Pensiones, el plan francés

07/09/2010
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A Fausto Fernández Ponte, autor de Asimetrías y forjador de oficio. In memoriam.
 
Como otros países del viejo continente, las “Europas” de Jacques Attali o mejor dicho de la “Desunión europea”, Francia no puede quedarse atrás en la aplicación de medidas para contener la crisis por la que está pasando la economía global, que comenzó en Estados Unidos pero se corrió después al resto del mundo capitalista imperialista desarrollado, porque vuela a la velocidad de los movimientos especulativos de las bolsas de valores que roban a lo bonito bajo un esquema “legalmente” aceptado.
 
Tal y como lo anunció a principios de junio la presidenta Ángela Merkel de Alemania, “el mayor plan de ajuste desde los años de la segunda posguerra”. (ver: http://maniobrasdelpoder.blogspot.com/2010/06/el-fantasma-europeo.html). El fin es reducir las presiones sobre el gasto público y ahorrarle al Estado unos 80 mil millones de euros hasta el 2014. Las acciones son: reducción de 15 mil personas empleadas del gobierno, recortar en 40 mil soldados efectivos al ejército, “bajar” las ayudas por hijo a madres y endurecer las pensiones para desempleados con más de año y medio. Además de otras medidas, como aplicar tasas a los bancos en 2012 y una ecotasa a carburantes de aviones.
 
El objetivo, en palabras de Merkel, es reforzar la “consolidación fiscal” y poner el “ejemplo” para los socios del euro, tal como reconoció que fue “un reclamo” del secretario del tesoro de los Estados Unidos, Timothy Geithner, cuando voló a Europa la primera semana de junio. La ruta, entonces, la trazó Alemania para los países desarrollados de la zona euro, y Francia sigue las huellas [ni se diga los padecimientos de países con mayores problemas como Grecia, España, Portugal, etcétera]. Es decir, medidas anticrisis comenzando por sanear las arcas del Estado persiguiendo la anhelada estabilidad presupuestal, con un déficit no mayor para la UE de un 3 por ciento controlable, como se lo propuso Alemania hacia el 2013.
 
Con la salvedad de que Merkel fue al grano, cosa que no puede hacer Sarkozy en Francia. Por ello lo está aplicando mediante un rodeo perverso; el del nacionalismo ramplón de expulsar a los gitanos de su país. Por poco y nos recuerda los pretextos que tomó la gobernadora de Arizona en Estados Unidos, Jan Brewer, para aprobar una ley racista y xenófoba en contra de los migrantes de origen mexicano. Como para ocultar el cochinero en el que están metidos los narcos mexicanos y los rangers cazamigrantes o propietarios de ganado (inexistente), con el negocio de la droga. Una asociación a conveniencia entre la delincuencia de ambos lados de la frontera.
 
Artimaña simular, Nicolas Sarkozy se sacó de la manga la intentona de expulsar de su país a los “sin papeles”, acusándolos de traer males de la sociedad francesa. Cuando los móviles son otros. Entre las acciones emprendidas que crearon el enojo generalizado, sobresale la repatriación de un millar de gitanos a sus países de origen, así como el desmantelamiento de un centenar de campamentos a raíz de los disturbios en la localidad de Saint Aignan en el centro del país en junio pasado, tras la muerte de un gitano luego de una persecución policiaca.
 
Esas medidas de Sarkozy han levantado polémica tanto al interior como al exterior de Francia. ¡En el país de “la libertad, la igualdad y la fraternidad”! Y en las manifestaciones recientes organizadas en un centenar de ciudades galas (el próximo día 15 se espera una gran protesta gitana en todo el país), las medidas han sido rechazadas apoyando a los “ilegales” tanto por cientos de artistas como por los partidos de izquierda y varias asociaciones y ONG. Las pancartas sostienen un: “No a la política inhumana de Sarkozy”, acusándolo de racista y comparándolo con el colaboracionista Vichy, quien entregó a judíos en manos de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
 
No obstante se trata de un distractor. Muy al estilo, eso sí, de las teorías de la conspiración que se construyen —sobre todo desde el poder— para salirse con la suya siempre y sin el menor recato. Porque el fondo del asunto en Paris ahora radica en el golpeteo a la política social. Sí, en el país de la Revolución Francesa que se ha jactado siempre de una política social en defensa del trabajo.
 
Porque tras el escándalo gitano creado por el presidente francés, que suena más que artificial, Sarkozy intenta ganar terreno para ocultar las protestas que, de todos modos, ya levantó su propuesta de reformar el sistema de jubilaciones para ampliar la edad de jubilación de los 60 a los 62 años laborales, y que entró a discusión apenas ayer en el Parlamento ese país. Doble escándalo contra al Plan francés. Porque el ardid antigitano no le salió. O como se dice comúnmente, le salió el tiro por la culata.
 
Se trata de las medidas anticrisis que pretende Francia para reducir el déficit público. Seguir los pasos de Alemania obedeciendo a las presiones de EU, como lo reconoció en su momento Merkel. Porque, como siempre, los gobiernos de la órbita imperial no le cobran los costos de la crisis a quienes las generan, como en este caso compete al sistema financiero, sino a quien se deja siempre a las buenas o por las malas. Y los trabajadores son quienes pagan los platos rotos, siendo quienes confeccionan la vajilla.
 
Con las crisis capital-imperialistas, el mundo del trabajo es quien resulta el más golpeado. Siempre en beneficio de los que ganan a manos llenas. Por eso está vigente la consigna de la Primera Internacional: “¡Proletarios de todos los países, uníos!”. Porque sin esa unidad laboral, complicada pero necesaria, dentro de cada país cada organización sindical se rasca son sus propias uñas.
 
Como si no se comprendiera, dado que las crisis tienen un origen global, también las medidas en defensa del trabajo que es el que le devenga valor al capital, debiera tener acciones antiimperialistas globales. Lo cierto es que ninguna de las medidas anticrisis del sistema capitalista imperial, le han deparado beneficio alguno a los trabajadores. Solo el cobro de facturas. Siempre es tiempo de contravenir esa situación. En esta coyuntura primero fue Grecia, luego España, le siguen Alemania y Francia. Mañana cualquiera otro. Siempre con medidas que afectan la calidad de vida, porque restringen el gasto social a favor del capital.
 
https://www.alainet.org/es/articulo/143959?language=en
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