Pepe del Gallo, analista político
25/01/2010
- Opinión
El Brasil está repleto de analistas que hacen fantásticos pronósticos en los años de elecciones. Cada cual que se fije en el de su preferencia. Yo, se lo confieso, minero como soy, me quedo con mi compadre Pepe del Gallo, camionero del barrio Mantiqueira. Nunca entro en un período electoral sin consultarle.
La semana pasada compartimos una frijolada en el rancho en el que vive, por el lado de Aiuruoca. “Y bueno, compadre, ¿cómo va a ser este año electoral?”, le pregunté.
Pepe del Gallo se tocó su rala barba en su rostro delgado, empezó a comer (nunca usa tenedor, pues dice que pincha con la lengua) y dijo con voz mansa:
“Está difícil de imaginar, compadre. La cosa está más enroscada que longaniza de tienda”. “Entonces desenróllela, Pepe”. “Como diría Jack el destripador (a Pepe le encantan las historietas de terror), vamos por partes: ¿a quién quiere doña Dilma como vice: a Michel Temer, apoyado por Sarney; a Henrique Meirelles, que se pasó del PSDB al PMDB con la mirada en el futuro; a Hélio Costa, que cambiaría la aspiración al gobierno de Minas Gerais por una plancha pura sangre, minera con minero?”
“¿Y Serra?”, pregunté. “Todavía no sé si será candidato a presidente o buscará la reelección en São Paulo. Si se presenta a presidente, ¿Aécio acepta ser vice en la lista café con leche? ¿o, para enfrentar a doña Dilma, intentará convencer a doña Marina de que renuncie al caballo de la candidatura presidencial para repetir, por todo el Brasil, la propuesta carioca de Gabeira, del PV, apoyado en Rio de Janeiro por el PSDB, para disputar la gobernación?”
“Está todo muy confuso”, suspiró mi compadre. “¿Doña Marina va a llevar un empresario de vice para atraer los votos de quienes guardan dinero en el banco, o ejerce de líder popular?”
“¿Y Ciro Gomes, Pepe?” “Es lo que yo me pregunto. ¿Va de vice de doña Dilma, dejando al PMDB como palillo en boca de desdentado, acepta ser candidato al gobierno paulista con apoyo del PT, o se presenta otra vez como presidenciable para prepararse para el próximo gobierno?”
“Pepe, ¿cómo ve la situación de São Paulo?”. “Allí, que es la cuna del PT, la cosa está más fea que indigestión de torreznos. ¿Quién del Partido de Lula será candidato a gobernador? Todos los caciques se quemaron en la hoguera de los sueldazos o suelditos: Zé Dirceu, Genoíno, Palocci, Sobrou o Suplicy, pero a éste no lo aprueba la dirección del partido, pues es más independiente que un diente del juicio en boca desdentada”.
Pepe del Gallo pasó los dedos por su cabello escaso y meneó la cabeza: “¿Quizás doña Marta concurra de nuevo contra el doctor Alkmin, después de haber perdido en las últimas elecciones municipales? ¿Mercadante intentará ir al Senado para provocar al gobierno del estado? ¿O el PT preferirá al desconocido prefecto de Osasco?”
“Y aquí en Minas Gerais, compadre, ¿qué va a pasar?”. “En Minas la cosa está más hedionda que eructo de urubú. Lula tiene tres candidatos: Hélio Costa, Patrus Ananias y Fernando Pimentel. Presiento que Planalto preferiría, para favorecer la alianza nacional, que se presentase sólo la plancha PMDB-PT o viceversa. Está difícil. Sólo el PT tiene dos candidatos: Patrus y Pimentel. Va a resultar una fea lucha en las previas para escoger. Incluso porque los dos saben que los dos escaños mineros al Senado están prácticamente elegidos: José Alencar y Aécio Neves (si no aceptara ir como vice de Serra)”.
