Voluntarios en Centroamérica:
Reforzar las redes sociales regionales
13/09/2009
- Opinión
Centroamérica ha sido, en las últimas tres décadas, uno de los polos principales de la cooperación internacional. Centenas de voluntarios europeos han trabajado en esa región. Principalmente en Nicaragua, aunque también en El Salvador y en Costa Rica. Más de una veintena de cooperantes suizos colaboran actualmente en una diversidad de proyectos y con muy variadas contrapartes. Desde el inicio de los años noventa, se estableció en Managua (Nicaragua) una coordinación binacional que asegura un seguimiento de calidad. La misma reúne a cinco ONG suizas: GVOM, Interteam, Eirene, E-CHANGER e Interagire, todas miembros de la plataforma UNITE. Mila Incer y Angelika Süllow, son las actuales coordinadoras de UNITE con base en Managua. Mila Incer, psicóloga con una formación adicional en administración de empresas, es nicaragüense y cuenta con una experiencia de más de veinte años en la cooperación internacional. Angelika Süllow, de nacionalidad alemana, reside en Nicaragua desde hace 17 años. Es ingeniera agrónoma con una vasta experiencia en trabajo de campo en el interior del país. Entrevista exclusiva.
P: Centroamérica vive, desde hace algunos años, una nueva realidad política. Con una activa presencia de movimientos sociales y gobiernos con sensibilidad social, particularmente en Nicaragua y El Salvador. ¿Exige este marco una re-evaluación o un repensar de la cooperación?
AS: En efecto, las organizaciones de la sociedad civil trabajan intensamente, en muchos casos, incluso, independientemente de los gobiernos. Y se consolidan redes nacionales y regionales en temas sensibles como el comercio justo, contra los organismos genéticamente modificados, a favor del derecho de las mujeres. Todo esto debemos reforzarlo. Pienso que los cambios políticos en marcha en El Salvador y Nicaragua pueden darle un impulso a esta dinámica en marcha. Algunas organizaciones contrapartes anticipan cuestionamientos a ciertos aspectos de la cooperación. No ven con buenos ojos cuando, por ejemplo, se producen recortes en el apoyo internacional por cuestiones políticas.Esto afecta sobre todo a la población pobre. La cooperación en el futuro deberá fomentar la capacidad de dialogo entre norte y sur. Es preciso saber escuchar. Los cooperantes ven, viven y escuchan de más cerca. Esta es su ventaja. Pueden ser verdaderas correas de transmisión entre realidades tan diversas...
“Potencializar a las contrapartes”
P: ¿Cuál es la principal tarea de la Coordinación de los voluntarios suizos en Centroamérica?
MI: Contribuir a que las contrapartes (copartes) centroamericanas puedan aprovechar lo mejor posible la cooperación solidaria ejercida por los cooperantes. Quienes a su vez, siguen aportando muy activamente a la sensibilización de la sociedad civil helvética. Estos dos elementos continúan siendo desafíos, objetivos y retos esenciales.
AS: En los últimos años ha habido mayores cuestionamientos en relación al tema del impacto de la cooperación en general. De lo que no se excluyen las ONG de intercambio de personas. Nuestro rol es de seguir cultivando y promoviendo la plusvalía de este tipo específico de cooperación. Siento que la misma está sólidamente enraizada en Suiza. Este es un elemento importante. Esas raíces junto con los intercambios sur-norte y norte-sur, así como las innovaciones en cuanto a los intercambios sur-sur, constituyen algo único. En otras cooperaciones europeas, como la alemana, no veo tan marcados estos ingredientes. Con otro plus adicional: la fortaleza del diálogo intercultural que se ejerce con mucha conciencia.
P: Tan pronto que hablamos de especificidad, aparece el tema de la interculturalidad y del trabajo de la sensibilización en Suiza...
MI: Están muy presentes en las prioridades de las ONG que representamos. Y se constata en la preparación de los futuros voluntarios, antes de veniry en el compromiso de los cooperantes, muchas veces estrechamente ligados a un grupo de personas que en Suiza les apoyan durante su afectación. Todo esto es clave.
P: ¿En qué áreas trabajan los voluntarios?
MI: A nivel de sectores, todas las ONG suizas coinciden en lo social y derechos humanos en una visión amplia (derechos de las mujeres, de la niñez, de las minorías, etc.). La mayoría también colabora con la educación; la producción, comercialización, seguridad y soberanía alimentarias, y protección al medio ambiente. En cuanto a los roles y funciones. En una etapa anterior, había muchos voluntarios suizos que trabajaban directamente en la base, con la población. Ahora predomina el reforzamiento a organizaciones e instituciones locales; mediante la capacitación de multiplicadores; asesoría metodológica, planificación estratégica y programática, etc.
