuncios. La casi totalidad de estos recursos benefició a los nueve grupos empresarias que controlan más del 85% de los medios de comunicación en el país. En el caso de FHC, la “bondad” con el dinero público sirvió para crear un blindaje para su gobierno. En cambio, para el presidente Lula, la ilusión de la seducción fue efímera y el subsidio oficial sirvió para alimentar a las serpientes, con la mass media convertido en el “partido de la derecha” y pidiendo su cabeza y su procesamiento.

Medios independientes en la penuria

Del total de los subsidios publicitarios en el gobierno Lula, el 62% fue para las emisoras privadas de televisión, el 12% para las radios, el 9% para los periódicos, el 8% para las revistas, el 1,5% para la Internet, el 1,5% para pancartas y 6% para otros medios. Solamente la omnipotente TV Globo captó más de 60% de los recursos de la televisión. En cambio, los tres principales periódicos del país (Folha, Estadão y Globo) se quedaron con la mayor parte del subsidio publicitario del sector. La dictadura mediática, que propugna el “estado mínimo” y critica los gastos públicos, iría a la quiebra sin los recursos oficiales, como ya reconoció un artículo fuera de sospecha del columnista Fernando Rodrigues, hombre de confianza de la familia Frias.

Mientras los poderosos grupos privados maman de la teta del Estado, los pequeños productores de los mass media y los movimientos sociales enfrentan un calvario para mantener sus medios. Publicaciones de calidad corren el riesgo de cerrar. Es el caso de Adital, que hace una de las mejores coberturas de América Latina, según relata Ermanno Allegri. En cambio, la Agencia Carta Maior, que se volvió notable por sus reportajes y análisis de fondo, tuvo que prescindir de buena parte de su excelente equipo. La revista Forum sólo se mantiene gracias al heroísmo de la redacción. Sindicatos, entidades estudiantiles, asociaciones de habitantes y radios comunitarias no tienen recursos para difundir sus ideas.

La “cobardía” del gobierno de Lula

En el campo popular y democrático de los mass media, hay una enorme decepción con el gobierno de Lula, inclusive de históricos petistas. El adjetivo trivial es el de “cobarde” frente a la dictadura mediática. Ya están cansados de recorrer los pasillos burocráticos del gobierno para solicitar subsidios publicitarios. Siempre ponen como pretexto los criterios del mercado, la audiencia y el tiraje. En la práctica, el gobierno incentiva la monopolización del sector con recursos públicos y castra la posibilidad de estimular la diversidad y la pluralidad informativas. Reiterando: ¡el gobierno de Lula alimenta a serpientes!

Frente a este escenario angustiante, el primer Foro de la Mass Media Libre debe adoptar una postura incisiva de crítica frente al uso nefasto del subsidio publicitario. Más que esto, debe presentar propuestas concretas en el sentido de romper este cerco y superar la lógica de la mercadotecnia. No se puede vacilar en este terreno. Al final, la publicidad oficial proviene de los tributos de la sociedad. Ella debería servir para incentivar y multiplicar las publicaciones independientes. Nada más justo de que ella sea usada para fortalecer los medios de los movimientos sociales y de los productores alternativos.

Es urgente cambiar la legislación sobre el tema, lo que sólo ocurrirá con fuerte presión de la sociedad. En Europa, por ejemplo, varios países adoptaron leyes de estímulo a la diversidad informativa como forma de enterrar los vestigios del nazi-fascismo y de perfeccionar la democracia. Una parte del subsidio publicitario del Estado es canalizado para apoyar medios independientes y para contener el proceso de monopolización capitalista del sector. Hasta en EE UU, país venerado por los neoliberales, existen leyes para evitar la propiedad cruzada y para financiar publicaciones independientes. El primer Foro de las Mass Media Libre, uniendo las fuerzas , debe hacer llegar al presidente Lula esta demanda democrática. (Traducción ALAI)

- Altamiro Borges es periodista, miembro del Comité Central del PCDOB, editor de la revista Debate Sindical y autor del libro “Encrucijadas del sindicalismo” (Editorial Anita Garibaldi).


http://altamiroborges.blogspot.com/

https://www.alainet.org/es/articulo/127980
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS