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La Cumbre fue en Cumaná

15/04/2009
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Sin noticias sobre los sucesos de Trinidad-Tobago, es posible asegurar que la reunión decisiva de estos días, es la Cumbre de Presidentes del ALBA en Cumaná, Venezuela. Dos hechos de primera importancia dan sostén a esta afirmación: el acuerdo de crear una moneda de intercambio comercial entre los países integrantes con la denominación de “sucre” y, con relación a la reunión en Puerto España, la decisión de exigir al presidente de Estados Unidos, que cumpla las resoluciones de Naciones Unidas que, anualmente, demandan el levantamiento del embargo a Cuba.

La campaña mediática contra el ALBA, trata de presentarla como una organización anti americana y propiciadora de la confrontación. Los líderes que se reunieron en la ciudad natal del Antonio José de Sucre desarrollan políticas, en sus respectivos gobiernos, que es imposible tildarlas de una sola orientación ideológica o tener un mismo plan político. Los presidentes de Paraguay y Bolivia, el primer ministro de San Vicente, los presidentes de Honduras y Cuba, el primer ministro de Dominica y los mandatarios de Nicaragua y Venezuela, son los integrantes de esta asociación.

Por supuesto, hay temas que tienen un acuerdo pleno entre todos ellos. Se refieren al bienestar de sus naciones. A través de acciones que se han desarrollado en los últimos años, ha ido creándose un espíritu de confianza mutua, que ha hecho posible llegar a acuerdos de tal magnitud, que ningún otro organismo, en este continente, avanzó de forma tan decisiva.

Temas como solidaridad en la crisis energética, planes de salud para todos y campañas educacionales han hecho, en poco tiempo, lo que las múltiples declaraciones de otras reuniones, no tuvieron nunca la capacidad de concretar. Integrarse a la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de nuestra América (ALBA) es una decisión que busca llevar al terreno de los hechos las declaraciones de la OEA, contrarrestando los despropósitos de la CEPAL; posibilitar los enunciados de ALADI y llevar a un nivel superior las aspiraciones del Pacto Andino y MERCOSUR.

De esa alternativa, que ha estado beneficiando a los países integrantes, resalta el atropello a los derechos esenciales de una nación, como impedimento, obstáculo, lastre al desarrollo del bien común. Mientras uno de sus miembros, no importa cuál sea su peso económico, sufra las consecuencias de un embargo, el conjunto sufre las consecuencias. Tanto es así, que Bolivia se ha enfrentado a prohibiciones de Washington, debido a su relación con Cuba.

No es jactancioso, por lo tanto, que el presidente Evo Morales, graficando lo absurdo del embargo, haya declarado ser marxista leninista. Esa fue la razón aducida por la OEA, en 1962, para expulsar a Cuba con el complemento de la ruptura de relaciones de todos los países del continente. Sólo México desobedeció la orden de Washington, pero eran otros tiempos; hoy no sería así, teniendo en cuenta el acuerdo de libre comercio y el estrechamiento de relaciones México-USA. Pero, en contraposición, la demanda de estos tiempos se sostiene en la solidez de varios países que, en Trinidad-Tobago, influirán notoriamente en el curso de las deliberaciones.

Bolivia, a través del presidente Evo Morales, es un puntal digno del nuevo tipo de relaciones que tendrá América Latina con Estados Unidos. El mandatario norteamericano, Barak Obama, tendrá que reestructurar sus métodos de interacción con nuestros pueblos. Ya no habrá reuniones en las que, los enviados de la Casa Blanca o el propio presidente Obama, dicten las normas obedecidas por gobiernos sumisos.

En Cumaná se ha forjado una nueva política para nuestro continente.

- Antonio Peredo Leigue es periodista, senador del Movimiento al Socialismo (MAS) de Bolivia.

https://www.alainet.org/es/articulo/133406?language=en

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