En el ojo del huracán: La crisis de la deuda en la Unión Europea (1-7)

Grecia (I)

08/09/2011
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Entre julio y septiembre de 2011, por todo el mundo, las bolsas de nuevo sufrieron una violenta sacudida. La crisis se profundiza en la Unión Europea, y en particular respecto a sus deudas. El CADTM entrevistó a Eric Toussaint con el objetivo de descodificar los diferentes aspectos de esta nueva fase de la crisis.
 
CADTM: ¿Es cierto que Grecia debe comprometerse con el mercado a pagar un tipo de interés de cerca del 15 % para poder conseguir préstamos a 10 años?
 
Eric Toussaint: Sí, es cierto. Los mercados sólo están dispuestos a comprar títulos que querría emitir Grecia con vencimiento a 10 años si este país se compromete a pagar esos intereses exorbitantes.
 
CADTM: ¿Y entonces Grecia aceptará estas condiciones?
 
Eric Toussaint: No, Grecia no puede permitirse pagar un interés tan alto. Le resultaría demasiado caro. Ahora bien, casi todos los días, se puede leer tanto en la prensa tradicional como en los medios alternativos (por otro lado muy útiles para formarse una opinión crítica) que Grecia debe pagar el 15 % o más de interés.
 
En realidad, desde que estalló la crisis en la primavera de 2010, Grecia sólo puede pedir préstamos a 3 meses, 6 meses o como máximo a un año, pagando un interés que varía según las emisiones entre el 4 % y el 5 %.[1] Hay que decir que, antes de que comenzaran los ataques especulativos contra Grecia, este país podía obtener préstamos a tipos muy ventajosos, sobre todo de los banqueros, pero también de otros inversores institucionales (las compañías de seguros, los fondos de pensión) — los que en la jerga se llama inversores institucionales—. Todos se ofrecían a prestarle dinero.
 
Por ejemplo, el 13 de octubre de 2009, Grecia emitió títulos del Tesoro (T-Bills) a 3 meses con un rendimiento (yield) muy bajo, del 0,35 %. El mismo día, este mismo país realizó otra emisión de títulos a 6 meses, pero a un interés del 0,59 %. Siete días más tarde, el 20 de octubre de 2009, emitió títulos a un año pagando un interés del 0,94 %. [2] Faltaban menos de 6 meses para el estallido de la crisis griega. Las agencias de calificación atribuían una nota muy buena a Grecia y a los bancos que le prestaban alegremente. Diez meses más tarde, para emitir títulos a 6 meses, debía otorgar un rendimiento del 4,65 % (o sea, 8 veces más). Fue un cambio fundamental de circunstancias.
 
Aún una precisión importante para indicar la responsabilidad de los bancos: en 2008, exigían a Grecia un rendimiento más elevado que en 2009. Por ejemplo, en junio-julio-agosto de 2008, cuando todavía no conocíamos el shock producido por la quiebra de Lehman Brothers, los tipos de interés eran cuatro veces mayores que en octubre de 2009. En el 4º trimestre de 2009, al llegar a menos del 1 %, los tipos de interés alcanzaron su nivel más bajo.[3] Lo que puede parecer irracional, puesto que no es normal que un banco privado rebaje los tipos de interés en un marco de crisis internacional mayor y con respecto a un país como Grecia, que se endeudaba muy rápidamente. Sin embargo, es lógico desde el punto de vista de un banquero que busca el máximo beneficio inmediato, persuadido de que en caso de problemas, las autoridades públicas correrán en su ayuda. Después de la quiebra de Lehman Brothers, los gobiernos de Estados Unidos y de Europa vertieron una enorme liquidez para salvar los bancos y así relanzar el crédito y la actividad económica. Los banqueros cogieron este maná de capitales para prestarlos dentro de la UE, a países como Grecia, Portugal, España, Italia, convencidos de que en caso de problemas, el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea acudirían a salvarlos. Desde su punto de vista tuvieron razón.
 
CADTM: ¿Quieres decir que los bancos privados, prestándole a un interés bajo, contribuyeron activamente a que Grecia cayera en la trampa del endeudamiento insostenible? Y luego le exigieron un tipo de interés mucho mayor, lo que impidió que pudiera pedir préstamos a plazos mayores de un año.
 
Eric Toussaint: Sí, es eso. No hablo de un complot propiamente dicho, aunque es innegable que los bancos lanzaron literalmente capitales a la cara de países como Grecia (incluso bajando los tipos de interés que ellos mismos exigían) ya que entendían que el dinero que recibían masivamente de los poderes públicos debía encontrar un destino como préstamo a Estados de la eurozona. Debemos recordar que hace sólo tres años, los Estados fueron considerados como actores muy fiables, mientras crecía la duda sobre la capacidad de las empresas privadas de cumplir con sus compromisos y pagar sus deudas. Para retomar el ejemplo concreto mencionado más arriba, cuando, el 20 de octubre de 2009, el gobierno griego vendió T-Bills a 3 meses con un rendimiento del 0,35 % buscaba reunir la suma de 1.500 millones de euros. Pero los banqueros y otros  inversores institucionales le propusieron cerca de 5 veces esa suma, casi 7.400 millones de euros. Finalmente, el gobierno decidió aceptar 2.400 millones de euros. No es exagerado decir que los banqueros lanzaron sus capitales a la cara de Grecia.
 
Volvemos sobre las etapas recientes del aumento de los préstamos a Grecia por parte de los bancos de los países del oeste europeo entre 2005 y 2009. Los banqueros de los países del oeste europeo aumentaron sus prestamos una primera vez entre diciembre de 2005 y marzo de 2007 (durante ese período, el volumen de los préstamos aumentó un 50 %, pasando de un poco menos de 80.000 millones a 120.000 millones de dólares). Aunque la crisis de las subprime había ya estallado en Estados Unidos, los préstamos aumentaron de nuevo fuertemente (+33 %) entre junio de 2007 y el verano de 2008 (pasando de 120.000 millones a 160.000 millones de dólares), para después mantenerse en un nivel muy elevado (cerca de 120.000 millones de dólares). Esto significa que los bancos privados de Europa occidental utilizaron el dinero que les prestaba abundantemente y a bajo coste el Banco Central Europeo, el Banco de Inglaterra, la Reserva federal de Estados Unidos y los los money market funds de Estados Unidos (ver mas adelante) para aumentar sus préstamos a países como Grecia[4] sin ninguna consideración para los riesgos. Por consiguiente los bancos privados tienen una gran responsabilidad en el excesivo endeudamiento de Grecia. Los bancos privados griegos también prestaron enormes cantidades de dinero a los poderes públicos y al sector privado,  por lo tanto también tienen una gran parte de responsabilidad en esta crisis. Las deudas que reclaman a Grecia los bancos extranjeros y también griegos son una consecuencia de la política totalmente arriesgada llevada por esos bancos, y por ende, según mí parecer, pueden ser calificadas de ilegítimas. (Traducido por Griselda Pinero y Raul Quiroz)
 
Fin de la primera parte
 


[1] Hellenic Republic Public Debt Bulletin, n° 62, June 2011. Disponible en www.bankofgreece.gr
[2] Op. Cit, n° 56, December 2009
[3] Bank of Greece, Economic Research Department – Secretariat, Statistics Department – Secretariat, Bulletin of Conjunctural Indicators, Number 124, October 2009. Disponible en www.bankofgreece.gr
[4] El mismo fenómeno se produce en el mismo momento en Portugal, en España, y en países de Europa central y del Este.
https://www.alainet.org/es/articulo/152469

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