Drogas que exterminan

01/07/2009
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El mercado mundial de la cocaína, que mueve 50 millones de dólares, está sufriendo cambios de magnitud sísmica, tuvo un descenso asombroso de su producción en países como Colombia y ha provocado, entre otros efectos, el horrible recrudecimiento de la violencia en naciones como México, según indica el Informe Mundial sobre las Drogas de la Organización de Naciones Unidas publicado el jueves pasado.

El director de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Antonio María Costa, señaló que han disminuido los niveles de pureza y el número de incautaciones en los principales países consumidores, lo que generó el aumento de los precios y la fluctuación de las pautas de consumo. El funcionario hizo un llamado a monitorear la situación de América Central, donde advirtió que “los carteles están luchando por un mercado que cada vez se hace más pequeño”.

Pero hay otras facetas de ese azote que raramente se mencionan, a pesar de su gravedad y consecuencias. A principio de mes se reveló que un nuevo golpe al narcotráfico realizado por las autoridades mexicanas dejó al descubierto la vulnerabilidad de las especies marinas que contribuyen al equilibrio de los ecosistemas y de la vida en el planeta. 394 kilos de cocaína fueron encontrados dentro de tiburones blancos, en Puerto Progreso, Yucatán.

La Secretaría de Marina de México llenó dos contenedores de 12 metros de largo con decenas de ejemplares de esta especie, que como la mayoría de los tiburones, se caracterizan por ser longevos, de crecimiento lento, con madurez sexual tardía y con escasa descendencia, producto de un largo periodo de gestación, por lo que una captura indiscriminada puede ser crítica para la conservación de otras especies, incluso para la propia humanidad.

Los tiburones cumplen un papel determinante en el ecosistema oceánico, mantienen el equilibrio ecológico y se sitúan en la cúspide de la cadena alimenticia. No es la primera vez que ambientalistas denuncian la destrucción de vitales ecosistemas por el narcotráfico. A principios del 2009, en Perú se informó de la contaminación de importantes afluentes en el país, debido a los químicos utilizados en el procesamiento de cocaína.

Los narcotraficantes emplean 27 distintos químicos en la elaboración de pasta básica de la droga y su variedad pura, entre ellos los ácidos, solventes, combustibles y óxido, que generan gran mortalidad a la biodiversidad amazónica, según análisis de la Comisión Nacional para el Desarrollo y la Vida sin Drogas de Perú.

El Petén, entre el 2002 y el 2004, perdió 23 mil hectáreas de bosque y bosque virgen cada año, por el cambio de uso de los suelos que se utilizó para el cultivo de ilícitos y la construcción de narcopistas. En Izabal, los pescadores han reiterado que los cargamentos son dejados en ciertas zonas de la Bahía de Amatique, cuando existe alguna amenaza para el trasiego.

Esta situación afecta gravemente la subsistencia de algunas especies que sirven de alimento a las comunidades, y tiene un impacto negativo en la población de manatíes, que en el 2005 era de aproximadamente cien ejemplares, y para el 2007 este número se redujo en 50 por ciento.

Esta es otra de las dimensiones trágicas de la narcoactividad que permanece oculta y nos está costando innumerables vidas humanas y animales, por lo que esta batalla nos corresponde librarla a todas(os).

- Ileana Alamilla, periodista guatemalteca, es Directora de la Agencia CERIGUA., http://cerigua.info/portal/

https://www.alainet.org/es/articulo/134727
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