Obama: ¿revolución o maniobra?

10/11/2008
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Barack Hussein Obama ganó la elección. Será el primer presidente mulato de EEUU. Allá, hace solo 50 años, como me recordaba una amiga, "los afroamericanos no podían votar. No podían ir al mismo cine que los blancos, ni tomar de agua de la misma fuente, ni ir a las mismas escuelas". Medio siglo después, el sueño antirracista de millones por el que Martin Luther King murió asesinado, se abrió paso y un joven abogado de padre keniano, en su primer período como senador electo, conquista la presidencia. ¿Un milagro? ¿Una revolución? ¿Una maniobra de la CIA? ¿Otra careta de Bush y sus políticas imperiales?

Ubiquémonos en el contexto. EEUU atraviesa una feroz crisis económica, que Obama ha calificado como la más grave de los últimos 100 años, y que responde a las políticas neoliberales, a la impunidad del mercado y la especulación manejadas por el gran capital financiero y las corporaciones que apadrinaron Reagan y Thatcher. Crisis que ha diseminado por el mundo: bancos y empresas en bancarrota, bolsas que se desploman, desempleo desbocado, desalojos por cientos de miles, recesión. Pero que en EEUU ha significado por primera vez, desde 1991, una efectiva caída del consumo, la desaparición de toda la "banca de inversión", la estatización de la principal aseguradora –AIG– y las dos principales inmobiliarias, y la pérdida de más de 800,000 empleos este año. En breve: un gran malestar social ante el fracaso de Bush y sus socios.

Encara, además, la doble situación impuesta por un gobierno de halcones guerreristas: ser la primera potencia mundial en declive, y estar en profundo aislamiento internacional, gracias al atropello de normas e instituciones creadas en la posguerra (Breton Woods, ONU y organismos como la GATT, hoy OMC, etc.). Están empantanados en la guerra en Afganistán y la invasión unilateral de Irak, luego de una sucesión de intervenciones militares. Gigante con pies de barro, amenaza incendiar Irán y otros países, a los que el inepto presidente genocida que gobierna llama el "eje del mal". El militarismo y los privilegios a los más ricos generan un déficit fiscal que bordea los US$ 480,000 millones de dólares anuales.

En su propio continente, EEUU pierde terreno (ALAI). Brasil, con Lula, batalla por la autonomía, un presidente indígena en Bolivia recupera los recursos naturales y expulsa a la DEA, un militar con visión social y de cambio en Venezuela, un obispo de la Iglesia de los pobres en Paraguay, un antiimperialista en Ecuador, un médico socialista en Uruguay, una Cuba digna que no sucumbe al bloqueo. Derrota del ALCA, surgimiento del UNASUR, próximo nacimiento del Banco del Sur, acuerdo del ALBA y MERCOSUR, repudio al neoliberalismo, a las políticas impuestas por la banca multinacional.

¿Es Obama un milagro? No. Expresa el confuso malestar de la gente con el sistema y capitaliza, con oratoria inteligente, la esperanza de cambio. Es casi un "outsider", creado por la necesidad de la gente y el afán de expresarse de la "mayoría silenciosa" que se siente estafada, frustrada, y fue a votar como nunca. 153 millones de votantes es un récord, como el voto de jóvenes, latinos y migrantes. Cambio, fue la consigna y "Sí se puede" el slogan para que la gente participe.

¿Qué cambio? Pues lo ofrecido es una política económica que acabe con la desregulación e impune manejo del capital financiero y sus privilegios; que imponga una reforma tributaria para que paguen más los que ganan más, reduciendo impuestos a trabajadores y capas medias; que genere acceso a la salud en un país donde más de 42 millones no tienen seguro; que amplíe la seguridad social y proteja las pensiones de estafas como las ocurridas con la bolsa y las AFP. ¿Qué más? Frenar el guerrerismo de los halcones del complejo militar industrial y de las empresas de seguridad privadas que lucran con las intervenciones militares. Retirar las tropas, con un cronograma establecido, de Irak, aunque insiste en concentrar tropas en Afganistán. Dialogar sin condiciones previas con Cuba o Venezuela, una política exterior novedosa.

¿Revolución? No. Repite incumplidos lemas de los demócratas. Justicia y libertad, sentido social y económico, acceso a la salud. ¿Cumplirá? Evita el aislamiento internacional y el pantano en el que los coloca el intervencionismo militarista. ¿Cesará el bloqueo a Cuba? ¿Saldrán de Irak? ¿Y las empresas de Cheney? ¡Uff!

¿Maniobra de la CIA? ¿Careta de Bush, como McCain? Tampoco. Pero gobernará con el poder económico y militar real: ¡"No hay una América progresista y una conservadora, hay los EEUU"! Aunque quisiera, Obama, solo, no cambia esto. EEUU tuvo esperanzas similares y frustradas con Kennedy. Aunque no tenía los antecedentes de Obama ni encaraba la misma crisis, igual que él no tenía fuerza social de base ni fuerza política organizada más allá de los electores. ¿Movilizará y organizará Obama su fuerza social? No es el estilo del norte. No habrá revolución, ni siquiera una reforma significativa. Pero –si la gente se mueve y no se paraliza– quizás se den algunos cambios. Como Santo Tomás, ver para creer.

La República, 10 de noviembre de 2008

http://www.larepublica.com.pe/content/view/255204/481/


https://www.alainet.org/es/articulo/130740

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