El acuerdo humanitario de intercambio: ¿Una segunda oportunidad?

19/06/2008
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En la actualidad se avanza hacia la normalización de las relaciones entre el gobierno de Colombia y los de Venezuela y Ecuador, lo cual recupera posibilidades importantes para el acuerdo humanitario. Además, revisten particular importancia las recientes declaraciones del presidente Chávez que se pueden interpretar como una rectificación, en la medida en que afirmó la no validez de la lucha armada en las actuales condiciones latinoamericanas, cuestionó a fondo el secuestro de las guerrillas colombianas, conminó a las FARC a liberar a todos los rehenes de manera inmediata y sin condiciones y se manifestó constructivo frente a la iniciativa que pueda adelantar el gobierno colombiano. Pronto el presidente Uribe saludó esta posición y ha vuelto a autorizar acciones de facilitación interna e internacional. En tal contexto, si se superan notorios obstáculos internos y se recurre con amplitud al apoyo de la comunidad internacional, podemos estar ante la segunda oportunidad real de conseguirlo.

No obstante, los obstáculos internos son altos: El gobierno prioriza el rescate militar con los llamados “cercos humanitarios”, ofrece altas recompensas a desertores que colaboren en ellos y promociona beneficios penales y garantías de reinserción a los guerrilleros presos que renuncien al intercambio humanitario. Y las FARC, tras la muerte de Raúl Reyes y los golpes sufridos, se tornan más desconfiadas, alegan falta de garantías y declararon herida de muerte la posibilidad del acuerdo. Por tanto, resulta decisivo alentar la exigencia y los factores favorables al acuerdo, sobre lo cual se pueden adoptar criterios y propuestas como las siguientes, en beneficio del diseño de una estrategia viable para conseguirlo:

1. Exigencia perentoria de la libertad inmediata e incondicional de los rehenes:

Los principios y las normas humanitarias son de imperativo cumplimiento para las partes, lo cual no está sujeto a condicionamientos o negociaciones, de forma que los acuerdos especiales o humanitarios son un recurso adicional. Los informes de los organismos intergubernamentales exigen a las guerrillas abstenerse de la práctica inaceptable del secuestro y liberar de inmediato y sin condiciones a todos los rehenes. Pero también ponen de presente que el Estado tiene la obligación de respetar, proteger y garantizar los derechos fundamentales de las personas y, en consecuencia, actuar con solicitud y eficacia, para procurar la libertad por todos los medios legítimos y a su alcance. El acuerdo humanitario ser antecedido o incluir el compromiso prioritario e inmediato de liberar a los civiles, pero además debe garantizarse la liberación de todos los retenidos, incluidos los miembros de la fuerza pública.

2. Exigencia al Gobierno nacional y a las FARC para que suscriban el acuerdo humanitario:

El acuerdo humanitario de intercambio puede posibilitar la libertad de los rehenes y la excarcelación de guerrilleros. Es necesario recuperar su importancia en la agenda pública nacional, conseguir el apoyo de entes estatales y canalizar el importante apoyo internacional ofrecido. Presupuesto necesario es superar los llamados inamovibles o condicionamientos rígidos que pretende cada parte, lo cual implica que asuman posiciones flexibles y que tengan margen y disposición para negociar. El gobierno debe entender que no se afecta su política llamada de “seguridad democrática” ni su empeño bélico que califica de “combate al terrorismo” como tampoco puede sobreestimar el debilitamiento conseguido de la guerrilla para desestimar el entendimiento y pretender un rescate militar incierto y de alto riesgo. Existen elementos de aproximación como la aceptación mutua de facilitadores, el nombramiento de voceros, la coincidencia en temas a definir y la voluntad reiterada recientemente por ambas partes para convenir este tipo de acuerdo.

3. Recuperar la intermediación y un amplio apoyo de la comunidad internacional:

Es necesaria la intermediación de varios países amigos, los europeos ya comprometidos y varios en el contexto latinoamericano y fronterizo. Debe entenderse que el proceso justamente se ha internacionalizado y ello constituye un factor decisivo, dado el alto nivel de desconfianza y la distancia entre las partes. El CICR podrá continuar con sus valiosos oficios de intermediación humanitaria, pero dado su carácter no incluye el concurso político, de interlocución y veeduría que pueden brindar los Estados y los organismos intergubernamentales. Se requiere recuperar los contactos con las FARC básicamente a través de facilitadotes internacionales. Parece impensable el acuerdo sin contar con un nivel de participación de varios países de la región, entre ellos Venezuela y Ecuador. Puede recurrirse también al apoyo de personajes y expertos internacionales de especial prestancia.