“Lula será el gran jefe electoral en el pleito presidencial. Pero va a tener que amarrarse los pantalones en ciertos lugares: ¿en Rio favorece a Sergio Cabral o a Linberg Farias, en caso de que éste se proponga como candidato a gobernador por el PT? Y si Linberg aceptar dar apoyo a Cabral a cambio del Senado, ¿cómo queda Benedicta da Silva, que insiste en ser la candidata del PT a la casa presidida por Sarney? ¿Y en Bahia, Lula apoyará en la lucha por la reelección a Jaques Wagner o a Geddel Vieira Lima, su ministro?”
“Lo triste -observó Pepe del Gallo- es que las alianzas partidarias ya no se hacen sobre programas, propuestas, objetivos. Vale un ojo el tiempo de propaganda electoral gratuita en la televisión. Cuanto mayor es el partido, mayor es el tiempo. Como el PMDB es un dinosaurio, casi todos lo cortejan con la esperanza de ver ampliada su visibilidad en la pequeña pantalla”.
El compadre considera que la elección presidencial no tendrá carácter plebiscitario -de quien aplaude o abuchea los ochos años del gobierno de Lula-, porque Marina Silva entró en la carrera y entonces los presidenciables deberán discutir el futuro sustentable del desarrollo brasileño.
“Y le digo más, compadre -añadió-, creo que esta vez no se podrá esconder nada en los debates: todos harán promesa de dar seguimiento a las políticas sociales de Lula, ninguno amenazará a los militares con abrir los archivos de la dictadura, todos se presentarán como intransigentes defensores del medio ambiente desde niños y ninguno osará criticar la actual política económica, incluso sabiendo que los intereses van a subir este año, aunque eso haga bajar la cotización electoral de la candidata al gobierno”.
Pepe del Gallo terminó la conversación afirmando: “Vista ahora, compadre, la cosa está más incómoda que el ojito de encapuchado en Semana Santa. Pero se irá descubriendo, para agrado de unos y lloro de otros. Lo importante es mejorar el Brasil de los pobres y no volver a elegir a los corruptos”. (Traducción de J.L.Burguet)
Frei Betto es escritor, autor de “La mosca azul. Reflexión sobre el poder”, entre otros libros.
Copyright 2010 – Frei Betto - Se prohíbe la reproducción de este artículo por cualquier medio, electrónico o impreso, sin autorización. Contacto – MHPAL – Agência Literária (mhpal@terra.com.br)
La semana pasada compartimos una frijolada en el rancho en el que vive, por el lado de Aiuruoca. “Y bueno, compadre, ¿cómo va a ser este año electoral?”, le pregunté.
Pepe del Gallo se tocó su rala barba en su rostro delgado, empezó a comer (nunca usa tenedor, pues dice que pincha con la lengua) y dijo con voz mansa:
“Está difícil de imaginar, compadre. La cosa está más enroscada que longaniza de tienda”. “Entonces desenróllela, Pepe”. “Como diría Jack el destripador (a Pepe le encantan las historietas de terror), vamos por partes: ¿a quién quiere doña Dilma como vice: a Michel Temer, apoyado por Sarney; a Henrique Meirelles, que se pasó del PSDB al PMDB con la mirada en el futuro; a Hélio Costa, que cambiaría la aspiración al gobierno de Minas Gerais por una plancha pura sangre, minera con minero?”
“¿Y Serra?”, pregunté. “Todavía no sé si será candidato a presidente o buscará la reelección en São Paulo. Si se presenta a presidente, ¿Aécio acepta ser vice en la lista café con leche? ¿o, para enfrentar a doña Dilma, intentará convencer a doña Marina de que renuncie al caballo de la candidatura presidencial para repetir, por todo el Brasil, la propuesta carioca de Gabeira, del PV, apoyado en Rio de Janeiro por el PSDB, para disputar la gobernación?”
“Está todo muy confuso”, suspiró mi compadre. “¿Doña Marina va a llevar un empresario de vice para atraer los votos de quienes guardan dinero en el banco, o ejerce de líder popular?”
“¿Y Ciro Gomes, Pepe?” “Es lo que yo me pregunto. ¿Va de vice de doña Dilma, dejando al PMDB como palillo en boca de desdentado, acepta ser candidato al gobierno paulista con apoyo del PT, o se presenta otra vez como presidenciable para prepararse para el próximo gobierno?”
