La muerte del "Mono Jojoy": un golpe a las FARC

26/09/2010
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Este jueves el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos, confirmó el rumor que venía circulando desde el día miércoles de esta misma semana sobre la muerte de Víctor Julio Suárez Rojas, más conocido como el "Mono Jojoy" o Jorge Briceño, que eran los nombre por los que se le conocía en la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC. Briceño prácticamente había sido criado en las FARC, toda vez que su madre había estado encargada de preparar los alimentos de Jacobo Arenas, el líder de las FARC en los años setenta y ochenta del siglo pasado. Se dice que a los ocho años ya tenía contacto no sólo con Jacobo Arenas sino con el resto de los más viejos comandantes de las FARC. Algunos ubican su nacimiento en el año de 1953 en Boaviota, departamento de Boyacá, pero otros señalan que habría nacido en Cabrera, departamento de Cundinamarca. Lo cierto es que Víctor Julio Suárez fue hecho a imagen y semejanza de las FARC y llegó a escalar a la cúpula de la organización guerrillera tanto por sus propios méritos como también de la mano de Jacobo Arenas que fue su primer comandante y quien siempre lo invitaba a sus pocos años de vida, a las conferencias sobre el pensamiento bolivariano que dictaba Arenas para la guerrilla de las FARC de la cual era el segundo comandante detrás de Manuel Marulanda Vélez, Tirofijo.
 
Primero se desempeñó como miembro de la escolta de Jacobo Arenas, pero luego fue asignado a los frentes guerrilleros que operan en el departamento de Cundinamarca y luego al frente oriental que prácticamente fue estructurado por él y que cuenta más o menos con el 40% del total de la tropa de las FARC y con una buena parte de sus finanzas. La muerte de Briceño es pues un duro golpe a la estructura de dirección militar de las guerrillas y repercutirá muy profundamente en el conjunto del aparato de la guerrilla por lo que este hombre representaba en el conjunto de la estructura de éste grupo armado ilegal.
 
El "Mono Jojoy" era el militarismo dentro del grupo guerrillero. Políticamente siempre se ubicó en el ala extremista y militarista de las FARC. En las fallidas negociaciones del   Caguán entre el Gobierno de Andrés Pastrana Arango y la guerrilla de las FARC, Briceño fue el ala dura, el ala militarista. Su desprecio por la política quedará consignado con aquella frase que pronunció en alguna de las entrevistas que le hicieron los periodistas precisamente en el Caguán y en donde Jojoy señaló que la Constitución y las leyes de Colombia le importaban un bledo pues sólo obligaban al Estado precisamente contra el cual ellos se habían levantado. Lo propio decía del derecho internacional humanitario. Para este curtido guerrillero a ellos este derecho internacional humanitario no los obligaba, puesto que ellos no habían firmado dichos tratados. Un pensamiento ramplón y extremista en muchas ocasiones por ignorancia, esto era lo que pregonaba Briceño.
 
En el terreno militar era otra cosa. El frente oriental del cual era el mayor jefe militar ocasionó muchas derrotas al Ejército y a las Fuerzas Armadas Gubernamentales. Su crueldad para con los secuestrados así como su discurso simplón y radical quizás eran sus características más notorias así como su capacidad para organizar ataques militares y para resistir. Después del fracaso de las negociaciones del Caguán del cual él fue uno de los principales responsables al lado de Raúl Reyes como el ala más extremista de la guerrilla de las FARC, tuvo que organizar el repliegue militar ante la ofensiva desatada por las Fuerzas Armadas Gubernamentales. La diferencia con Reyes es que Briceño era ante todo un guerrillero práctico, un hombre hecho por las FARC, nacido de su propia entraña. Reyes era más citadino y quizás tenía una mayor formación política y por supuesto que no tenía la experiencia militar de Briceño.
 
Después de las fallidas negociaciones del Caguán Briceño tuvo que organizar el repliegue y la resistencia ante la ofensiva desatada por el Estado en sus diversos componentes militares, pero principalmente tuvo que hacer frente al "Plan Patriotas" y a otros operativos militares. Muerto Marulanda que estaba precisamente en su territorio de operaciones, Briceño tuvo que enfrentar la reorganización de sus efectivos golpeados muy fuertemente con la muerte del "Negro Acacio" y de otros mandos medios de su bloque. Una buena parte de los 100 mil millones de dólares que invirtió Álvaro Uribe Vélez en sus ocho años de mandato en la lucha contra las guerrillas, se destinó a perseguir a este hombre cruel y sanguinario y a sus estructuras militares.
 
¿Qué sigue ahora en la confrontación?
 
Lejos de una rendición como la que plantea el presidente Juan Manuel Santos, lo que vendrá muy seguramente es un proceso de repliegue militar para reorganizar las fuerzas y asimilar el golpe de la muerte del "Mono Jojoy". Se cuenta que una vez terminada la zona de despeje del Caguán, Briceño habría dicho que lo que seguía era una profundización de la guerra y que al final o la guerrilla terminaba firmando un armisticio en un cuarto de hotel en Bogotá, derrotada, o el Estado tendría  que negociar en una nueva zona de despeje como la que habían tenido desde 1999 hasta el año 2002. La imagen de esta conversación es de una tremenda actualidad. Por lo pronto lo que la guerrilla seguramente haga es replegarse y reorganizarse con la creencia que tiene que fortalecerse para una eventual negociación.
 
No pienso que en el corto plazo se den condiciones para una negociación sobre los cinco puntos que propuso Alfonso Cano como tampoco creo que se esté en el fin del fin, como señalan los oficiales de las Fuerzas Armadas del Estado. La guerrilla siempre ha pensado que la negociación debe darse en condiciones de auge de su accionar militar y no en el repliegue. Esto por supuesto, a mi juicio, es erróneo. Pero la guerrilla tiene esa lógica que está muy bien expresada en el pensamiento y en la evaluación que hizo el "Mono Jojoy" de la experiencia del Caguán. Obviamente que las Fuerzas Armadas del Estado proseguirán debilitando a este grupo que por lo demás muestra fisuras y fugas de información estratégica muy significativas, que es entre otras cosas, lo que le ha permitido a las Fuerzas Armadas asestarles golpes fuertes. Sus nexos con el crimen, con el narcotráfico, no sólo las desmoralizan sino que debilitan su estructura militar que queda expuesta a labores de inteligencia y contrainteligencia que de manera exitosa han venido desarrollando las Fuerzas Militares y de Policía del Estado. Las operaciones de liberación de los secuestrados así como los operativos llevados a cabo en Ecuador y en donde murió Raúl Reyes así como el asesinato de Iván Ríos por parte de su escolta, todo ello seguramente que ha tenido repercusiones muy profundas en un aparato permeado también por los intereses del narcotráfico. Por ello no es imposible que las Fuerzas Armadas hayan tenido colaboración a cambio de recompensas para llegar hasta el campamento de Briceño.
 
Ojalá las FARC en su dirigencia reaccionaran de manera distinta y evaluaran que la conquista del poder por la vía armada ha fracasado y que desde esa perspectiva se propusieran un proceso de negociación política, pero este a mi juicio es el escenario menos probable en los momentos actuales.
 
Bogotá, Septiembre de 2010.
 
- Pedro Santana Rodríguez es Presidente Corporación Viva la Ciudadanía
 
Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas Nº 225, Corporación Viva la Ciudadanía. www.vivalaciudadania.org
 
https://www.alainet.org/es/articulo/144415
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