Democracia real, democracia formal. ¿existe la democracia?

16/06/2009
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A

 La primera contradicción entre democracia formal y democracia real  está en el origen mismo del término. Según Mariano Grondona el origen  del poder no fue democrático sino despótico porque el verbo griego   "arkhein" tiene otra opción y, por tanto, dos significados: empezar y  mandar. Con esta palabra se conectan dos sustantivos: arkhé, origen y  arkhos, jefe. Con arkhé se vinculan  palabras como arcaico y  arqueología. Con arkhos, "monarca", monarquía que significa mando  unipersonal puesto que mono equivale a uno. ¿En qué pensarían los  inventores de la democracia, si es universalmente sabido que en la  suya la esclavitud era moneda de curso legal?

 

  Y, ¿en qué pensaríamos después al asociar el término con la utopía en la que una mayoría -el pueblo- ejerce libre y completamente su  propia soberanía y libertad?

 

 Así que en el principio (arkhé) no fue el pueblo (demos) sino el jefe (arkhos). La palabra "poder"; se origina en  la voz indoeuropea poti,  que significa "jefe". De ella deriva el griego despotes, "jefe" o  "amo", castellanizada, para mal de muchos amos, como déspota.  Democracia, entonces, se origina en el griego demos pueblo y kratos  poder. Sin embargo, la palabra pueblo excluía a los esclavos y a las  mujeres.

 

 La segunda contradicción está  en la propia naturaleza del término,  dado que "formal" se relaciona con "forma", que en términos  aristotélicos significa "lo que algo es o la esencia de algo". Se  trata de un sistema político donde la forma de gobierno  representativa está regida por  la constitución del Estado, que  garantiza la independencia de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. La elección de los representantes  de estos poderes, sobretodo del presidente y los diputados, lo hace  el pueblo mediante el voto libre, igualitario, universal, directo y  secreto. Se asume que el poder es homogéneo en los individuos como  miembros del Estado y no existen clases sociales  dominantes. En esta  democracia se consideren tres principios: la soberanía popular, la  libertad y la igualdad jurídica. El primero se refiere al  autogobierno del pueblo, pero de nuevo: ¿quién es el pueblo y quién elige a los gobernantes? ¿Garantiza la ley la  libertad de elegir, cuando los ciudadanos son analfabetos o no tienen  educación política? ¿Son iguales los pobres ante la ley jurídica;  tienen los mismos derechos y deberes?

 

 La tercera contradicción es ontológica; es decir, la democracia con respecto al ser. Es la democracia de los seres individuales o  atómicos o aislados  o es la democracia de los seres sociales que  tienen necesidades materiales, culturales y espirituales. Se trata  más bien de una ontología social cuya esencia es el trabajo. ¿Puede  existir democracia es un país en el que existen desempleados,  subempleados, o el trabajo es causa de sufrimiento y explotación como  el caso del trabajo infantil, las mujeres en las maquilas, los  migrantes; tan esclavos como en la época de oro griega, nada más que  con una esclavitud disfrazada por todos los condicionamientos del  oro?

 

 La cuarta contradicción es que la igualdad se limita a lo jurídico  sin considerar lo económico. Las diferencias  en el ingreso económico  según los grupos sociales son abismales. ¿Puede existir democracia en  un país donde  el 80 por ciento de la población vive en la extrema  pobreza y la riqueza está concentrada en el 5 por ciento de la  población?

 

 La quinta contradicción es ¿quién legitima a la democracia?, ¿la  violencia represiva del Estado mediante el uso de las fuerza o de las  armas, la utilización de la tortura y los tratos os inhumanos y  crueles, el asesinato de niños y niñas y jóvenes? En diversos países  en nombre de la democracia se han cometido los peores crímenes (y  debemos recordar que el nuestro no es la excepción).

 

 La sexta contradicción es con respecto a la verdad. ¿Puede existir la democracia sin la verdad? ¿Quién define la verdad con respeto, por ejemplo, a la impunidad militar o policial? ¿Quien define la verdad  con respecto a la corrupción de gobernantes y funcionarios? ¿Cuál es  la verdad sobre los torturados, desaparecidos y todas las violaciones  de los derechos humanos de las que ni siquiera tenemos noticia, por  la simple razón de que las víctimas son invisibles?

 

 La séptima contradicción es histórica. Los intereses neocolonialistas  y la lógica de la acumulación histórica del capital articulado con la oligarquía y sectores poderosos locales y nacionales han impuesto los regímenes militares o los gobiernos civiles con el ropaje de  democracia.

 

 Para lograr este propósito ha sido el cultivo de la guerra, el  negocio de las armas y las invasiones de marines, los desalojos  violentos de campesinos e indígenas; la generación de pobreza, la  emigración del campo a la ciudad y el desplazamiento como espaldas  mojadas a la tierra prometida del "destino manifiesto" o hacia las  metrópolis europeas.