P: ¿Evalúan ese cambio de perfil como positivo o negativo?
MI: Es la respuesta a una necesidad. Son las contrapartes locales quienes solicitan esos tipos de recursos humanos. La mezcla del trabajo en esos dos niveles, la base y el reforzamiento institucional, son importantes. Incluso muchos voluntarios, aunque trabajen a nivel más institucional, buscan de interactuar con la gente en la base para conocer sus necesidades, y poder asesorar a las contrapartes pero a partir de la realidad concreta. No debería haber un divorcio total entre los dos niveles de la práctica.
AS: Por ejemplo, en la esfera de la producción agrícola, el acompañamiento técnico solo no basta. Debe estar empapado de una metodología que realmente funcione, que permita estructurar organizativas idóneos para la gente. Si el aporte técnico no está adaptado a la forma en que la gente se organiza y con las cuales se identifica, que respete sus conocimientos empíricos, entonces no logrará promover autonomía.
P: Si bien entiendo, los cooperantes suizos que llegan quieren tener un contacto o, incluso, un trabajo directo con la base...
MI: Sí. Es casi general. Y se entiende. Los cooperantes tienen como objetivo lograr efectos multiplicadores. Y para lograrlo deben conocer cuáles son los beneficiarios directos, sus necesidades de formación y capacitación. Lo que constatamos es el casi permanente intercambio de conocimientos de ambos lados. Se da un enriquecimiento mutuo.
Asegurar la sustentabilidad a largo plazo
P: Un tema que preocupa de más en más a la cooperación oficial y, por ende, a las ONG de envío, es el del impacto del trabajo del cooperante. ¿Es problemático identificar los impactos?
MI: Depende del tipo de misión. En algunos tipos de afectación los objetivos y actividades son fácilmente mesurables. En otros casos, es más complicado. A veces, lo más complejo, es poder medir el impacto del trabajo del cooperante por sí solo. Normalmente muchas tareas se desarrollan con un colectivo, en equipo.
AS: Y depende también de cómo se mide. A veces prevalece el interés de lo cuantitativo a lo cualitativo. La visión del impacto se modificará según los parámetros. Y el aspecto de reforzar o crear sinergias debe ser un elemento clave en la medición. Por otra parte, en este tipo de cooperación, los impactos exigen largos plazos...Una cosa es venir para armar una bicicleta. Otra para armar la bicicleta y enseñar a manejarla. Algo muy distinto será todo lo anterior pero incluyendo también el discernimiento del beneficiario para decidir cuando usa la bicicleta o cuando un carro o cuando va a pie...En general está ligado a procesos de tiempo medio o largo. A veces plazos que van más allá de la simple asignación de un voluntario. Estoy convencida que el mayor impacto de un recurso humano que llega de afuera se da entre el 3er y 5to año de presencia. Pienso que sería importante flexibilizar la duración de los contratos.
MI: Entraría también el concepto de ser sustentable a largo plazo. Muchas veces un cooperante capacita a un equipo. Pero en nuestros países hay muchos y constantes cambios de puestos de trabajo de parte del personal local. Y gente capacitada por un voluntario puede cambiar a otra institución...De hecho allí aportará los conocimientos adquiridos, pero no será a la contraparte original. Pero serán recursos capacitados positivamente para el país, independientemente de la propia vida de una contraparte. Todo esto no siempre es simple a medir y conceptualizar.
P: Sería importante, para terminar, conocer vuestra visión sobre desafíos futuros de esta forma especial de cooperación Norte-Sur...
AS: Habría mucho para hablar, para especular, para soñar. A veces pienso que un aporte adicional del intercambio de personas sería intensificar las misiones Sur-Norte. Es decir, gente de Centroamérica que vaya a Suiza a aprender aspectos determinados que reforzarán luego la capacidad de su organización. Otro elemento sustantivo de esta modalidad de cooperación son los intercambios Sur-Sur. Hemos promovido y participado en varias experiencias, y todas han sido muy positivas y enriquecedoras. Incluso pensando en la sensibilización hacia Suiza en particular y el Norte en general. Es real que hay mucho para reflexionar sobre la forma de comunicar y sensibilizar en los países del Norte, los aspectos positivos de lo que se vive en un proyecto y en una práctica cotidiana en el Sur. En este rubro, aunque se hace ya mucho – y eso es un distintivo de la cooperación helvética- , existen siempre espacios enormes a explorar.
*Colaboración de prensa UNITE / E-CHANGER
https://www.alainet.org/es/articulo/136311
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