“Pepe, ¿cómo ve la situación de São Paulo?”. “Allí, que es la cuna del PT, la cosa está más fea que indigestión de torreznos. ¿Quién del Partido de Lula será candidato a gobernador? Todos los caciques se quemaron en la hoguera de los sueldazos o suelditos: Zé Dirceu, Genoíno, Palocci, Sobrou o Suplicy, pero a éste no lo aprueba la dirección del partido, pues es más independiente que un diente del juicio en boca desdentada”.
Pepe del Gallo pasó los dedos por su cabello escaso y meneó la cabeza: “¿Quizás doña Marta concurra de nuevo contra el doctor Alkmin, después de haber perdido en las últimas elecciones municipales? ¿Mercadante intentará ir al Senado para provocar al gobierno del estado? ¿O el PT preferirá al desconocido prefecto de Osasco?”
“Y aquí en Minas Gerais, compadre, ¿qué va a pasar?”. “En Minas la cosa está más hedionda que eructo de urubú. Lula tiene tres candidatos: Hélio Costa, Patrus Ananias y Fernando Pimentel. Presiento que Planalto preferiría, para favorecer la alianza nacional, que se presentase sólo la plancha PMDB-PT o viceversa. Está difícil. Sólo el PT tiene dos candidatos: Patrus y Pimentel. Va a resultar una fea lucha en las previas para escoger. Incluso porque los dos saben que los dos escaños mineros al Senado están prácticamente elegidos: José Alencar y Aécio Neves (si no aceptara ir como vice de Serra)”.
“Lula será el gran jefe electoral en el pleito presidencial. Pero va a tener que amarrarse los pantalones en ciertos lugares: ¿en Rio favorece a Sergio Cabral o a Linberg Farias, en caso de que éste se proponga como candidato a gobernador por el PT? Y si Linberg aceptar dar apoyo a Cabral a cambio del Senado, ¿cómo queda Benedicta da Silva, que insiste en ser la candidata del PT a la casa presidida por Sarney? ¿Y en Bahia, Lula apoyará en la lucha por la reelección a Jaques Wagner o a Geddel Vieira Lima, su ministro?”
“Lo triste -observó Pepe del Gallo- es que las alianzas partidarias ya no se hacen sobre programas, propuestas, objetivos. Vale un ojo el tiempo de propaganda electoral gratuita en la televisión. Cuanto mayor es el partido, mayor es el tiempo. Como el PMDB es un dinosaurio, casi todos lo cortejan con la esperanza de ver ampliada su visibilidad en la pequeña pantalla”.
El compadre considera que la elección presidencial no tendrá carácter plebiscitario -de quien aplaude o abuchea los ochos años del gobierno de Lula-, porque Marina Silva entró en la carrera y entonces los presidenciables deberán discutir el futuro sustentable del desarrollo brasileño.
“Y le digo más, compadre -añadió-, creo que esta vez no se podrá esconder nada en los debates: todos harán promesa de dar seguimiento a las políticas sociales de Lula, ninguno amenazará a los militares con abrir los archivos de la dictadura, todos se presentarán como intransigentes defensores del medio ambiente desde niños y ninguno osará criticar la actual política económica, incluso sabiendo que los intereses van a subir este año, aunque eso haga bajar la cotización electoral de la candidata al gobierno”.
Pepe del Gallo terminó la conversación afirmando: “Vista ahora, compadre, la cosa está más incómoda que el ojito de encapuchado en Semana Santa. Pero se irá descubriendo, para agrado de unos y lloro de otros. Lo importante es mejorar el Brasil de los pobres y no volver a elegir a los corruptos”. (Traducción de J.L.Burguet)
Frei Betto es escritor, autor de “La mosca azul. Reflexión sobre el poder”, entre otros libros.
Copyright 2010 – Frei Betto - Se prohíbe la reproducción de este artículo por cualquier medio, electrónico o impreso, sin autorización. Contacto – MHPAL – Agência Literária (mhpal@terra.com.br)
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