No a la injerencia extranjera en Libia

12/03/2011
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La Central General de los Trabajadores del Brasil – CGTB llama a todo el movimiento sindical y a todos los defensores de la democracia, del desarrollo y de la soberanía de las naciones a manifestarse contra las amenazas de intervención militar imperialista en Libia.
 
No son los derechos humanos, ni mucho menos la democracia, lo que los Estados Unidos y la OTAN defienden.
 
El objetivo de la “Operación Libia” es tomar posesión de las reservas de petróleo de ese país, desestabilizar la Corporación Nacional de Petróleo de Libia y, finalmente, privatizar su industria petrolera. Es decir, lo que quieren es transferir el control y la propiedad del petróleo de Libia a manos extranjeras.
 
El Pentágono decidió “reubicar” fuerzas navales y aéreas en la región del Mediterráneo y el norte de África. El portaaviones USS Enterprise pasó por el Canal de Suez pocos días después del inicio de las acciones de los grupos mercenarios en la región este de Libia, y están también desplegados por el Mediterráneo buques de guerra anfibios estadounidenses: el USS Ponce y el USS Kearsarge.
 
Las Fuerzas Armadas de EEUU tienen una presencia regular en la zona y mantienen la Quinta Flota de la Marina en Bahréin. La Casa Blanca quiere imponer una zona de exclusión aérea sobre Libia, corredores militares desde ese país hacia Egipto y Túnez, bajo el pretexto de hacer “un corredor humanitario” para los refugiados.
 
No nos engañemos, lo que ocurre en Libia no es un movimiento de protesta como en Egipto, en Túnez o como los que crecen en Arabia Saudita y en el propio Bahréin. La insurgencia armada en el Este de Libia está directamente apoyada por potencias extranjeras. La "insurrección" en Bengasi enarboló inmediatamente la bandera roja, negra y verde con la media luna y la estrella: la bandera de la monarquía del Rey Idris, que simbolizaba el dominio de los antiguos poderes coloniales.
 
 La “Conferencia Nacional de la Oposición Libia”, con amplio destaque en los medios de los monopolios, es una “Coalición” formada por el “Frente Nacional de Salvación de Libia” (NFSL por su sigla en inglés) y la Unión Constitucional Libia (LCU), cuya Web llama al pueblo libio a reiterar un juramento de lealtad al rey Idris y usa la bandera de la monarquía, como se observa en todas las fotos de las “manifestaciones de la oposición”.
 
La tan elogiada NFSL, fundada en 1981, es financiada por la CIA, tiene oficinas en Washington y mantiene una fuerza militar compuesta por mercenarios, auto-denominada Ejército Nacional Libio, que se posiciona en Egipto cerca de la frontera.
 
Libia es un país rico en petróleo (uno de los 10 más ricos del mundo), tiene las mayores reservas probadas de petróleo en África, por lo menos 44.000 millones de barriles. Ha estado produciendo 1,8 millones de barriles de petróleo por día – crudo ligero considerado de máxima calidad y que necesita menos refinación que la mayor parte del petróleo. Libia también tiene grandes depósitos de gas natural fácil de canalizar a los mercados europeos. Es un país de gran superficie con una pequeña población de 6,4 millones de personas.
 
Cuando Kadafi llegó al poder, sólo 9% de la población sabía leer y escribir. Hoy, es más de 90% la tasa de alfabetización. Las mujeres conquistaron muchos derechos que antes se les negaban, pueden estudiar y conseguir un empleo. La educación y la salud son totalmente gratuitas; la vivienda, los alimentos, y los combustibles están al alcance de toda la gente. Libia conquistó el mayor Índice de desarrollo Humano (medida de la ONU) de toda África.
 
En materia de derechos y de democracia, los Estados Unidos no tienen nada para enseñarle a nadie: empujaron a más de 20% de la población economicamente activa al desempleo, son 43 millones de personas en la miseria, 41 millones amenazados por el hambre (1 de cada 5 niños se encuentra en esta angustiante situación), 51 millones sin asistencia médica. Son muchos millones de desalojados de sus casas por la especulación de los bancos y brilla por su ausencia la previdencia pública, que deja a los ancianos sin cualquier cuidado.
 
Las elecciones en EUA no son directas. El presidente es electo en un Colegio Electoral y dos por tres la Suprema Corte cambia el resultado de la votación popular (todos se acuerdan de la última victoria de W. Bush, cuando miles de votos fueron robados del demócrata Al Gore por irregularidades en las listas de votantes; y a pesar de Bush haber recibido 539.898 votos menos que su adversario, la Suprema Corte validó el fraude que lo llevó a la Casa Blanca).
 
No hay libertad sindical en los EUA. Al contrario, la lucha sindical es reprimida. Los trabajadores que buscan sindicalizarse son despedidos y tienen los derechos cortados. El total de trabajadores sindicalizados en los Estados Unidos en 2010 sufrió una drástica disminución, el menor índice en más de 70 años: son apenas 11,9% de la fuerza de trabajo del país.
 
El Estado norteamericano es totalmente controlado por un grupo pequeño de monopolios como los Morgan y los Rockefeller que, además de dominar la economía del país, provocan el hambre en el mundo entero a través de la especulación con los precios de los alimentos y de las materias primas, y aplicando la “guerra del tipo de cambio”. Son estos monopolios que, para aumentar más y más sus superlucros y seguir con la especulación, están dispuestos a volver a la barbarie colonialista del siglo XIX para controlar las riquezas del mundo.
 
Las amenazas a Libia fueron respondidas por el líder Muamar Kadafi, advirtiendo que si los EUA intentan invadir el país y robar su petróleo habrá “miles de muertos”. Después de pedir a la ONU y otras organizaciones internacionales que envíen misiones de reconocimiento para testimoniar in loco la verdadera realidad que ocurre en su país, Kadafi volvió a negar el llamado “baño de sangre” y afirmó que los ataques contra su país partieron de “pandillas armadas y de fuera de Libia”.
 
La revolución libia, inspirada por Nasser en Egipto, es parte del levante nacionalista árabe contra las monarquías controladas por los intereses imperialistas.
 
El pueblo libio no quiere el retorno de la época en que 90% del petróleo iba para empresas americanas y 10% se quedaba con el país. Ahora, 90% se queda con el país y apenas 10% va para las empresas extranjeras.
 
¡La afirmación de la soberanía sobre sus riquezas, sobre el petróleo y su economía es el camino para la redención del pueblo árabe!
 
¡Fuera los Estados Unidos de Libia y del Maghreb!
 
São Paulo, 12 de marzo de  2011
 
Ejecutiva Nacional de la CGTB
https://www.alainet.org/es/articulo/148370

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