Marines en Costa Rica y la supuesta guerra en contra del narcotráfico
04/07/2010
- Opinión
La semana pasada la Asamblea Legislativa de Costa Rica aprobó la presencia de tropas estadounidenses en ese país, con el supuesto propósito de combatir el narcotráfico. El permiso otorgado comprende la presencia de 7 mil "marines", 46 embarcaciones, 200 helicópteros y 10 aviones de combate, que podrá utilizar ese país desde el primero de julio hasta el 31 de diciembre.
La administración de la Sra. Laura Chinchilla, el Partido de Liberación Nacional y algunas minorías en la Asamblea Legislativa, cedieron la soberanía nacional so pretexto de la vaporosa y errática guerra en contra del narcotráfico.
La guerra en contra de las drogas que se viene librando hace décadas, además del alto costo social y económico, deja entrever una enorme hipocresía por parte de los países colonialistas, ya que ellos son los creadores de la crisis permanente en que nos encontramos sumidos los países latinoamericanos, al ser los Estados Unidos y Europa el mercado primario de los estupefacientes.
Las operaciones de guerra en contra del narcotráfico se han convertido en una enorme amenaza para Latinoamérica, la que de forma silenciosa es invadida por los Estados Unidos, con el pretexto de cortar las rutas existentes, mientras el consumo de drogas prospera en los países industrializados.
La proliferación de las bases estadounidenses posterior al cierre de la Base de Manta (Ecuador) señala una nueva ofensiva que va más allá del narcotráfico y no es más que una escalada dirigida en contra de Venezuela y su gobierno independiente de las políticas hegemónicas del imperio.
Las siete bases en Colombia, las tres bases en Panamá, la base en la Moskitia Hondureña y lo que se puede denominar la invasión a Costa Rica, da la posibilidad de interpretar la ofensiva como un juego geopolítico dirigido en contra de Hugo Chávez y sus aliados en el continente.
La problemática de las drogas esta sumida en un laberinto de enigmas. El más grave de todos es el del lavado de activos, siendo hasta la fecha inoperante el supuesto control del movimiento de los capitales asociados con las ganancias del lucrativo negocio. Antonio Maria Costa, Director Ejecutivo de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (ONUDD) afirmo que 352 millardos de dólares, provenientes del circuito del trafico de drogas fueron absorbidos por la banca durante la crisis del año 2008 llegando a señalar que "en muchas instancias el dinero de las drogas fue la única inversión liquida de capital". Costa denunció que muchos bancos se salvaron de la bancarrota gracias a la inyección de capital proveniente del narcotráfico (1).
En un reciente estudio presentado por la ONU, intitulado “La globalización del delito: evaluación de la amenaza del crimen organizado transnacional”, se señala que el 70% de las ganancias del narcotráfico de la cocaína se quedan en Estados Unidos, Canadá y Europa. Un 5% de los 55 mil millones de las ganancias de la heroína en el mundo queda entre los traficantes insurgentes y agricultores afganos (2)
En los Estados Unidos, bancos como el Wachobia Corp y el Bank of America, en el año 2008 admitieron ante la corte haber fallado en el monitoreo y en la obligación de haber reportado sobre movimientos financieros sospechosos destinados a la compra de aviones para el transporte de drogas, entre ellos un jet DC-9 (3).
Mientras tanto, Latinoamérica se ve inundada por armas de todo tipo provenientes de los Estados Unidos, país que además de ser el principal productor de drogas ilícitas es el mayor proveedor de armas del planeta. En un reciente fallo de la Corte Suprema de los Estados Unidos se dictaminó que el "acceso y portación de armas por ciudadanos es un derecho constitucional fundamental que ningún gobierno estatal o municipal puede anular" (4). La decisión se convierte en un revés para México, país donde se ha instaurado una carnicería como consecuencia de la desintegración del estado fallido, que tanto preconizan los analistas del norte.
De las 6700 tiendas destinadas a vender armas en los Estados Unidos, 1200 de ellas se encuentran cerca de la frontera con México, siendo el flujo de armas imparable, como lo señaló la representante demócrata por California Zoe Lofgren, al decir que en los Estados Unidos la posesión de las armas es "casi una religión". Es bastante hipócrita la permisibilidad para deificar las armas en nombre de una supuesta "defensa" personal, mientras se prohibe la autoaniquilación a través de las drogas.
En el caso de la producción de cocaína, buena parte de los precursores químicos proviene de países industrializados y la China. Es de conocimiento público que sin ciertos precursores es imposible la elaboración del clorhidrato, indudablemente la cadena de producción se requiere de ello para su elaboración. Pero en este campo también reina la hipocresía: por ejemplo el que fuera otrora, jefe de campaña presidencial de Avaro Uribe, el Sr. Pedro Juan Moreno Villa, la aduana estadounidense le decomisó varios cargamentos de permanganato de potasio en el Puerto de Oakland (California), imponiéndole una multa simbólica por transgredir la ley, además de no decomisar su valiosa mercancía que prosiguió su destino a Medellín, Colombia (5).
Es casi imposible conceder el beneficio de la duda a los Estados Unidos y su guerra en contra del narcotráfico. Los narco-estados que se han consolidado en los últimos años, sirven como excusa para la intervención militar por parte del imperio y la ofensiva en contra de los gobiernos insumisos a los mandatos del imperio.
Los medios de desinformación masivos magnifican las masacres relacionadas con el narcotráfico, mientras ocultan las graves consecuencias de las disparidades económicas que se han agudizado con la implementación del neoliberalismo. En América Latina el feudalismo existente imposibilita la movilidad social, la que trágicamente en la mayoría de los casos sólo se logra a través del narcotráfico.
Para los países de Centroamérica y el resto de América Latina, la conversión de Costa Rica en un portaviones de los estados Unidos es una bofetada a nuestra dignidad, ya que el "país modelo" en cuanto a una aparente desmilitarización, se ha convertido en una base de una posible agresión que no es precisamente la lucha en contra del narcotráfico sino un ominoso asalto a un modelo diferente de desarrollo propio, asociado a un respeto a la recalentada madre tierra y a una visón de distribución más equitativa de la riqueza acompañada de un verdadero estado de ley.
El golpe de estado en Honduras y un año después la invasión solapada a Costa Rica, demuestra la esquizofrenia e hipocresía de un imperio en decadencia.
Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH
La Ceiba, Atlántida 5 de Julio del 2010
OFRANEH
Organizacion Fraternal Negra Hondureña
La Ceiba, Atlantida,
Honduras
https://www.alainet.org/es/articulo/142602?language=en
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