4. Ampliar el espectro y las posibilidades de los facilitares internos:

La facilitación de la Iglesia Católica es importante, su carácter de autoridad moral y su contribución en procesos de paz y humanitarios lo evidencia. No obstante, se requiere contar con otros actores y mecanismos; recurrir a consultas y a la construcción de consensos; para tal fin resultan útiles aportes como los de las comisiones creadas para el efecto por el Congreso y el funcionamiento del Consejo Nacional de Paz que acordó tratar este tema. Se requiere conseguir una amplia convergencia política y social que respalde la iniciativa del acuerdo. El apoyo de las organizaciones de las víctimas, de derechos humanos y humanitarias es importante. Un síntoma positivo es el reciente llamado del presidente a Carlos Lozano y a Alvaro Leyva para que reanuden labores de facilitación. Ha sido importante labor de la senadora Piedad Córdoba, le restan a su labor injustificadas expresiones de simpatía con la guerrilla, indiscreciones y manifestaciones de sectarismo.

5. Encontrar una fórmula intermedia en el tema territorial:


Es válida la iniciativa de explorar la posibilidad de que los primeros contactos y el inicio de las conversaciones sean en el exterior, pero necesariamente la implementación del acuerdo será en territorio colombiano y tendrá que definir la necesaria distensión militar y un área desmilitarizada. Pero puede hacerse posible que el escollo de la desmilitarización de un área no empantane los primeros acercamientos y consensos y se recurra a los facilitadores internacionales e internos en su solución. Se trata de aproximar las propuestas no a partir de la pretensión particular de cada parte sino de la aproximación de los términos, para tal efecto la anterior propuesta de España, Francia y Suiza es un referente pertinente. Es falsa la apreciación de que las liberaciones unilaterales conllevan a desconocer la necesidad de un área desmilitarizada, por el contrario, existieron riesgos ante los operativos militares y el Gobierno aceptó que tenía que cesar los operativos y no atacar el área de entrega. Además, la liberación colectiva de todos los rehenes requiere un operativo o varios operativos territoriales de mayor envergadura. Es de suma importancia la amplia participación veedora internacional e interna como elemento central en términos de garantías y seguridad.

6. Conciliar los términos para la excarcelación de guerrilleros:


La excarcelación de guerrilleros debe considerar la autonomía y la decisión adoptada por cada una de las personas beneficiadas, con respecto a las opciones como las de eventual ubicación en un territorio nacional o extranjero con las debidas garantías para el desplazamiento o la de aceptar el indulto u otra forma de beneficio penal que posibilite el retorno a la vida civil con garantías y de ser el caso la participación en el programa gubernamental de reincorporación. No se otorgarán amnistías e indultos para crímenes de guerra o de lesa humanidad.

7. Mantener y reforzar las formas de presión y movilización social:

La demanda de compromisos y acuerdos humanitarios se liga al movimiento más general en torno a los derechos de las víctimas y de la lucha por hacer efectivos los principios de lucha contra la impunidad. Las demandas humanitarias constituyen ahora un elemento de incidencia fuerte hacia las esferas gubernamentales, estatales y a las fuerzas irregulares. Se requiere conseguir un gran acuerdo nacional, político, social y ciudadano en torno a estas metas y demandar la libertad de los secuestrados y el acuerdo humanitario. Iniciativas como las grandes marchas contra el secuestro, el repudio al asesinato de los diputados y de solidaridad con las víctimas son determinantes. Son valiosas iniciativas como la Caravana Blanca al Guaviare, las propuestas de los excongresistas liberados y la movilización constante de las organizaciones de las víctimas como Asfamipaz.

8. Conseguir garantías, discreción, confidencialidad y ambiente para recuperar la confianza:

El tema de las garantías es esencial en todas las fases y acciones del proceso y los facilitadores son esenciales en su apoyo. Debe recurrirse a procedimientos discretos y a propuestas y consensos iniciales en reserva así como a mecanismos acordados sobre la información pública. Debe haber consenso previo sobre los temas a discutir y el tipo de arreglos a los que pueda llegar. En las actuales condiciones el acercamiento en principio no puede darse a partir de propuestas públicas que den lugar al debate y la descalificación entre las partes, salvo que sean gestos de entendimiento.

9. Implementar con urgencia una misión médica, facilitar información y entregar los restos mortales:

Con urgencia se requiere brindar atención médica a los cautivos por la guerrilla y conseguir el apoyo del CICR con base en la autorización de las partes. Esta misión humanitaria no se puede utilizar como ventaja militar por alguna de las partes. De otra parte debe proporcionarse información y correos entre las víctimas y sus familiares con apoyo en canales humanitarios. Las FARC deben entregar los despojos de los retenidos que han muerto como en el caso del capitán de la Policía Julián Guevara, con la información correspondiente sobre los hechos sucedidos.

Álvaro Villarraga

Presidente

Fundación Cultura Democrática

Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas

Corporación Viva la Ciudadanía.

semanariovirtual@viva.org.co 

www.vivalaciudadania.org

 

https://www.alainet.org/es/articulo/128304
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