Israel, un engendro descontrolado
11/06/2011
- Opinión
Mucho ha dado de qué hablar el gobierno israelí en los últimos días, y todo lo que se dice de él implican políticas obstinadas para mantener su hegemonismo en la región a costa de la más criminal represión en los territorios ocupados; ataques descontrolados contra ciudadanos palestinos y árabes; posiciones irreverentes contra sus aliados como Estados Unidos y la Unión Europea por hacer prevalecer sus políticas de exterminio; serias contradicciones internas en las altas esferas del poder, el desarrollo desmesurado de una carrera armamentista, sueños de dominio en el campo de la cibernética y, particularmente, nuevas páginas de espionaje y asesinatos selectivos que afectan, incluso sospechosamente, a relevantes figuras de la élite económica del país.
Netanyahu y sus retos políticos
En una reciente conferencia sobre la guerra cibernética, realizada en la Universidad de Tel Aviv, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, abogó por convertir a su país en una potencia de cibercultura global, vinculada a la guerra en los tiempos modernos, no solo para sacar ventajas defensivas sino también para poder atacar al enemigo en el momento preciso y desmantelar sus medios de combate y detección. Sus temores de quedar debilitados ante el avance mundial que experimenta el mundo en el campo cibernético, de acuerdo con el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional, llevó a Netanyahu a reconocer que “cuanto más informatizado se vuelve el mundo, más vulnerables seremos. Por lo tanto, no hay más remedio que lidiar con esto de una manera más sistemática y centrada”.
Benjamín Netanyahu regresó a Israel con sus ínfulas de grandeza, luego de que el Congreso norteamericano le diera un espaldarazo a su rechazo a la propuesta del presidente Obama de reconocer las fronteras existentes en 1967, como premisa para desarrollar cualquier negociación con los palestinos y los países árabes. Muchos en Israel, como el historiador hebreo Martin Van Creveld piensan que la obcecada posición de Netanyahu carece de fundamento, pues mantener la posesión de Cisjordania no es un factor clave para el país hebreo dado el aumento de su capacidad militar actual de respuesta frente a sus enemigos, ni tampoco le asegurarían un resguardo contra un supuesto ataque con misiles desde Siria o la República Islámica de Irán. Van Creveld, con plena conciencia de que Israel está marcando un derrotero militarista y represor, repudiado cada vez más internacionalmente, declaró: “yo aconsejaría fuertemente a mis hijos y a mi nieto de buscarse otro país menos ciego y menos terco para vivir.”
El reconocimiento recibido a sus políticas por parte del Congreso norteamericano es fruto de las tradicionales alianzas estratégicas entre ambas naciones, en la que los hebreos encuentran ayuda militar incalculable, apoyo en los foros internacionales y, sobre todo, total de seguridad de que serían apoyados incondicionalmente ante cualquier conflicto bélico. Netanyahu, por su parte, tiene bien claro que, a cambio, Israel es el guardián de sus intereses geopolíticos. Desde luego, como niño irreverente, Israel desafía en más de una ocasión a sus amos norteamericanos, sobre todo con respecto a las alianzas estratégicas que el Imperio debe establecer con algunos gobiernos árabes para lograr su dominio en la región y una cómplice aceptación al mismo de sus socios árabes. Esto ha creado un conflicto entre ambas administraciones que se ha tratado de minimizar, pero expresa serias contradicciones de apreciación política entre el persuasivo Obama y el ultraconservador Netanyahu.
El conflicto político entre Obama y Netanyahu está lleno de aristas y confabulaciones. Por un lado, el poderoso lobby judío pide al desobediente premier hebreo más mesura y bajar el perfil a las tensiones, pero el respaldo recibido por el Congreso norteamericano lo ha conducido a sentirse equivocadamente protegido más allá de la cuenta. Es cierto que el apoyo recibido es sustancial, avalado por una resolución de los congresistas, presentada por el senador republicano Orrin Hatch (R), con el apoyo de tres decenas de sus congéneres de partido y varios demócratas, a los que se suma el independiente Joe Lieberman, pero el ejecutivo cuenta con prerrogativas para presionar a Israel que van más allá de la influencia de los lobistas judíos en el Congreso.
