En medio de dos potencias

Teodoro Rentería Arróyave

27/09/2011

Opinión

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Kathmandú, Nepal.- En menos de una hora, en vuelo de Lhasa, capital del Tíbet, China a esta congestionada ciudad capital, pasamos de una altura sobre el nivel del mar de 3650 metros a sólo 1350.

Nos dijeron que al fin nuestros corazones descansarían, pero en verdad que los reporteros mexicanos que visitamos esa ciudad rodeada por la cordillera del Himalaya, jamás sentimos los efectos de la altura, seguramente porque los capitalinos vivimos permanentemente a una altura de 2240 metros, sin embargo el colega tabasqueño, José Antonio Calcáneo Collado, tampoco sufrió de los estragos, inclusive, cuando estuvimos en la carretera 318 de la cordillera que nos llevó al punto de los 5013 metros de altitud.

Cuando se inició el descenso del enorme aparato, nos percatamos al través de la ventanilla, del hacinamiento y la pobreza de esta nación, eminentemente agrícola, la cual se defiende con las divisas que le deja el turismo, por cierto este 2011, Nepal lo decretó como el año del turismo y según se nos informó les ha ido muy bien.

El drama de esta pequeña nación consiste en su ubicación geográfica, está aprisionada por dos potencias: China y la India y sin ninguna salida al mar. Su alto sentido de soberanía que defiende con toda pulcritud y valentía, la hace no transigir con ninguno de sus vecinos. Esta salvaguarda del ser nacional debería de ser estudiada a fondo por el amplio sector oficial mexicano que al menor manotazo del vecino del norte, tiembla y transige desvergonzado a las órdenes del imperio.

Como es de recordarse hace tres años, un movimiento civil acabó con la monarquía, el último rey, Gyanendra, dimitió a su reinado para evitar derramamientos estériles de sus conciudadanos, hoy vive tranquilo en su domicilio particular ubicada en la propia capital Kathmandú.

Algunos nepaleños nos confiesan, que si bien se ganó en democracia se perdió en el orden ciudadano, una muestra de ello es la anarquía prevaleciente en esa capital en cuyas estrechas calles, todas de doble sentido, circulan, es un decir, 400 mil motocicletas y 250 automóviles.

La religiosidad del pueblo nepalés es fuerza y fortaleza de su cultura milenaria, sin dejar de mencionar que las mujeres jóvenes han dejado de usar el saree o túnica de 8 metros de tela, para dar paso al jeans y a las blusas ajustadas.

El 80 por ciento de los nepaleños, son practicantes efectivos del budismo, sólo el 20 por ciento es cristiano, no obstante la desproporción en esta nación empobrecida no hay conflicto religioso, los fanatismos le son ajenos a esta población que apoya el laicismo y por consecuencia la libertad religiosa.

Sus templos y monasterios son patrimonio de la humanidad, algunos administrados por el Estado y en su gran mayoría por la comunidad budista.

Sin perder soberanía, creemos, Nepal debe de abrirse al mundo, no es creíble que rodeada de los “tigres asiáticos” este sumido en la pobreza. Ejemplos son muchos: China, Singapur y otros muchos etcéteras.

- Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor mexicano. www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.mx, y www.clubprimeraplana.com.mx

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