El periodista: ¿un político en acción?
02/11/2010
- Opinión
La aprobación de la Ley Antirracista, cuya intencionalidad apunta a la igualdad de derechos para todos los bolivianos, se desvió a un debate que involucra la libertad de expresión, que puede terminar enfrentando y dividiendo a los gremios laborales, pues éstos fueron lanzados a las calles a protestar sin un análisis profundo de la norma y menos de los artículos 16 y 23 presuntamente conflictivos.
Los sectores empresariales, sintieron “tocado” su poder omnímodo, pero no usaron sus propias organizaciones y en cambio movieron las palancas que tienen en la Asociación de Periodistas de La Paz, donde infelizmente están afiliados propietarios y profesionales del periodismo.
Desde esta organización se lanzó la falsa interpretación de un atentado a la libertad de expresión a través de los artículos 16 y 23, cuando el fondo parece estar dirigido a evitar la vigencia de la Ley antirracista. Lo que en apariencia se quiere, es evitar la igualdad de todos los bolivianos. Se pretende, evitar un régimen de derecho válido para todos.
El accionar con carácter empresarial fue errático al iniciarse con huelgas de hambre, presuntamente en defensa de la libertad de expresión, pasó consecutivamente a impulsar un referéndum, una iniciativa legislativa ciudadana, socializaron una pregunta sobre la libertad de expresión con recolección de firmas y finalmente acudieron a la OEA, todo sin haber agotado las instancias nacionales.
Estas iniciativas típicamente empresariales, fueron respaldadas por algunos periodistas que desdichadamente actuaron a nombre de “todos” los profesionales del sector y lograron involucrar a los gremios laborales, aunque éstos finalmente buscan separar sus intereses que son diferentes a los patrones.
¿El accionar de los periodistas, es político?
Hace 40 años, el teórico de la comunicación Camilo Taufic, insinuaba que el periodista es, en realidad, un político en acción, pues al ser un testigo de su época, es también actor de ella, desempeñando papeles que muchas veces se niega a sí mismo.
Decía este autor que mientras la ideología burguesa glorifica la imparcialidad y la independencia de “sus” periodistas, la cibernética deja claro que los periodistas participan en la dirección de la sociedad, es decir, son dirigentes políticos.
Con la búsqueda, investigación y difusión de noticias, los periodistas participan directamente en los asuntos del Estado. Esa búsqueda se extiende a las diferentes clases sociales y a los partidos políticos. Esta actividad, hace que los periodistas sean políticos. Es más, políticos profesionales.
En este marco, los periodistas, están obligados a tomar partido. O sirven a las clases progresistas o a las clases explotadoras. No es necesario, que ingresen militantemente a los partidos políticos, pero su accionar expresa al fin de cuentas los intereses de una u otra clase. Los periodistas, no son ni pueden ser neutrales como pregonan los empresarios.
La clase empresarial, tiene que vivir del engaño, pues están impedidos de expresar libremente su servicio a la minoría explotadora, por lo que disfrazan sus intencionalidades en la imparcialidad y la independencia. Desde luego, en el caso nuestro, la sociedad boliviana, está cada vez más consciente que los medios apoyan y sostienen la posición de la burguesía.
¿Periodistas de izquierda y derecha?
Ernesto “Che” Guevara, escribió en “El socialismo y el hombre en Cuba”, que “no habrá periodistas de gran autoridad que, a su vez, no tengan gran autoridad revolucionaria”. La controversia que confronta a los profesionales en Bolivia, nos ha permitido dejar claro ante la sociedad, una verdad oculta. La existencia de periodistas de izquierda y derecha.
Los periodistas de izquierda o revolucionarios, no encuentran inconvenientes en proclamar sus compromisos con las clases progresistas, populares y campesinas. En cambio, los periodistas alineados con la burguesía patronal, no admiten su obsecuencia y en cambio se declaran “libres” “independientes” o “apolíticos”.
Desde luego que están comprometidos con las injusticias que a diario se cometen en el país y el mundo callando o tergiversando los hechos. Su “independencia” política, no es tal. Los empresarios, no reconocerán jamás el partidismo de sus medios, porque de lo contrario se destruiría el mito de la “libertad de prensa”, claramente alineada en la libertad de empresa.
¿Y los periodistas, apolíticos y honestos?
Existen, desde luego, esos periodistas que se proclaman apolíticos, “profesionales de la noticia”. Éstos son los que dan el toque de independencia y neutralidad a los medios en los que trabajan.
Pero internamente, viven su propio drama. Observan a diario cómo se ridiculiza a los dirigentes políticos que no están en la línea del medio. Se trivializa los éxitos de los gobiernos progresistas y se ignora a la clase obrera y sus luchas. Estos periodistas “apolíticos” sufren en los medios donde trabajan tragando sus humillaciones.
Tenemos que concluir que en los medios, no hay periodistas verazmente independientes. O están con los patrones o con las clases progresistas. El periodista, es realmente un “político en acción”.
https://www.alainet.org/es/articulo/145213
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