La SIP instrumento de opresión

22/06/2009
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Hace poco estuvo en Bolivia, una delegación de la Sociedad Interamericana de la Prensa (SIP), para recibir informe de sus afiliados sobre la situación de la libertad de expresión y de prensa. Los delegados, rodearon su presencia con un show mediático adecuado para llamar la atención. Las autoridades de gobierno, de manera inesperada, fueron parte del espectáculo y contribuyeron con una entrevista del presidente de la república a sus principales dirigentes.

El presidente y algunos de sus más cercanos colaboradores, explicaron a los inquisidores sipsianos sobre las libertades existentes para los medios de comunicación y les ilustraron sobre los excesos que cometen algunos medios afiliados a ese organismo representante exclusivo de propietarios de medios.

El presidente de la SIP Enrique Santos, reconoció la existencia de libertades para la libre expresión y para las actividades del periodismo en general. Evo Morales, terminó la reunión proponiendo: “trabajemos por una verdadera libertad de expresión”. Esta última expresión es muy loable, pero hubiera sido mejor que lo señalara a los periodistas y no precisamente a los propietarios de medios, que no siempre son periodistas.

¿Que es la SIP?

“El concepto de la SIP se desarrolló en 1926, cuando unos 130 periodistas de las Américas, reunidos en Washington D.C. para el Primer Congreso Panamericano de Periodistas, adoptó una resolución que aprobaba el establecimiento de una organización interamericana permanente de periodistas”, señaló una nota propalada antes del arribo de la misión de ese organismo, pero ¿es verdad aquello?.

Los historiadores de la SIP, siempre trataron de hacer creer que nacieron en el concepto del panamericanismo, pero está claro que no del Congreso Anfictiónico de Panamá, sino en el panamericanismo imperial de la Doctrina Monroe de 1823.

Para la SIP en 1926 se desarrolló un congreso de periodistas, cuando realmente fue una de empresarios. Durante sus deliberaciones, se trataron temas únicamente empresariales y se dejaron de lado los que correspondían a los periodistas. Desde luego, a los organizadores norteamericanos, les interesaban los dueños y no sus empleados.

Se efectuaron reuniones en varios países, hasta que en 1943, la conferencia realizada en La Habana, funda finalmente la SIP. Cuba era gobernada por el tirano Fulgencio Batista, en el contexto de la segunda guerra mundial. Terminada la conflagración, comienza la guerra fría, se perfila la política Maccartista y se crea la Agencia  Central de Inteligencia, que desde entonces tuvo mucho que ver con la SIP.

En 1949, se llevó a cabo el V Congreso Interamericano de Prensa en Quito. Los norteamericanos planeaban tomar el organismo bajo su dominio. En esa reunión estuvieron tres delegados gringos: un representante del Departamento de Estado, Tom Wallace y dos altos oficiales de la CIA, Joshua Powers y Jules Dubois. Este último, coordinó durante 15 años la labor del eje SIP-CIA en América Latina (1).

Los tres promocionaron la siguiente reunión a realizarse en Nueva York. A su regreso, los delegados entregaron un informe denominado “Background Of previus Interamerican Press Meeting”. Ese documento revelaba que la delegación norteamericana estaba trabajando para “secuestrar” la SIP bajo dominio de Estados Unidos y concretamente de la CIA.

Efectivamen
te en Nueva York, la CIA logró el cambio de constitución de la organización original y su realización con auspicios privados de las publicaciones de Estados Unidos. A esta reunión, se evitó invitar a delegados de publicaciones progresistas y los que lograron llegar con esfuerzo propio, fueron expulsados, acusados de ser “comunistas”. De esta manera se concretó el secuestro de la SIP a manos de la CIA de la cual es servidora fiel hasta ahora.

Salieron los periodistas y quedaron los empresarios, capturados por la CIA. Pero, había que crear un organismo que dé la cara por los periodistas y luche por una información veraz. Tuvieron que pasar 25 años hasta la creación de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP) en 1976. El periodista peruano, Genaro Carnero Checa, con la ayuda del presidente mexicano Luís Echeverría, impulsó la creación de la FELAP que desde entonces representa a los trabajadores y es objeto de sañudo silenciamiento por el organismo empresarial.

Un aparato desechable

“Hoy, la SIP cuenta con más de 1.300 miembros que representan a periódicos y revistas desde la Patagonia hasta Alaska con una circulación combinada de 43.353.762”. El dato, más que un elogio, tiene que llamar a la reflexión. Pues para un público potencial de unos 500 millones, las cifras son verdaderamente ridículas.

De pronto a los directivos de la SIP se les ocurrió viajar de un lado para otro en busca del show, como para darse ínfulas de vigencia plena y con valor de presión en defensa de la libertad de expresión. Los periodistas no necesitan que sus patrones, hablen por ellos, ni que defiendan la libertad de prensa. Por esta razón al presidente de Bolivia, debería importarle hablar con los periodistas, no con los propietarios.

¿Y por qué los Sipsianos están interesados en entrevistarse con el primero que encuentren en su camino?  Pues, porque la SIP se está convirtiendo en un instrumento incómodo al imperio y a la CIA. Cuando un agente es puesto al descubierto, ya no sirve y la CIA simplemente lo desecha y lo cambia por otro. Así es esta señora filicida con los hijos que engendra.

La Sociedad Interamericana de Prensa, hija malparida de la CIA, se le está haciendo incómoda e inútil. Sus antes poderosas e influyentes reuniones de antaño, ya no son tales pues se han convertido en rosario de fracasos y como a la mafiosa CIA no le gusta dejar Free Lances, está a punto de desecharla como trapo de cocina que ya cumplió con su cometido.

La cosa está muy seria para los empresarios, pues cualquier día la CIA decide acabar con su SIP, como si fuera uno más de sus agentes desenmascarados. No sería el primero, ya dejó así a Bin Laden,  Hussein, Somoza y otros a los que trató como simples desperdicios.

¿Quienes serán los reemplazantes?

Mientras la SIP cae en decadencia con notable disminución de afiliados y  circulación, están apareciendo otros medios más pequeños pero alternativos que le presentan feroz competencia a este viejo aparato de presión patronal.

Hay además otros nuevos instrumentos de  la CIA. Son aquellos autocalificados como free lances que a título de “libertad de expresión”  aparecieron como hongos malignos en los medios de comunicación.

Un elevado porcentaje de estos, ni siquiera son periodistas, pero ofician de “comentaristas”, “analistas” y trabajadores por cuenta propia, ¿pero por cuenta propia? ¿y a cuenta de qué o de quién?. Tenemos que sospechar que por los alrededores está circulando doña CIA con una buena billetera, para subvencionar a estos “cuenta propia de la libertad de expresión”.

Trabajar por la libertad de expresión

Al terminar su reunión con los delegados de la SIP, el presidente de Bolivia, les invitó a trabajar por una verdadera libertad de expresión. De acuerdo, ¿pero con los representantes del eje SIP-CIA?. Sería más adecuado que ese trabajo sea realizado con los periodistas, más concretamente con los organismos gremiales afiliados a la FELAP, que a su vez, son la contraparte de la SIP en Latinoamérica. ¿No les parece más adecuado?

https://www.alainet.org/es/articulo/134511
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