Triple oportunidad

08/10/2010
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En los primeros días de julio de 2010 fue detenido en un aeropuerto de Venezuela, cuando intentaba ingresar con documento falsos a este país, el terrorista salvadoreño Francisco Chávez Abarca, uno de los lugartenientes del también terrorista, Luis Posada Carriles, quien, como es del conocimiento público, se encuentra libre en Estados Unidos. Al ser arrestado, Chávez Abarca confesó que se encontraba en Venezuela, por instrucciones de Posada Carriles, para realizar actos de desestabilización antes y durante las elecciones legislativas que habrían de celebrarse en este país en septiembre.
 
Unos días después, Chávez Abarca fue extraditado a Cuba para que responda ante los tribunales por actos de terrorismo con explosivos en instalaciones turísticas de la isla, uno de los cuales causó la muerte de un visitante italiano.
 
El salvadoreño ya ha confesado su participación directa en esos ataques y confirmado que actuó bajo las órdenes de Posada Carriles, quien como bien se sabe, trabaja para la CIA estadounidense y con financiamiento y en coordinación con la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) en la planeación y ejecución de actos terroristas en América Latina, pero fundamentalmente dirigidos contra Cuba.
 
Detenido en Venezuela hace apenas dos meses, es claro que la FNCA mantiene su criminal política de terrorismo contra Cuba, lo que desmiente la falsa y recientemente fabricada imagen de moderación y conciliación de la FNCA y de las organizaciones extremistas de Miami, las que, como demuestra la detención de Chávez Abarca siguen organizando y financiando actividades terroristas.
 
La detención del terrorista salvadoreño también revela que el gobierno de Estados Unidos continúa siendo tolerante con estas organizaciones terroristas, y que se hace su cómplice al dar refugio y proteger al principal ejecutor de actos de terrorismo en Latinoamérica (Cuba, Panamá, Venezuela).
 
Estos hechos, que son del dominio público, revelan igualmente la necesidad que tiene Cuba de conocer anticipadamente los planes terroristas de la FNCA y de otras organizaciones criminales de Miami. Esta era la tarea que cumplían en Estados Unidos los cinco luchadores antiterroristas cubanos injustamente presos desde hace más de diez años.
 
Prever el peligro y prevenir actos terroristas implica, como señala la doctrina jurídica universal, un “estado de necesidad”, una situación de grave y constante peligro que conduce a realizar actividades preventivas de crímenes horrendos. Y esta es razón más que suficiente para comprender la justeza de las tareas de los cinco antiterroristas cubanos y, consecuentemente, su inocencia absoluta en los inventados y absurdos cargos de homicidio y espionaje que les imputa el gobierno de Estados Unidos.
 
Frente a estos hechos, cualquier persona puede observar la flagrante contradicción entre la oferta del presidente Barack Obama de luchar contra el terrorismo y su decisión de mantener en prisión a los cinco antiterroristas cubanos y dejar en libertad, sin cargos y sin juicio, al asesino y terrorista confeso Posada Carriles.
 
Una demostración de la veracidad y sinceridad de las promesas de Obama pasaría necesariamente por la inmediata liberación de los cinco cubanos injustamente presos y el también inmediato juicio de Posada Carriles.
 
Obama tiene ante sí la invaluable oportunidad de hacer justicia en dos frentes: liberar a los cinco cubanos y procesar a un criminal confeso y cínico. Y tiene ante sí, además, la también invaluable oportunidad de demostrar que sus promesas de un cambio positivo en la relación de Estados Unidos con Latinoamérica en general y con Cuba en particular son sinceras y no simples expresiones de demagogia.
 
 
Fuente: Forum en línea
https://www.alainet.org/es/articulo/144713
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