Ante la resistencia libia

29/10/2011
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Carece de sentido deplorar un asesinato: éste es modus operandi y modus vivendi de todo imperio. Útil es aprender sus métodos, reforzar la seguridad de los dirigentes y establecer mecanismos de sucesión que mantengan incólume el liderazgo.
 
Inoperante resulta criticar la ausencia de juicio y sentencia: las cortes imperiales son turbas de linchamiento y sus tribunales sepulcros blanqueados. Urge negarles jurisdicción mientras no condenen a sus propios sicarios.
 
No tiene caso descalificar tribunales internacionales que condenan sin proceso y expiden órdenes de detención por encargo. Hay que dejar sin efectos los tratados  que nos someten  a jueces o árbitros extranjeros y recuperar el derecho soberano de cada país a resolver sus controversias con sus tribunales propios y sus propias leyes.
 
Es irrelevante censurar un genocidio: las potencias hegemónicas se nutren de sangre derramada como los bosques de la lluvia. Cabe defenderse para no seguirlas alimentando.
 
Es inútil quejarse de  entidades financieras que confiscan  reservas internacionales: el latrocinio es su razón de ser. Hay que retirarles los fondos de los que se alimentan y colocarlos en instituciones nacionales o regionales invulnerables.
 
Es tiempo perdido denunciar el robo a mano armada por parte de los países hegemónicos. Es preciso armarse para no dejarse saquear.
 
Resulta vano  condenar que mercenarios armados asesinen decenas de miles de ciudadanos desarmados: el asesino a sueldo es el único recurso de poderes que nadie se alista para defender.  Lo indispensable es que cada ciudadano sea voluntario de su legítima defensa.
 
Futil es quejarse de  países sicarios que prestan  territorios para  bases del Imperio y  súbditos como carne de cañón de las transnacionales. Eficaz es negarles el sustento y el apoyo que les posibilite destruirnos.
 
De nada sirve demostrar que los monopolios mediáticos  mienten, tergiversan, engañan y fabrican realidades: su industria es el fraude. Es necesario aprender a descubrir sus falsificaciones y crear redes alternativas de información y educación que divulguen los hechos.
 
Banal es lamentar que  aves de rapiña se repartan los recursos del país que destruyen. Indispensable es asegurar que la rebatiña sea infructífera o imposible.
 
Inefectivo es reprobar la traición de  políticos que agasajaron a cambio de otorgamiento de concesiones u homenajearon a precio de financiamiento de elecciones: A Judas hay que darle la soga y no los treinta dineros.
 
Ningún sentido tiene censurar a las potencias que en el Consejo de Seguridad
omitieron  el veto que hubiera evitado el genocidio.  Son ellas quienes emprenden la marcha al patíbulo energético con el Mediterráneo confiscado por la OTAN, África ocupada por el Africom y Asia bloqueada por guerras de rapiña.
 
Irrelevante sería explicar  que  bombardeos de aplanadora de coalición imperial no equivalen a un movimiento social. El relevo de la  leal izquierda de su Majestad es una incondicional izquierda de la OTAN, que cree que ésta le hará las revoluciones que nunca realizó ella misma.
 
Ineficaz es condolerse de que un pueblo sea invadido milicias extranjeras, cuyos propios países a su vez están  ocupados por bases militares foráneas. Procede evitar que el propio territorio sea ultrajado por la planta insolente del extranjero.
 
Vano es lamentar que diferencias regionales, culturales, sociales o étnicas sean fomentadas y manipuladas por imperios como coartada para su injerencia. Efectivo es alentar el sentimiento de unidad en el propio país y el de integración en la región.
 
Inane es derramar lágrimas por las víctimas: imperativo destruir la maquinaria que las causa resistiendo con ellas la prueba terrible que nos viene.
 
 
LA HERENCIA
 
Visto que el viejo puso tanto esfuerzo en consolidar la hacienda, que la llamó La Esperanza.  Recordándose que él  era ya cuarentón y la abuelita de catorce años que después  dijo que ella no estaba pensando en casarse sino en jugar con muñecas. Chismeándose que él lo único que pidió antes del compromiso formal fue verle el tobillo a la novia, en tiempos cuando las faldas cubrían la punta del pie. Siendo que batido por las tropas del gobierno pactó una paz honrosa con un coronel  compadre suyo, entregó un parque y  regaló al vencedor su escopeta de guerrillero. Contándose que los pleitos sobre las tierras eran tan apretados que mandaron dos hombres a matarlo. Comentándose que cuando lo vieron pasar con la esposa en un burro uno le dijo al otro: no le dispares, parece un San José. Siendo que el viejo murió prematuramente, dijeron que de cólico aunque se puso amarillo como de cáncer. Contándose que dejó muchachos como un acure y que al irse lo único que dijo fue que les dejaba La Esperanza.  Sintiéndose que murieron algunos y que esas son las fotos de niñas acostadas en mesas que usted veía en el álbum. Siendo del dominio público que la viuda fue vendiendo pedazos a precio vil para comer y para  mandar la capital a estudiar a los muchachos. Constando en actas que lo que no vendió se lo quitaron los parientes con pleitos y demandas para despojarla e irle corriendo los linderos. Resultando que mujer sola queda indefensa y que lo que no le quitaron lo gastó en abogados para responder demandas. Sobreviniendo que el hijo mayor que se graduó de abogado se antojó de vender de una vez la herencia indivisa para partir y repartir su mejor parte. Aconteciendo que la hija menor se opuso porque en vida de la madre cómo iban a disponer de su parte. Siendo así que el otro hijo construyó un rancho y se opuso hasta que no le reconocieran por él  las cuatro quintas partes del precio del fundo. Pasando que el otro trabajó para la petrolera y  quería liquidar para irse a vivir al extranjero. Ocurriendo  que el menorcito le sacaba dinero a la vieja para montar comercios o expendios de licores que no funcionaban. Acabándose por fin de morir la vieja sin entender los pleitos porque estaba sorda o se hacía. Siendo así que mientras va y viene demanda y contrademanda ni se siembra ni se cría porque nadie  mete un centavo en tierras que va a compartir o perder. Aconteciendo que a los pleitos de los hijos se suman los de los nietos y los parientes siguen metiendo demandas u ocupan terrenos sin molestarse en inventar pretextos. Pasando que los campesinos han comenzado a invadir y los únicos que los sacan son otros invasores. Entonces aquí ve usted La Esperanza, que era la flor  de la región, como si le hubiera caído langosta. Desde aquí arriba se ve mejor. Así está todo. No sé si usted tiene papeles o no tiene o si piensa que allí le toca herencia o un quebradero de cabeza. Todavía está a tiempo de regresarse.  Nadie ha podido con ella. Quien entra allí no sale.
(Luis Britto García: Los fugitivos)
 
PD: Hasta el presente hemos mantenido los blogs y páginas que se mencionan a continuación. Mientras persistan  los obstáculos para el acceso a Internet que plantea CANTV, sólo actualizaremos el primero:
http://luisbrittogarcia.blogspot.com
http://laplantainsolente.blogspot.com.

http://luisbritto.wordpress.com
Versión en francés, gracias a la inteligente ayuda del amigo Romain Vallée:http://luisbrittogarcia-fr.blogspot.com
Libros de Luis Britto en Internet:
Rajatabla: www.monteavila.gob.ve
Dictadura mediática en Venezuela: www.minci.gob.ve
http://www.facebook.com/Luis.Britto.Garcia
 
https://www.alainet.org/es/articulo/153643?language=es
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