La SIP contra la Ley Antirracista

20/10/2010
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Aprobada la Ley Antirracista, los propietarios de medios encontraron motivo para iniciar una campaña contra el gobierno de Evo Morales, acusándole de atentar contra la libertad de expresión a través de los artículos 16 y 23. Como tienen la ventaja de actuar en pandilla a través de sus redes de periódicos, radios y canales de televisión, el show se convirtió en verdadero escándalo.
 
Se sumaron, los periodistas de clara ideología derechista, que son los que contratan, tras cuidadosa evaluación para servir a sus propósitos. Entonces, la consigna de ¡Abajo el 16 y Abajo el 23..! cala tras incesante repetición.
 
Es preciso notar nítidamente, la división ideológica entre periodistas de los medios afiliados a la SIP y los alternativos. Los primeros, rechazan la Ley y la disfrazan con los merituados artículos, los segundos apoyan la norma y no encuentran dificultades.
 
La moribunda Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), creada por iniciativa de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, se vino a Bolivia, dispuesta a buscar “bochi”, por sí sus amos la vuelven a reconocer, pues ya estaba descartada como los agentes que son descubiertos.
 
La SIP y el viejo orden
 
Este cartel de 1.400 periódicos, tiene la triste historia de haber organizado campañas contra los gobiernos legítimos, hasta provocar su caída. Lo hizo también contra organizaciones como la UNESCO, cuando promocionaba el derecho de los Estados a tener políticas comunicacionales. Estados Unidos, la respaldó y retiró sus aportes, dejándola casi sin recursos. Fue un chantaje de frente.
 
Esta defensora del viejo orden, se opuso en 1974 a la iniciativa de los países no alineados que pretendían establecer un Nuevo Orden de la Información y la Comunicación (NOMIC), para democratizar las comunicaciones en base a políticas nacionales. Los patrones de la SIP prefieren que el sistema informativo sea un instrumento de dominación.
 
La SIP fue creada a mediados del siglo pasado a la sombra de la CIA que vio en ella un sutil instrumento de dominación neocolonial. Sus 1.400 afiliados corresponden a oligarquías que actúan fuertemente aliadas.
 
Entre los fundadores que sentaron las bases de este peligroso organismo de dominación se encontraban los agentes de la CIA, Jules Dubois y Joshua Powers, además del funcionario del Departamento de Estado, Tom Wallace.
 
Las técnicas del Padrino
 
La CIA utiliza a la SIP para sus acciones encubiertas, cuando inicia un proceso de desestabilización. La primera acción, es promocionar a algún director de periódico para integrar la junta directiva del cartel y el segundo paso, consiste en señalar al país cuyo gobierno se busca desequilibrar, en la lista de gobiernos que amenazan la Libertad de Expresión.
 
En Bolivia debemos estar atentos al nombramiento de algún oligarca mediático en el directorio de la SIP. El dinero de la CIA fluye luego a los activistas que siempre están dispuestos a venderse, para organizar movilizaciones, huelgas de hambre (que no son tales) y como en el caso boliviano a la recolección de firmas con centenares de poleras que nadie explica, quiénes financian.
 
Como la CIA ordena y la SIP cumple, todas las primeras planas adoptan caracteres sensacionalistas con grandes titulares. Las noticias normales, pasan a segundo plano, pues junto a la campaña por la “Libertad de Expresión” se publicarán sólo noticias sobre atracos y catástrofes en un intento por hacer creer que éste es un país inseguro y amedrentador. ¿No está ocurriendo eso?
 
En los medios influidos por la SIP-CIA, los principales titulares tendrán siempre naturaleza negativa, pues de lo que se trata es de culpar al gobierno progresista o antineoliberal de los males que aparentemente ocurren con frecuencia en el país.
 
Los medios fascistas, enfatizan las órdenes de la CIA que siempre apunta al caos económico. No es raro entonces que las noticias en periódicos e informativos de radios y estaciones de TV se centren en incrementos de precios de artículos de primera necesidad. Estos medios, enfatizan la escasez y la elevación de precios.
 
El siguiente tema, seguramente estará relacionado con el caos social y político, realmente inexistente, pero inventado por los medios. Se trata de crear un clima de tensión, porque la intención es señalar al gobierno como al culpable.
 
El ex agente de la CIA Ralph McGehee, escribió el 11 de abril de 1981 en el semanario liberal The Nation, que al organismo de conspiración le interesa mucho la “propaganda negra”, consistente en información falsa respaldada en documentos falsificados, que luego son introducidos a los medios masivos que los repiten hasta el cansancio para manipular la conciencia ciudadana.
 
La aparición de la iglesia, es otro medio utilizado por la SIP-CIA. En el Manual de Operaciones Psicológicas del ejército imperial se explica que “entre los cristianos la cruz es efectiva como símbolo, porque representa el sufrimiento y muerte de Cristo por los hombres”.
 
Parece ridículo, pero la manipulación desde los medios no es broma. Los bolivianos tienen que estar atentos a las noticias permanentemente repetidas, como es el caso de los presuntos “ataques a la libertad de expresión”. De tanto repetirlas, la población puede llegar a creer que es verdad.
 
El gobierno y sus medios no se abastecen en dar explicaciones. Los organismos internacionales, no encuentran razones para creer que la Ley Antirracista, atente contra los periodistas que a estas alturas ya se sienten “más allá de la norma y con libertades tan irrestrictas que aparentemente ninguna ley les puede alcanzar. No es así.
 
Los bolivianos que creemos en los cambios que quieren lanzar a Bolivia hacia la modernidad con igualdad de condiciones, tenemos obligación de estar atentos ante la conspiración que se encuentra en marcha, como ocurrió el 11 de octubre de 2008 con el “golpe cívico – prefectural” y que en las actuales circunstancias puede convertirse en un “golpe empresarial mediático”, porque este sector, se ha convertido en el principal grupo opositor.
https://www.alainet.org/es/articulo/144991
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