Mientras tanto, un nuevo elemento se suma a los esfuerzos por lograr la solución del conflicto entre Israel y el pueblo palestino, cuando varias personalidades mundiales han reclamado la incorporación de Hamas se suma a las conversaciones en esa dirección, reforzando los acuerdos previos acordados entre Hamas y Al Fatah en abril pasado, muy cuestionados por EE UU e Israel, por representar para los hebreos un futuro peligro. La carta firmada por ex ministros de Relaciones Exteriores como el francés Hubert Vedrine, el australiano Gareth Evans, el holandés Hans van den Broek y el ex canciller hebreo Shlomo Ben Ami; la dirigente palestina y ex negociadora de la OLP, Hanane Achraui, además de otros firmantes hasta llegar al número de 24. Detrás de este esfuerzo conciliador se encuentran Estados Unidos y la Unión Europea, representadas por las señoras Hillary Clinton y Catherine Ashton, jefas de la diplomacia norteamericana y de la UE, respectivamente.
La reticencia de Hamas a integrarse al posible acuerdo, presionado por la ONU, La UE, Rusia y EE UU, es un escollo para continuar el avance a la solución del añejo y desgastante conflicto. Al respecto, declaran los firmantes de la misiva: “La unidad palestina es un requisito previo para conseguir una solución de dos Estados, y no un obstáculo”. (…) “Si la reconciliación palestina es puesta en peligro, se precipitará el conflicto israelí-palestino hacia un atolladero aún más profundo, con consecuencias dramáticas para todas las partes y para la comunidad internacional en su amplio sentido”.
Los problemas domésticos de Netanyahu
Netanyahu también presiones internas en Israel para cambiar su política de terror y hostilidad contra los palestinos y sus vecinos árabes, tal como se puso de manifiesto el día de hoy, 10 de Junio de 2011, cuando un importante grupo de exjefes militares y de seguridad israelíes le han presionado, mediante un nuevo plan, para que reinicie las conversaciones estancadas con los palestinos. Este nuevo plan tiene como base una iniciativa árabe propuesta en el año 2002, que reclama la devolución de los territorios de los se apropió Israel en 1967, así como la total repatriación de los refugiados árabes en otras naciones. Este plan tiene plena coincidencia con la percepción de Obama para solucionar el diferendo israelí-palestino. Los proponentes tienen diversas tendencias políticas y motivaciones, pero les hacen coincidir muchas contradicciones internas dentro de las altas esferas de la política sionista, pues se encuentran, entre los cuarenta demandantes, el exjefe del Ejército, Amnon Lipkin-Shahak; el exjefe del Mossad, Danny Yatom; varios directores del Shin Bet (Shabak) como Yaakov Perry y Ami Ayalon; incluyendo a Amram Mitzna, ex general y jefe del Partido Laborista, candidato a primer ministro en las elecciones de 2002.
Esta propuesta de dar luz verde a Israel para aceptar a un Estado palestino que ocupe Gaza y toda la Ribera Occidental, incluida Jerusalén oriental, presupone también compensar a los refugiados palestinos, así como la retirada israelí de las Alturas de Golán, las que serán devueltas a Siria, sobre la base de varios acuerdos previos. Netanyahu, mientras tanto ignora la propuesta buscando alternativas de solución.
Lo evidente es que en Israel ha germinado un fuerte rechazo al papel de gendarme internacional asumido por los últimos gobiernos y el movimiento pacifista aumenta día tras día, tal como quedó demostrado el pasado 5 de junio del 2011, cuando millares de ciudadanos protestaron en Tel Aviv, movilizados por los partidos de izquierda (Meretz y Hadash) y de centroizquierda como el Kadima, agrupados en el Movimiento “Paz Ahora”, para reclamar la creación de un estado palestino.
Los peligros exacerbados por Israel y su espionaje activo
La verdad no puede ocultarse. Estados Unidos mantiene a Israel como a un provechoso y lo emplea para reforzar su geopolítica en la región. Ejemplo de ellos tuvo lugar el pasado jueves 9 de junio, cuando EE UU filtró un supuesto informe de un instituto de investigaciones militares de su gobierno, alertando sobre la futura posesión de Irán de armas nucleares en apenas uno o de meses. El revuelo causado por la inventada noticia no tenía otro propósito que caldear el panorama político de la región y, de inmediato, los norteamericanos movieron a su peón principal: la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), quien se ha encargado de lanzar infundios y recelos sobre Irán, sobre todo acusándolo de mantener su enriquecimiento de uranio en la zona de Natanz.
