Ante la crisis y la presidencia de Obama: primero esperanza, luego desesperación

26/01/2009
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Esperanza y desesperación son dos emociones que vienen de la lógica y de la razón. La esperanza es el pensamiento que un resultado positivo es posible en situaciones cuando es improbable. Las expresiones de esperanza son vistas en hospitales, casinos y en eventos deportivos. Sin embargo, los clásicos griegos consideraban a la esperanza como uno de los males  de la caja de Pandora. Los peligros de la esperanza fueron debatidos por los filósofos modernos, empezando por (Friedrich) Nietzche, quien advertía sobre la humanidad sin límites en la búsqueda de arreglos utópicos. Sin embargo, cuando la gente se da cuenta de que no hay esperanza, se termina en la desesperación. Las dos emociones son extremadamente peligrosas. La desesperación lleva a tomar acciones desesperantes en donde la gente abandona toda noción de la razón para evitar lo inevitable. Las hojas de los periódicos representan gente abatida que recurren a acciones irracionales tales como asesinato, robo o prácticas vudú, como actos de desesperación. Con este concepto, estamos entrando en un período peligroso. La imagen económica es nefasta, pero el aire es grueso y con esperanza.

La inauguración del presidente Barack Obama fue un día de aspiración ilimitada. Millones de personas afrontaron el frío para darle la bienvenida a la figura mesiánica que llevará al mundo a un lugar más complicado. Analistas y ganadores del Nobel mantuvieron la esperanza de que las nuevas medidas fiscales van a proveer un estímulo necesario para revivir el planeta. Mucha confianza está puesta en Obama para que lleve una solución que es difícil de alcanzar. Sin embargo, una mirada a los hechos nos sugiere que la catástrofe no puede ser evitada. La sincronización de la caída económica es un hecho y la magnitud de la crisis se está exacerbando. Más aun, el pensamiento de que China va a movilizar su vasta población y reemplazar a los Estados Unidos de América como último recurso, está siendo otro mito. La última data económica muestra la caída del mastodonte, que es bastante lógico para una economía orientada a la exportación. Las exportaciones representan un 40 % del PIB (Producto Interno Bruto) chino. Por último, la esperanza de que el Congreso de los EUA vaya  a fusionarse alrededor de la necesidad de dar con una respuesta fiscal coordinada a la crisis desprovista de todo el conocimiento de las políticas estadounidenses. El sentido de urgencia va a desaparecer como 100 senadores y 435 parlamentarios reparten la torta de 800 mil millones de dólares estadounidenses. En el mismo sentido de la aprobación  del TARP (el plan de rescate del Departamento del Tesoro de los EUA) se transformó en un ejercicio de políticas que beneficiaban a un grupo especial según su conveniencia, el estímulo fiscal estará repleto de luchas internas, demoras y compromisos sin sentido. Al final, el paquete fiscal fracasará en promover el estímulo y la modernización que la gente espera. Por ejemplo, gastos en el tránsito fueron eliminados. Entonces, la noción de que el paquete va a permitir la construcción de sistemas modernos de transporte, similares a aquellos de Europa  y partes de Asia está probando estar equivocado. No obstante, una mirada fría al récord histórico hubiese confirmado tal negativo resultado. Fue esperanza la que nubló la visión colectiva.

Entonces, las dos preguntas más importantes son, ¿cuándo se evaporará la esperanza, y que ocurrirá cuando la desesperación se establezca? A pesar del hecho de que los precios de los activos están debajo de sus valores más altos, las realizaciones de que el paquete del rescate fiscal no alcanzará y que los EUA no proveerán la demanda necesaria para compensar la contracción global sólo dispararán los precios de los activos. Sin embargo, estas realizaciones se manifestarán en los próximos dos meses a medida que el circo de Washington (EUA) se mueve al escenario principal y la data de la economía China se acumula. Entonces, ¿cuál será la respuesta cuando la sociedad se de cuenta de que el hombre de la Casa Blanca (sede del gobierno) no es una figura mesiánica y de que una profunda recesión global es inevitable? Las sociedades hacen cosas extrañas cuando se encaminan a la desaparición. La depresión alimentada por la inflación de 1930s llevó a la aparición de figuras políticas. Por ende los griegos no se equivocaban. La esperanza es un mal porque crea expectativas que no pueden ser cumplidas. En vez de preparar a la sociedad por la inevitable corrección que tiene que llevarse a cabo para restaurar la estabilidad  y balancear la economía global, los economistas están vendiendo el remedio keynesiano. No se dan cuenta de que la evaporación de esperanza se transformará eventualmente en enojo, desesperación e irracionalidad.

- Walter Molano es Economista estadounidense, doctor de la Duke University (Durham, Carolina Norte, Estados Unidos de América), profesor de Economía de la Columbia University (New York, EUA), y economista-jefe del fondo BCP Securities (BCP'S). Para MERCOSUR Noticias.

https://www.alainet.org/es/articulo/132024?language=en

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