Nuevos escenarios globales y regionales
14/06/2011
- Opinión
Estamos ante escenarios novedoso y altamente cambiantes, aunque por momentos pareciera que actuamos sólo pensando en escenarios tradicionales, rígidos y los interpretamos con categorías y conceptos útiles sólo para leer esas realidades del pasado. Pasamos rápidamente de la bipolaridad global de la guerra fría, con una mirada del mundo dividido entre derecha e izquierda como categorías políticas y la predominancia del mercado o el Estado en términos económicos y del desarrollo, a la unipolaridad del predominio norteamericano en la post guerra fría, con el triunfo de la democracia y el mercado como lo predicó Fukuyama en su famoso y cuestionado texto ‘el fin de la historia’, pero seguimos leyendo las realidades como de derecha e izquierda en lo político y con el énfasis en el mercado o en el Estado en lo económico.
Pero con la irrupción de nuevas potencias emergentes con efectos contradictorios –por ejemplo, demandas crecientes de materias primas, pero mayores daños medioambientales-, especialmente los países denominados BRIC –Brasil, Rusia, China, India- y otros actores regionales como Turquía Irán, Suráfrica, realmente estamos en un escenario crecientemente multipolar. Como lo señala Carlos Westendorp en la introducción del reciente libro “Las potencias emergentes hoy: hacia un nuevo orden mundial” publicado por el Ministerio español de Defensa, “el <momento unipolar> que sucedió a la bipolaridad propia de la guerra fría no fue más que eso: un episodio pasajero. El poderío militar de los Estados Unidos sigue siendo ciertamente considerable, esto es innegable. Pero también lo es el hecho de que cada vez resulta menos relevante para poder afrontar por sí solo los desordenes globales.”
Ese libro igualmente menciona cuatro escenarios propuestos por dos centros de pensamiento y prospectiva, uno norteamericano y otro europeo (NIC & EUISS) y que se resumen así: 1) una prolongación de la situación presente sin que aparezcan riesgos y crisis mayores capaces de trastocar todo el sistema; 2) caracterizado por la fragmentación y el regionalismo, en el cual las potencias, viejas y nuevas, compiten por mercados y recursos limitados y tienden a aislarse en bloques regionales; 3) considera la aparición de una gran crisis medioambiental o un conflicto de gran magnitud, que conlleva a una cooperación forzada entre los principales actores y conduce a una reforma sustancial de las instituciones multilaterales; 4) predomina el caos y el desorden por desgarramientos internos en China e India, aumento de competencia entre los BRIC, carreras armamentistas y que conlleva a una ausencia de instituciones de gobernanza global o incapacidad de ejercerla. Consideran los más probables el primero y el tercero.
Frente a estos cambios gruesos en curso, seguimos preocupados por dividir los países de Suramérica entre izquierdistas y derechistas –en esta última categoría sólo quedarían Colombia y Chile- y a su vez los considerados izquierdistas entre los radicales –Venezuela, Bolivia y Ecuador- y los moderados –Brasil, Uruguay, Paraguay, Argentina y ahora también Perú-, cuando en la realidad de la región en todos los casos se trata de economías capitalistas –algunas con mayor intervención del Estado, es verdad- que intentan, no siempre con el mejor éxito, dar respuestas a grandes problemas sociales internos como la pobreza, la desigualdad, el empleo y que buscan articularse, en mecanismos como UNASUR, para encontrar caminos de inserción positiva en el escenario globalizado contemporáneo.
El electo Presidente peruano Ollanta Humala nos refleja esa disociación entre miradas con conceptos poco adecuados y realidades cambiantes: “Soy una oportunidad para aglutinar a los sectores de izquierda que nunca llegaron al gobierno y que programáticamente se pueden unir a sectores empresariales que ya trabajan como nosotros y otras fuerzas que han convergido en este proyecto. Internacionalmente me ven como hombre de izquierda, en el Perú me ven como nacionalista. Yo he dicho que no soy de izquierda ni de derecha, yo soy de abajo.”
- Alejo Vargas Velásquez es Profesor Universidad Nacional
https://www.alainet.org/es/articulo/150503
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