La balada de Julian Assange
03/03/2011
- Opinión
But you who philosophize disgrace and criticize
all fears
Take the rag away from your face
Now ain’t the time for your tears
Bob Dylan
“Un fantasma recorre Europa el mundo: el fantasma del comunismo los hackers. Todas las potencias de la vieja Europa se han unido en una Santa Alianza para acorralar a ese fantasma: el Papa y el Zar, Metternich y Guizot, los radicales de Francia y los polizontes de Alemania.” Karl Marx y Friedrich Engels Anonymous.
Este texto fue pensado originalmente como un texto digital, para ser publicado en la web, lleno de enlaces. Su traducción, primero a un procesador de texto (donde se perdieron todos los hipervínculos) y luego a un formato impreso, es una metáfora de lo que significa Wikileaks con respecto al periodismo. Que sirva este texto como una suerte de manifiesto: el mundo no cambió con la aparición de los últimos Wikileaks, solo que ahora nos estamos dando cuenta de ello en tiempo real.
Fácil ya se ha dicho todo lo que se pueda decir sobre Wikileaks y Julian Assange. Así que lo que colocaré aquí es una suerte de notas de trabajo sobre lo que puede significar de aquí a futuro. Un mapa hipertextual para entender Wikileaks.
Bienvenidos al desierto de lo real. “El aparato cultural económico mismo, para reproducirse en las condiciones de competitividad del mercado, no sólo precisa tolerar, sino directamente incitar efectos y productos de choque cada vez más fuertes”, escribió hace tiempo Slavoj Žižek (qué lejano es el año 2000), para hablar de los movimientos que removieron Seattle. Paradojas del destino, cuando vemos a los cinco medios elegidos por Assange y compañía para publicar lo que ha sido considerado un golpe certero contra el sistema diplomático global, vemos también esta mirada cínica del sistema: Wikileaks es un agente infiltrado en el propio sistema red mundial. Y financiado y mantenido por el mismo sistema. Assange es el Millenium Bug (¿se acuerdan de él?, ¿del 2YK?); no ha sido creado por alguien o “alguienes” en particular, sino que es producto de un desperfecto del propio sistema. El riesgo es grande: es altamente probable que el sistema salga fortalecido y todos perdamos en un mundo más cerrado y más autoritario.
El espíritu del terrorismo (digital). Eliminemos todo dilema ético o moral. Para los cuerpos diplomáticos y políticos, Assange es la encarnación digital, versión Tron, de Osama bin Laden. No estamos seguros de si ése es su verdadero nombre. Lo cierto es, como decía Jean Baudrillad, que “la táctica del modelo terrorista es la de provocar un exceso de realidad y hacer que el sistema se hunda bajo este exceso de realidad”. Hay un déjà vu en este último acontecimiento de Wikileaks con respecto al 9/11: las redes sociales (Twitter y Facebook, sobre todo) han jugado en este exceso de realidad. Sabemos todo sobre Assange, su vida, sobre los cuerpos diplomáticos, el sistema político; seguimos segundo a segundo en tiempo real cada servidor que se cierra, cada dominio prohibido. El Sistema ya perdió. Viva el sistema.
Inteligencia colectiva. Sigamos con Baudrillard. Todos hemos soñado con este momento. Y quizá he ahí la razón del éxito de Wikileaks. Aquí han funcionado también las redes y la forma cómo se contagia la información. No es nuevo lo de Wikileaks: hemos tenido ya otras infiltraciones. Lo nuevo es que se ha visibilizado hasta el infinito la capacidad de las redes para replicar casi instintivamente lo que Wikileaks y Assange decían. Es el enjambre de abejas digitales delineado por Pierre Levy en su ya clásico ensayo “La inteligencia colectiva”: “Gracias a ellos, aunque sus nombres no son jamás citados, las cosas avanzan verdaderamente y son efectivamente creadas y conservadas”. Ellos son los justos, los conectados del orbe, los elegidos del día siguiente. La nueva ética no ha nacido, sino que es visible por todos. El hacker de hoy es el proletario del siglo XIX. El Che Guevara ahora usa una laptop. Hackers del mundo, uníos.
Lo público en Internet. Según Jürgen Habermas, el inicio de la modernidad estuvo marcado por la separación entre la esfera pública y la esfera privada. Nuevamente queda en evidencia que esa separación está en discusión. ¿Es de interés público conocer los chismes diplomáticos? En los tiempos de la larga cola, todo se vuelve de interés público. Por lo tanto, los hackers defenderán su espacio recién ganado. En los primeros años de la galaxia de Internet, la gobernanza de dominios estuvo en manos privadas y eso permitió cierta independencia con respecto a los gobiernos. En estos días, cuando vemos cómo van cayendo dominios y ‘urls’ que permiten a los usuarios acceder a Wikileaks, se comienza a discutir la necesidad de tener un sistema de gobernanza más bien abierto, lejos del imperio de ICANN. Hace veinte años era imposible esa tecnología. Hoy no hay excusas para no contar con un sistema abierto y que proteja este aún amorfo espacio público, ganado a pulso.
La cabeza de la hidra. Ya hemos visto esta película antes, en pantallas de tercera dimensión (¿o eran de cuarta dimensión?). La primera vez como tragedia, la segunda como farsa, escribió Marx. Aunque, como se sabe, en casi todas las trilogías la segunda parte es la mejor de todas porque el final queda abierto y los héroes están a punto de enfrentarse a su “finest hour”. Cuando Napster (aquel sistema de libre intercambio de música entre pares) cayó, se pudo haber pensado por un minuto que las industrias musicales ganaron. Cada año las industrias culturales crean e inventan sistemas sofisticados contra las copias digitales. Todo es inútil. Los hackers son los hombres que se robaron el fuego y se lo regalaron a sus pares. Solo por el placer de hacerlo.
Como se ve, más allá de las discusiones sobre el periodismo, la sociedad del espectáculo y los miedos de algunos premios Nobel; sobre la noticia, sobre si las viejas o nuevas herramientas comunicativas (o, como señala Umberto Eco, este viaje al pasado con las nuevas tecnologías), lo importante de Wikileaks es el gran mapa que ha permitido desplegar.
Nos perdemos una y otra vez y, como en una gran paradoja, dejamos el rastro por los bosques en los que nos perdemos, creando así un gran mapa escala 1/1, tamaño natural: “Wonderland está por todas partes. Y en el lugar menos previsible. Ningún mejor aprendizaje que nuestra intuición de tags [etiquetas]”, ha apuntado recientemente Rafael Cippolini (http://cippodromo.blogspot.com ), un émulo argentino de Virgilio en esta Comedia Digital.
Algunos conceptos clave para recapitular este mapa traducido de lo digital (traduttore/tradittore… todo traductor es un traidor, en este caso de mí mismo): contradicciones del sistema, exceso de realidad, ética hacker, replicabilidad en tiempo real. Quien quiera entender algo del estado de la cultura en estos tiempos, necesariamente debe adentrarse en estos vectores.
Mientras esto escribo, en Túnez, Egipto y varios países del Medio Oriente, miles de jóvenes salen a las calles exigiendo más democracia, más libertad. Desorganizados, descabezados, alimentados desde el pecho con mucha cultura pop, no necesariamente anarcos en el sentido clásico, pero sí muy indignados.
Tienen razón quienes dicen que todo esto no fue provocado por Wikileaks o Facebook. Pero ¿qué medio de comunicación e información crees que están usando esos jóvenes?
https://www.alainet.org/es/articulo/148027
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