Cada 29 horas ocurre un feminicidio en la urbe fronteriza

Solas dejó el Estado a las mujeres de Juárez

10/12/2010
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
Ciudad Juárez, Chihuahua. Aquí las mujeres son desaparecidas, asesinadas, y ahora también sepultadas solas; así ocurrió con una mujer asesinada en una de las tantas balaceras de la entidad; sólo su compañero de vida asistió a su entierro porque sus familiares y amistades tuvieron miedo de presentarse ante la violencia que se vive en la entidad.
 
En entrevista con Cimacnoticias, la representante de la Red Mesa de Mujeres de Ciudad Juárez, Imelda Marrufo, informó que en Juárez una mujer es asesinada cada 29 horas y en lo que va del año se han registrado 26 mujeres desaparecidas, lo que significa un incremento del 400 por ciento en relación al 2008 con 18 mujeres desaparecidas y 2009 con 22.
 
“Hasta el viernes 5 de noviembre la red tenía contabilizados 277 asesinatos de mujeres en este año”.
 
La ola de violencia extrema y la crisis económica mantienen a Ciudad Juárez en un estado que pareciera de abandono, en una visita de cuatro días, esta reportera pudo observar negocios cerrados, calles vacías, mujeres y niñas en extrema pobreza y con mucho miedo de hablar.
 
Aquí se puede escuchar la soledad de una ciudad que ha sido abandonada por unas 230 mil personas en los últimos tres años, por temor a la violencia de los grupos del crimen organizado que han dejado más de 7 mil muertos desde 2008, según información del Observatorio de Seguridad y Convivencia Ciudadana de Ciudad Juárez.
 
La ciudad emblemática por los homicidios y desapariciones de mujeres, delitos que a partir de los años 90 salieron a la luz a nivel internacional, se conoció que mujeres jóvenes y de origen humilde, en su mayoría, eran raptadas, mantenidas en cautiverio y sujetas a una feroz violencia sexual antes de ser asesinadas y dejadas en lotes abandonados.
 
En la actualidad, estos crímenes no han cesado, organizaciones feministas han documentado cómo durante más de una década los restos de las mujeres son hallados por transeúntes al cabo de unos días o años después, mientras en otras ocasiones las mujeres nunca son encontradas y sus familiares tienen que vivir con la angustia permanente de desconocer su destino o paradero.
 
Las calles desiertas
 
Las víctimas suelen ser trabajadoras de las industrias maquiladoras que dominan la economía de Ciudad Juárez: camareras, empleadas en la economía informal o estudiantes. Muchas de ellas viven en circunstancias precarias, y a veces con hijas e hijos que mantener.
 
Caminar por esta ciudad no es complicado ya que sus calles a todas horas están semidesiertas, son escasas las personas que se encuentran en la calle y más escaso es ver a niñas y niños fuera de sus casas.
 
Tal parece que a Ciudad Juárez se le arrancó la vida, como desde 1993 se ha venido arrancando la vida a sus mujeres y jóvenes, a quienes todos los días sus madres y familiares lloran su ausencia.
 
En algunos casos las familias tienen la certeza de que nunca las volverán a ver porque fueron asesinadas, y otras mantienen la esperanza de verlas entrar nuevamente por la puerta de su casa, porque ellas están desaparecidas y sus madres seguras de que se encuentran con vida en algún lugar.
 
“Nosotras vivimos con la ilusión de un milagro, porque las autoridades nunca van a buscar a nuestras hijas, para ellos no es un delito. Es una tristeza muy grande”, comentó a Cimacnoticias Olga Esparza, madre de Mónica Janeth Alanís Esparza, joven estudiante de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), desaparecida desde el 26 de marzo de 2009.
 
Escuchar a las madres de estas jóvenes desaparecidas, de entre 16 y 22 años de edad, puede resultar desgarrador; sin embargo, en Juárez tras 17 años de lucha, se ha hecho común escuchar las exigencias de justicia de las mujeres; mismas que sólo se quedan en gritos desesperados por la impunidad que priva en estos casos.
 
En la ciudad fronteriza, mujeres y niñas habitan viviendas precarias, con falta de recursos e infraestructura adecuada, lo que crea un estado de impotencia generalizada que tiene mucho que ver con la desintegración del tejido social.
 
“No tenemos dinero ni para tortillas, hasta el sábado que le paguen a mi marido y hoy apenas es jueves”, afirma la madre de Brenda Ivonne Ponce Sáenz, joven desaparecida cuando fue a buscar trabajo, así las mujeres inundan los camiones de las maquiladoras.
 
Por las avenidas de la ciudad, se pueden ver circular autobuses repletos de mujeres, entre ellos se mezclan esporádicamente camionetas de la Policía Federal, en las que viajan hombres portando sus armas de alto poder.
 
Las mujeres que laboran en estas empresas, lo hacen porque en Juárez ya no hay más opciones, los pequeños negocios como tienditas, puestos de comida están cerrados, la gente ya no sale por miedo a la violencia, así en las maquiladoras las juarenses son sometidas a una sofocante disciplina, precariedad, jornadas extenuantes y salarios irrisorios.
 
Las maquiladoras
 
En Juárez, una trabajadora de la maquila gana alrededor 50 a 60 dólares por semana, en una región donde el costo de vida es alto por ser frontera con Estados Unidos. Wellington Pereira Carneiro, académico especialista en el tema, señala que la maquila, también conocida como zona “franca”, es un espacio industrial delimitado.
 
 “Un enclave de libre comercio independiente del régimen arancelario y tributario del país que la recibe, en el cual empresas extranjeras o nacionales deben reexportar el 100 por ciento de su producción, recibiendo una serie de beneficios fiscales y aduaneros”, explicó.
 
En la ciudad, donde es atroz la violencia contra las mujeres, hoy se ha vuelto común ser víctima o ser testigo de algún hecho de este tipo, mientras las organizaciones de mujeres siguen denunciando junto con las familias, en busca de justicia.
 
Imelda Marrufo comentó que a una fiesta familiar llegaron unas personas a disparar. Asesinaron a varias, entre ellas se encontraba una joven mujer, que fue sepultada solamente en compañía de su esposo. Como organización queríamos llevar flores y acompañar a esta joven mujer, sin embargo las emociones se encuentran porque no sabemos si seremos bien recibidas.
 
En la estancia en la ciudad se logra comprender cuando las organizaciones femeninas afirman que “a las mujeres de Juárez el Estado las ha dejado solas”. Ahora solas están llegando a su morada final.
 
En Juárez, ya no sabes en que momento sonarán los disparos y puedes ser atacado, así se sintió el equipo de Cimacnoticias cuando el sábado por la noche escuchó una lluvia de disparos y unos 30 minutos después las patrullas con las sirenas encendidas llegaron al lugar.
 
https://www.alainet.org/es/articulo/146165
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS