En las circunstancias actuales, no va a haber ley de Radiodifusión por más democrática que sea que nos libere del poder concentrado.

Mientras el poder formal y el real nos incitaba desde los multimedios a tomar partido por el “campo” o por el gobierno  - en un debate que nos llevaría a enfrentarnos en muchos casos a pobres contra pobres y capas medias contra capas medias - los pools de siembra, las cerealeras y los terratenientes disfrutaban de las ganancias extraordinarias.

Al tiempo que la pareja presidencial de la abundancia (19 propiedades declaradas entre otros bienes y una fortuna incalculable), discurseaba sobre la distribución de la riqueza, dinamitando las estadísticas del INDEC, tirando a los jubilados por debajo de los valores de indigencia, tratando de ocultar el crecimiento de la pobreza, con las secuelas de otros males como la mortalidad infantil, la falta de educación y salud para todos (se han potenciado enfermedades que deberían estar erradicadas como la tuberculosis, el mal de chagas, etc)

Y en el momento en que los grupos concentrados de poder multiplicaron geométricamente sus ganancias (como bien lo dijeron Franco Macri o Cristiano Ratazzi de la Fiat al sincerarse confesando que nunca habían ganado tanto), el presidente del Partido Justicialista y su esposa, aconsejados por algunos periodistas otrora opositores al poder real, decidieron llevar adelante lo que bien podríamos llamar el operativo Santa Cruz a nivel Nacional, que es ni más ni menos que terminar con la falsa disputa “ Clarín sí o Clarín no”, y comprar todo lo que se pueda en medios de comunicación, ya sea con plata del erario público o a través de las futuras publicidades, con retornos de obras con sobreprecios o con “vaquitas” hechas entre amigos peronistas (muchos han hecho sus aportes, obteniendo grandes beneficios desde Sergio Szpolsky, hasta Lázaro Baez, pasando por Haddad y Electroingeniería entre otros).
La cuestión es a través de medios masivos repetir las mentiras hasta que algo quede, tal cual lo soñó Joseph Goebbels.

Hoy la mayoría de las radios AM desde la primera de la izquierda, AM530 (radio de las Madres) hasta la casi última de la derecha AM 1090 (América) responden al discurso único del Kichnerismo. Si lo pueden soportar hagan lo que hizo este escriba y escuchen los programas centrales de todos los medios comprados o cooptados por el gobierno, y verán de qué se trata cuando hablo de discurso único.

Con las diferentes variantes, ya que algunos no toleran el mínimo disenso, mientras que otros instalan falsos debates entre la nueva derecha (del doble discurso y de los intelectuales quebrados) y la vieja derecha, Radio Cooperativa (del “ex” miembro del Consejo Nacional de Universidades Adrian Amodio), Radio Rivadavia (sin la programación deportiva) parte de la programación de Radio Argentina, Radio 10 (con González Oro, uno de los periodistas más respetuosos, según la presidente, declaración de amor hacia el “negro”, que cayó muy mal en los obsecuentes “nacionales y populares”), parte de la programación de Radio Splendid, AM 1030 Del Plata (con la domesticada Liliana Lopez Foresi y el escriba del poder Orlando Barone), todas se convirtieron en voceras presidenciales. A esto podríamos agregar algunas pequeñas radios de difícil escucha por su vieja tecnología entre las que se destaca la estatal Nacional, y la privada Belgrano.

Si a esto agregamos las FM (Blue, Aspen , Rock and Pop, la Mega, etc), los canales C5N y 26 entre otros y los medios gráficos de tirada diaria Infobae, Página 12, El Argentino, Crónica, etc, los semanales y quincenales, Siete Días, Newsweek, Veintitrés, Debate, Miradas al Sur, etc, más los cientos de páginas de Internet, y si además tenemos en cuenta los pactos con el Grupo Clarín y la Nación a través de Papel Prensa y del decreto presidencial 527/05, vemos que aquellos que creemos en una prensa dependiente de los sectores populares, tenemos que modificar esta realidad, para lo cual debemos conocerla.

Hoy más que nunca los periodistas alternativos estamos obligados a mostrar la otra realidad que no es la que nos describen los Globocopatel, la Repsol, los De Narvaez, los Kirchner, Telefónica, los Bancos, Clarín, la CGT los periodistas e intelectuales defensores de la corrupción entre otros y todo el poder económico y saber que mientras ellos se favorecen somos miles los que nos perjudicamos.

Hoy la realidad, “la única verdad”, es la de los jubilados y los docentes mal pagos, la de los desocupados sin posibilidades de conseguir empleo, la de los chicos sin escuelas, la de los trabajadores superexplotados, la de los ajustados y la de todos los luchadores que no han podido cooptar y que aún sueñan con un mundo mejor.

El panorama es complicado y los enemigos por acción o por omisión son muchos, pero nosotros, pueblo, hemos demostrado muchas veces que cuando se quiere como en 2001, se puede, aunque nos sigan “meando y nos quieran hacer creer que llueve”.

El conocer en manos de quien están los medios de comunicación, nos permite saber de que hablamos cuando hablamos de dictadura mediática, de libertad de empresa y de opinión publicada.
 
(*) Periodista, conductor del programa radial Los Locos de Buenos Aires loslocosdebuenosaires@yahoo.com.ar que se transmite de lunes a viernes de 8 a 9 en FM La Tribu 88.7 www.fmlatribu.com

Fuente: www.redeco.com.ar