Lo sorprendente de la revelación es que tanto EE como Israel han usado todos los medios posibles, desde las presiones diplomáticas y las amenazas, el más sofisticado espionaje y la planificación de ataques selectivos contra Irán, para endilgarle una imagen de peligro y entorpecer el programa pacífico iraní. El propio ex jefe del Mossad, Meir Dagán, confesó recientemente que Israel planeó un ataque militar contra Irán, a pesar de que él mismo informó, en enero de 2011, ante la Comisión de Defensa de la Knesset, el parlamento israelí, que Irán carecía en estos momentos de condiciones para fabricar dicha arma nuclear hasta el año 2015. La introducción por parte del Mossad del virus Stuxnet, así como el asesinato de científicos iraníes, entre otras medidas radicales de la inteligencia israelí, han torpedeado seriamente el programa nuclear de la República Islámica de Irán.
Hoy soplan aires de guerra contra Irán por parte de los sectores ultraderechistas en Israel y los intereses del complejo militar industrial sionista, quienes claman por un ataque inmediato contra las plantas nucleares iraníes. Para ello está reforzando su labor diplomática con sus cómplices dentro del mundo árabe, desoyendo los intentos de paz que se están instrumentando por otros países y organismos internacionales.
El reverdecer glorias pasadas como la Operación Opera, lanzada contra Irak hace tres décadas y que acabó con las intenciones de ese país de desarrollar un programa nuclear mediante un ataque aéreo, revive las intenciones triunfalistas de los que apuestan por la guerra. Otro precedente que los estimula fue el éxito del ataque contra una la planta nuclear en Siria, ejecutado en septiembre de 2007.
El triunfalismo heredado en Israel, tan similar al que existía en la Alemania de Adolph Hitler luego de sus primeras impunes invasiones a sus países vecinos,7 de junio de 2011 Israel, con respaldo estadounidense, hace que los halcones de la guerra del sionismo no solo dirijan sus planes agresivos contra Irán. Siria también se encuentra bajo amenaza de una agresión, esta vez mediante una campaña goebeliana de desinformación, mediante la cual acusa a Siria, cuyo ambiente político está enrarecido por protestas internas, de fabricar un potencial conflicto en su frontera con Israel en las Alturas del Golán. Lo cierto es que soldados israelíes dispararon a mansalva contra cientos de palestinos desarmados, fundamentalmente mujeres y niños, que intentaban traspasar dicha frontera. La Casa Blanca no dudó en apoyar incondicionalmente a su aliado israelí al acusar a Siria de preparar el conflicto fronterizo para ocultar una supuesta oleada represiva que lleva a cabo dentro del país. Condescendiente con los crímenes israelíes, el portavoz del Departamento de Estado Mark Toner, declaró: “Israel, como cualquier país soberano, tiene derecho a defenderse”. Netanyahu, usó argumentos similares en declaraciones a la prensa: “Los acontecimientos a lo largo de la frontera con Siria no estallaron por casualidad. Hay un intento que se hizo aquí para caldear los ánimos en la frontera y tratar de violar nuestras fronteras”. En ambos casos se trató de ocultar que las protestas se realizaron en repudio a la agresión israelí contra Siria en 1967, usurpando mediante la agresión las Alturas del Golán, Cisjordania y la Franja de Gaza.
Hoy, el ejército sionista se encuentra en alerta máxima en los Altos del Golán, ubicando allí unidades de élite y francotiradores, amenazando a Siria y a los desarmados palestinos que tratan de revivir un movimiento de oposición ante el recuerdo de la agresión sionista ocurrida 44 años atrás.
Sammy Ofer ¿Una cabeza de turco?
Uno de los casos más controversiales de los últimos días fue el sospechoso fallecimiento del multimillonario israelí Sammy Ofer, quien, aunque padecía una enfermedad terminal, se sospecha fue víctima de una muerte provocada por el Mossad. Dueño de la poderosa Ofer Brothers, cuya fortuna oscilaba los 10 billones de dólares, se le acusó de estar involucrado en traficar armas a Irán en una actividad que servía realmente como tapadera a los servicios de inteligencia hebreos con el fin de espiar a las instalaciones nucleares iraníes.
