La Pachamama clama desde sus entrañas

24/01/2011
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Muchos han sido los abusos cometidos contra el planeta por parte del sistema económico capitalista, cada vez más dependiente de la explotación de los recursos naturales, y es por ello que ahora, luego de décadas de alteraciones a los ciclos naturales que la sustentan, nuestra Pachamama clama.
 
 El desarrollo tecnológico al servicio del capital ha sido capaz de penetrar a lugares donde antes era impensable, como los mares profundos, los glaciales y el genoma humano. La materia prima al servicio de las empresas va mucho más allá de lo que hemos conocido tradicionalmente. Ahora todo se puede usar: los átomos al servicio de la industria nanotecnológica, y, hasta las funciones de la naturaleza, como la fotosíntesis, para enfrentar al cambio climático. La lista es interminable pero todo apunta a usar más tecnología como una nueva fuente de lucro.
 
Por otro lado, se trabaja en tecnologías de corto aliento, es decir, tecnologías que están programadas para durar poco de forma que el consumidor siga comprándolas, obligándolo a estar constantemente actualizado con la tecnología; todo esto a costa de una mayor explotación de los recursos naturales.
 
Esto hace que el planeta, nuestra Pachamama irremediablemente reaccione. Por eso, mucho de lo que llamamos “desastres naturales” son avisos de la naturaleza. La tierra nos dice que estamos violando sus límites naturales.
 
El año 2010 fue particularmente importante, porque la Pachamama clamó desde sus entrañas.
 
Nos gustaría hacer referencia a dos acontecimientos que llamaron la atención de la sociedad mundial:
 
El primero de estos sucesos es el rescate a los mineros de Chile
 
Este fue uno de los operativos de rescate más complicados y largos de la historia, y el más publicitado, pues fue transmitido en vivo por las principales cadenas televisivas del mundo. Treinta y tres mineros permanecieron atrapados bajo tierra en un yacimiento de cobre durante más de dos meses. Para su rescate se elaboró una cápsula que descendió 622 metros. Irónicamente, se dice que esta tecnología servirá para “mejorar” la operación minera profunda.
 
Este hecho, conmovedor sin duda, no abordó algunos temas centrales como ¿porqué los mineros quedaron atrapados en esas profundidades? y ¿qué tratamiento se ha dado a miles de mineros que han muerto de forma similar alrededor del mundo?
 
Un informe dice que la causa del colapso de la mina estuvo relacionado con su sobre-explotación, pues eran ya tantas las perforaciones que se habían creado grandes vacíos que desestabilizaron su estructura. Cuatro semanas antes del derrumbe, los mineros tuvieron que salir varias veces al exterior porque había amenaza de derrumbe. A pesar de ello, los trabajos continuaron, y se produjo el colapso. Vemos cómo opera la avaricia, y cómo atenta contra las entrañas de la tierra.
 
 
 
En Ecuador, dos días después del heroico y millonario rescate, cuatro mineros quedaron atrapados en una mina de oro en Portovelo a 150 metros de profundidad. A diferencia de lo que pasó en Chile, todos murieron. Una semana después más de 30 mineros murieron en una mina de carbón en China. Este país, que se está expandiendo al resto del planeta, es el líder mundial en siniestralidad laboral, con más de 83.000 fallecidos al año en sus puestos de trabajo, un alto porcentaje se relacionan con la minería. Si hiciéramos una lista de los mineros que han fallecido en la realización de sus tareas en otras partes del mundo, esta sería interminable.
 
 En búsqueda de minerales, el hombre se adentra cada vez más a las profundidades de la tierra. Los antiguos dirían que la tecnología ha logrado burlar a Cancerbero, el perro de tres cabezas que guardaba las puertas de los infiernos, pero el planeta responde con aluviones, taponamientos, derrumbes que toman la vida de los seres humanos que se encuentran en el peldaño más bajo de la industria minera: los mineros.
 
El segundo de esos hechos fue el derrame de British Petroleum (BP) en el Golfo de México.
 
Se demostró que la perforación de yacimientos petroleros en mares profundos es una tecnología relativamente recién desarrollada, que entraña altos riesgos pues la maquinaria y herramientas que tienen que perforar la tierra y extraer de ahí el crudo deben enfrentar y vencer la enorme presión del mar. Una de las zonas del mundo donde más se ha incursionado en mares profundos en busca de crudo es el Golfo de México (al igual que la costa occidental de África y las reservas frente a Brasil). Esta zona tiene un riesgo adicional por ser área de huracanes.
 
 El 20 de abril del 2010 se produjo un estallido de la plataforma del campo Macondo, ubicado en las fronteras marítimas de la empresa petrolera BP ocasionando un derrame estimado en cinco millones de barriles de crudo en el mar, y se cree que aun 1,3 millones de barriles de petróleo están en la superficie como bolas de alquitrán, enterrados bajo la arena, en los sedimentos o flotando en la superficie del océano. La explosión de la plataforma Deepwater Horizon significó además la muerte de 11 trabajadores. Ellos no corrieron la misma suerte que los mineros chilenos.
 
Como en el caso de la mina San José, hubo negligencia por parte de la empresa, pues BP en su Plan de Exploración desestimó los riesgos. La sociedad mundial vio con estupefacción el nivel de contaminación de la fauna y flora, escuchó las quejas de los pescadores de la costa del Golfo, leyó sobre los posibles impactos en el clima. Si bien este es el mayor accidente petrolero jamás ocurrido, siniestros similares suceden todo el tiempo en mares y en las regiones continentales de todo el mundo.
 
Frente a estos y muchos otros acontecimientos que son tildados como “accidentes”, debemos preguntarnos cuándo el planeta alcanzará el límite de recuperación natural, y qué podemos hacer para revertir las actuales tendencias.
 
Desde el punto de vista legal y conceptual, en el Ecuador se ha dado un gran paso y es el reconocimiento de los derechos de la Pachamama. La tarea que tenemos pendiente es ver cómo hacer que estos no queden sólo en el papel. Un paso importante fue el dado por un grupo de ciudadanos del mundo que interpuso una demanda en contra la petrolera BP por el derrame provocado en el Golfo de México, en la Corte Constitucional del Ecuador por ser el único país que reconoce Derechos a la Naturaleza a nivel constitucional. Una demanda que exige se haga efectivo el derecho del mar a la reparación, que BP deje en el subsuelo una cantidad de crudo similar a la que se derramó en el Golfo, entre otras cosas. Es un paso importante. Pero aún nos queda mucho más por hacer.
 
 
https://www.alainet.org/es/articulo/147024
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