El machismo que no cesa
30/03/2010
- Opinión
Fue el “V Encuentro de Mujeres África-España por un Mundo Mejor”. Entre otras cuestiones, una reflexión sobre cuanto avanza la emancipación de las mujeres. Emancipación como liberación del sometimiento, de la discriminación y del maltrato y la muerte machistas. A ese respecto recuerdo que en 1994 escribí: “Entre 1983 y 1993, los terroristas de ETA asesinaron en España a 360 personas. En ese mismo período, maridos, parejas, amantes o novios violentos mataron a 609 mujeres.” Y apenas pasaba nada por esas muertes de mujeres.* *Ahora sí, pero siguen pendientes demasiadas cuestiones y muchos interrogantes sin respuesta
El sometimiento de la mujer por el hombre continúa, aunque su situación ha mejorado. En España, en 2009 fueron asesinadas 58 mujeres por hombres y en lo que va de 2010, 14. En Portugal, entre 2004 y 2009, el Observatorio de Mujeres Asesinadas verificó 201 muertes violentas de mujeres. En Francia, casi el 10% de las mujeres ha sido víctima de alguna violencia a manos de hombres. En Alemania, la quinta parte de mujeres ha sufrido violencia física o sexual por su pareja. En Dinamarca, un 60% de violaciones en las que la policía identifica a un sospechoso no llegan a juicio. En Reino Unido unas 80.000 mujeres sufren violación o intento de violación anualmente... Suma y sigue.
Las violaciones, abusos sexuales, muertes violentas de mujeres por maridos, parejas o que lo fueron, crímenes de honor, ablaciones de clítoris, las abundantes muertes violentas de mujeres en zonas de conflicto y las inacabables violaciones masivas en esos mismo lugares son la punta del iceberg del milenario dominio machista de la mujer.
A tales males cabe añadir hoy la explotación sexual de mujeres y niñas como industria: unas 100.000 mujeres jóvenes (a menudo niñas) de Brasil, Colombia, Ecuador, Bulgaria, Rumanía, Ucrania, Rusia, Nigeria, Senegal... son llevadas cada año a la Unión Europea, a menudo con engaños, para ser explotadas sexualmente. La Organización Internacional del Trabajo calcula que en el mundo podrían ser casi dos millones las mujeres y niñas víctimas de tan repugnante tráfico de personas. Terrorífico.
Desde otro ángulo, en países ricos las mujeres ganan menos que los hombres por mismo trabajo y horario. En España, por ejemplo, 27% menos. En ése y otros países desarrollados la presencia de mujeres en puestos directivos o de mayor responsabilidad es muy minoritaria. Y en Asia, África y América Latina quienes sufren mayor pobreza son mayoritariamente mujeres... Suma y sigue.
Y aún hay quien pretende que se han cambiado las tornas. Que las mujeres mandan mucho y que los varones están cada vez más en la zona inferior de la sociedad. ¡Para partirse de risa!
Investigadores de períodos muy lejanos de la humanidad aseguran que entonces los seres humanos vivían sin sometimiento de unas por otros. ¿Por qué miserable razón los varones eligieron tratar a las mujeres como seres de categoría inferior? Hay quien dice que antes estaban fascinados por las mujeres por ser creadoras de vida, pero en algún momento decidieron que ellos también, se acabó la fascinación y, acaso por ser menor su papel como varones (sólo proporcionar espermatozoides de fugaz y veloz modo), las rebajaron y sometieron por envidia. Más allá del carácter literario, mito o leyenda de lo antedicho, durante milenios el hombre ha sometido, infravalorado, discriminado, agredido, abusado, violado, maltratado y asesinado a las mujeres.
Es el machismo milenario que no cesa. Criminal, estúpido y suicida. Porque, además, a todos nos iría mejor si las mujeres pudieran estar donde deben, donde tienen derecho a estar como seres humanos, ésos de los que la Declaración Universal de Derechos Humanos asegura que “nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.
Y, además, en situaciones de crisis, de conflicto, de horas bajas, las mujeres son las que resisten, el motor que hace avanzar. Así ha sido desde el Neolítico y es hoy donde se sufren graves crisis humanitarias, situaciones endémicas de violación de derechos humanos, estados de violencia y pobreza. Darfur al sur de Sudán, Gaza y Cisjordania ocupada, África central, Colombia, América Central, Sudeste asiático...
Pero los necios varones continúan negando a las mujeres el lugar que les corresponde en el mundo.
Porque mientras no cese la discriminación, explotación y violencia contra las mujeres, no hay solución.
- Xavier Caño Tamayo es Periodista y escritor
El sometimiento de la mujer por el hombre continúa, aunque su situación ha mejorado. En España, en 2009 fueron asesinadas 58 mujeres por hombres y en lo que va de 2010, 14. En Portugal, entre 2004 y 2009, el Observatorio de Mujeres Asesinadas verificó 201 muertes violentas de mujeres. En Francia, casi el 10% de las mujeres ha sido víctima de alguna violencia a manos de hombres. En Alemania, la quinta parte de mujeres ha sufrido violencia física o sexual por su pareja. En Dinamarca, un 60% de violaciones en las que la policía identifica a un sospechoso no llegan a juicio. En Reino Unido unas 80.000 mujeres sufren violación o intento de violación anualmente... Suma y sigue.
Las violaciones, abusos sexuales, muertes violentas de mujeres por maridos, parejas o que lo fueron, crímenes de honor, ablaciones de clítoris, las abundantes muertes violentas de mujeres en zonas de conflicto y las inacabables violaciones masivas en esos mismo lugares son la punta del iceberg del milenario dominio machista de la mujer.
A tales males cabe añadir hoy la explotación sexual de mujeres y niñas como industria: unas 100.000 mujeres jóvenes (a menudo niñas) de Brasil, Colombia, Ecuador, Bulgaria, Rumanía, Ucrania, Rusia, Nigeria, Senegal... son llevadas cada año a la Unión Europea, a menudo con engaños, para ser explotadas sexualmente. La Organización Internacional del Trabajo calcula que en el mundo podrían ser casi dos millones las mujeres y niñas víctimas de tan repugnante tráfico de personas. Terrorífico.
Desde otro ángulo, en países ricos las mujeres ganan menos que los hombres por mismo trabajo y horario. En España, por ejemplo, 27% menos. En ése y otros países desarrollados la presencia de mujeres en puestos directivos o de mayor responsabilidad es muy minoritaria. Y en Asia, África y América Latina quienes sufren mayor pobreza son mayoritariamente mujeres... Suma y sigue.
Y aún hay quien pretende que se han cambiado las tornas. Que las mujeres mandan mucho y que los varones están cada vez más en la zona inferior de la sociedad. ¡Para partirse de risa!
Investigadores de períodos muy lejanos de la humanidad aseguran que entonces los seres humanos vivían sin sometimiento de unas por otros. ¿Por qué miserable razón los varones eligieron tratar a las mujeres como seres de categoría inferior? Hay quien dice que antes estaban fascinados por las mujeres por ser creadoras de vida, pero en algún momento decidieron que ellos también, se acabó la fascinación y, acaso por ser menor su papel como varones (sólo proporcionar espermatozoides de fugaz y veloz modo), las rebajaron y sometieron por envidia. Más allá del carácter literario, mito o leyenda de lo antedicho, durante milenios el hombre ha sometido, infravalorado, discriminado, agredido, abusado, violado, maltratado y asesinado a las mujeres.
Es el machismo milenario que no cesa. Criminal, estúpido y suicida. Porque, además, a todos nos iría mejor si las mujeres pudieran estar donde deben, donde tienen derecho a estar como seres humanos, ésos de los que la Declaración Universal de Derechos Humanos asegura que “nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.
Y, además, en situaciones de crisis, de conflicto, de horas bajas, las mujeres son las que resisten, el motor que hace avanzar. Así ha sido desde el Neolítico y es hoy donde se sufren graves crisis humanitarias, situaciones endémicas de violación de derechos humanos, estados de violencia y pobreza. Darfur al sur de Sudán, Gaza y Cisjordania ocupada, África central, Colombia, América Central, Sudeste asiático...
Pero los necios varones continúan negando a las mujeres el lugar que les corresponde en el mundo.
Porque mientras no cese la discriminación, explotación y violencia contra las mujeres, no hay solución.
- Xavier Caño Tamayo es Periodista y escritor
https://www.alainet.org/es/articulo/140357
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