Ley de Comunicación

13/06/2010
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Hay elementos que no han sido superados en el debate que han propiciado los medios, previa aprobación de la Ley de Comunicación. Primero, la gran mayoría de medios ha simplificado la reflexión de la ley, pues solo abordan temas que atañen al ejercicio periodístico, olvidándose que la comunicación es mucha más amplia. Segundo, ha imperado la crítica a la Ley propuesta por el oficialismo antes que la presentación de iniciativas. Tercero, se ha utilizado la libertad de expresión como sinónimo solo de derechos y no de obligaciones, por lo tanto, también se ha sobreexpuesto el tratamiento de los derechos.
 
Otro tema que ha denotado debilidad en el enfoque que ciertos medios han dado a la reflexión de la Ley está relacionado con la profesionalización de quienes ejercen el periodismo y la comunicación, porque en varios medios hay muchas personas que ejercen el periodismo sin tener esta profesión. Este hecho también pudo haber creado un falso espíritu de cuerpo entre los periodistas de profesión y los periodistas de afición. A mi modo de ver, el periodismo debe ser ejercido por profesionales de esta rama y no por quienes pasan, muchas de las veces, de los concursos de reinados, de simpatía o de farándula a espacios tan serios como los noticieros y las revistas matinales.
 
 Dentro de este contexto, también se ha observado ciertos tipos de militancia. Los que se llaman independientes, los que pasaron de independientes a oficialistas, los empíricos que quieren seguir siendo periodistas porque dejaron sus otras carreras y oficios, los defensores de los Derechos Humanos y las libertades, pero muy poco espacio se les ha otorgado a los catedráticos, a la ciudadanía que mira, lee y escucha los programas, a los comunicadores que realizan otras actividades. En fin, en los espacios mediáticos hemos visto a los mismos opinadores de siempre. Sin embargo, algunos se llenan la boca hablando de equilibrio e imparcialidad en el manejo de las fuentes.
 
Otro grave problema que ha evidenciado el debate de la Ley es que en Ecuador poco o casi nada se ha teorizado sobre la comunicación y el periodismo. Es decir, hay pocas personas que han escrito libros, artículos científicos y ensayos sobre estas disciplinas. Por lo cual, las universidades que forman a estos profesionales tienen una asignatura pendiente. No hay conocimiento ecuatoriano propio sobre comunicación y el poco que hay es descalificado por quienes no han escrito ni una coma en los diarios.
 
 Sin duda, la Ley de Comunicación permitió identificar las falencias de la academia, de los medios, pero también de los legisladores que, en muchos de los casos, hablan de algo que desconocen, pero que pretenden aprobar sin mayor debate. Habrá que ser no solo más críticos, sino también más propositivos.
 
- César Ulloa Tapia es Licenciado en Comunicación Social, Magíster en Gerencia Cultural, Magíster en Ciencias Internacionales. Docente universitario y editorialista de medios de Ecuador y de América Latina.
https://www.alainet.org/es/articulo/142124?language=en

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