Todo el escándalo se destapó cuando Ofer Brothers y sus navieras, como Tanker Pacific Management, fueron puestas en la lista negra del Departamento de Estado norteamericano, por negociar con Irán, incumpliendo las sanciones impuestas en ese sentido. Otro sospechoso proceder de Ofer Brothers fue la venta a Islamic Republic of Iran Shipping Lines de un tanquero en 8,6 millones de USD.
El escándalo destapó varios hechos controversiales tales como la existencia de una autorización por parte de Netanyahu para que Ofer Brothers realizara estos contactos comerciales con Irán. A cambio, la llegada de los buques de la empresa israelí trasladaban agentes y helicópteros Blackhawk, de forma encubierta, para espiar en territorio iraní. Por otro lado, Sammy Ofer fue el centro de un documental realizado en el 2008 y titulado “The Shakshuka Method”, dirigido por el periodista Mickey Rosenthal, en el que se denuncia cómo Ofer era uno de los manejadores de los hilos del poder en Israel y estaba vinculado a un sistema de corrupción institucionalizado en las élites gubernamentales. La defensa a ultranza hecha por Netanyahu a la actividad de Ofer ante el parlamento, llegándolo a encumbrar como un verdadero sionista, al decir de él, que era “un sionista hasta la médula”, fortalece la idea de que Ofer levantó una poderosa y activa tapadera para el espionaje israelí contra Irán.
Sospechosamente también una sesión del Comité de Asuntos Económicos de la Knesset (Parlamento) fue suspendida sin explicaciones por su presidente, Carmel Shama-Hacohen, por orientaciones expresas de Netanyahu y del Ministerio de Defensa de Israel, aclarando a los presentes que el caso Ofer y su discusión “dañaría la seguridad del Estado”. Por su parte, el exjefe del Mossad, Meir Dagan, defendió la actividad de los hermanos Ofer, al declarar sin remilgos: “No hay ninguna ley que prohíba atracar en un puerto iraní, este asunto ha sido exagerado y temo por los miles de trabajadores del Grupo Ofer que podrían verse afectados”. (…) “No es lo mismo comerciar que encargarse de un transporte y, además, no hay establecido un boicoteo total”.
Sammy Ofer, nacido en Rumanía en el 1922, se vinculó a la Marina Real inglesa durante la Segunda Guerra Mundial y pasó a servir a la naciente marina de guerra israelí en 1948. Todas sus empresas, de alguna manera, se articulan con el complejo militar industrial sionista, entre las que se encuentran ZIM, Royal Caribbean Internacional, la Corporación de Israel, Israel Chemicals, Refinerías de Petróleo Ltd, Banco Mizrahi-Tfahot, Semiconductor Torre y Agencia Marítima Zodiac Ltd. Mantuvo fuertes lazos con la Royal Navy Británica y sus servicios de inteligencia, al extremo de recibir en el título de Caballero Comendador de la Orden del Imperio Británico (KBE), el 10 de noviembre de 2008.
Conclusiones
Saberse impune y protegido por Estados Unidos, con independencia de algunas contradicciones con la Casa Blanca, pero sabedor de que cuenta con el apoyo del poderoso Complejo Militar Industrial norteamericano, de la ultraderecha y el vigoroso lobby judío, hacen de Israel uno de los obstáculos más peligrosos para lograr una verdadera paz en el Medio Oriente. El predominio de la tendencia guerreristas en la élite del poder en Israel anuncia que el proceso de pacificación será, si es que se logra alguna vez, complicado y lleno de tropiezos. Por suerte, emerge un sentimiento pacifista focalizado en los partidos de izquierda como Meretz y Hadash, así como el de centro izquierda Kadima, sumada a la toma de conciencia de los movimientos populares en estos meses, que hacen esperanzador, definitivamente, que el sonido de los tambores de la guerra se apague lentamente. La unión Europea y los Estados Unidos, presionados por su apoyo a Israel, tratan de buscar fórmulas que favorezcan a su aliado descarriado y prepotente. El mundo, mientras tanto, espera con impaciencia el desarrollo de los acontecimientos venideros.
https://www.alainet.org/es/articulo/150424
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