 

 La octava contradicción es la epistemológica acerca de si es válido  el conocimiento de la democracia. Que clase de conocimiento y para  que se promueve cierto tipo de democracia y a que intereses sirve. En  otras palabras  ¿En que lógica se fundamenta la democracia en la  razón del mercado o la lógica del capital?

 

 La novena contradicción es sobre los métodos de promover o construir  la  democracia. Se parte de concepciones elitistas, clasistas o como  dice el pueblo desde arriba en forma vertical y no desde abajo hacia  arriba o en forma horizontal, participativa y movilizadora de las  comunidades  y organizaciones del movimiento social

 

 La décima contradicción se refiere a si ¿es posible la democracia sin  un desarrollo sustentable e integral? Definitivamente no es posible.  Los espacios saludables y estéticos, la sanidad del bosque, los  suelos, las aguas y el aire; la educación, la economía en función  de  la vida  individual familiar, comunitaria  y planetaria son  fundamentales  para la coexistencia, cooperación en un estado  democrático y solidario.

 

 Las undécima contradicción es sobre ¿ si pueden promover las  democracia aquellos países hegemónicos cuyas políticas históricamente  se han caracterizado por la invasión, sometimiento, guerras y  las  ocupaciones militares de nuestros pueblos, tal es el caso de la  guerra en Iraq y la ocupación militar de Honduras, la base en  Guantánamo Cuba, Puerto Rico, Ecuador  y El Salvador.

 

 La duodécima contradicción  es que no puede haber democracia si no  cambian la ideología patriarcal, si no existe participación política  y condiciones económicas igualitarias para la mujer. No basta que la  mujer llegue a las posiciones en las gobiernos, se requiere que  tengan un posicionamiento en contra de los tratados comerciales  desiguales, la privatización del agua, la salud, la energía y   en  franca oposición al sufrimiento que ocasiona el trabajo de la mujer  en labores domesticas,  maquilas o la discriminación salarial o bien  luchar  en la conquista de sus derechos de genero, sexualidad, vida  reproductiva  y en el respeto a sus derechos humanos.

 

 La décimo tercera contradicción es la ética y bioética. Como sujetos históricos y sociales, ciudadanos,  miembros del movimiento social o  de la sociedad civil tenemos la responsabilidad moral  de ser  participativos, deliberativos y solidarios en la construcción de una  verdadera democracia política, económica, social, humana y  planetaria. No basta ser participativos se requiere transparencia y  claridad en los objetivos y en las metas trazadas en función de la  vida y la dignidad humana

 

 Como resolver la contradicción de la democracia formal y la  democracia real. ¿Es posible hacerlo? ¿Es necesario? Nuestra  respuesta es afirmativa. La construcción de la democracia es un proceso histórico social.  Nuestros puntos de partida son la educación, la organización y la  movilización para democratizar el poder, la política, el trabajo  y  la economía.

 

 La educación debe ser integral y liberadora. Las escuelas  comunitarias deben contribuir a la formación política, principios  filosóficos y éticos sobre la necesidad de construir una verdadera  democracia. Esta escuela solo pude desarrollarla el pueblo  organizado. La organización solidaria y participativa debe  desarrollarse a partir de lo comunitario, para construir alianzas y  coaliciones tanto en el plano local, nacional e internacional.

 

 Es necesario democratizar la economía en el hogar, la escuela, lo  local, y el gobierno, El pueblo debe participar en la elaboración de  los presupuestos a nivel de las alcaldías o del gobierno. No puede  haber educación, salud, vivienda sana sino se democratiza la  economía.

 

 El saber cultural, el conocimiento, la información ética y el  desarrollo de la conciencia son fundamentales para analizar la  democracia. La ciencia y la técnica deben estar siempre al servicio  de las comunidades y en defensa de la vida del planeta. En esencia  debemos participar en la construcción de la democracia humana,  anticolonialista, opuesta a la globalización imperial donde la forma   sea la esencia de lo real  al reflejarse en la vida material  espiritual y cultural.

 

 Bibliografía

 

 Antonino Infranca: Trabajo, individuo, historia. El concepto del  trabajo/en Lukács. Ediciones herramienta. Argentina 2005

 

 Christophe Dejours. La banalización de la injusticia social.  Editorial/Topia. Argentina 2006

 

 Diego Gracia Guillén Democracia y Bioética Acta Bioethica 2001; 7(2)  Acta bioethica/ ISSN 1726-569X versión on-line

 

 Joachin Israel: El lenguaje de la dialéctica y la dialéctica del  lenguaje./Munksgaard, Humanitarian Press, England. (Versión inglesa)  1979

 

 Mariano Grondona. Historia de la democracia. Septiembre 2000.  Universidad/del CEMA.Departamento de Ciencias Políticas. Documento de  Trabajo No. 175

https://www.alainet.org/es/articulo/134412?language=en
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS