Mujeres reales y potenciales
06/03/2012
- Opinión
El censo reveló la existencia de casi 200.000 personas dedicadas a “quehaceres del hogar”: y al parecer hay particular interés en esta situación, ya que de esta “fuerza laboral potencial”, se espera surjan miles de trabajadoras capaces de compensar las carencias de mano de obra que se detectan en distintos rubros del quehacer nacional para lo cual se está estudiando cómo poner en práctica un llamado “sistema de cuidados” que permitiría trabajar al menos unas horas asalariadamente a quienes atienden las tareas de la casa.
Simplemente puntualizar que la fuerza laboral desplegada en las ocupaciones del hogar mayoritariamente por mujeres, no es potencial, sino real y productiva.
Mientras alguien sale a la calle a ganar lo necesario para el sustento diario y contribuir al desarrollo del país, quien queda en casita, soluciona temas imprescindibles como cocinar, limpiar, hacer mandados, pagar cuentas en fecha, cuidar niños o ancianos si los hubiere y un etcétera interminable de tiempo completo.
La fructífera vida del “ama de casa” además -¡busquemos una expresión digna que sustituya esta vetustez!- no transcurre exclusivamente entre el mejor detergente, las reuniones de padres, el precio de la verdura y el último teleteatro. La mayor parte del género femenino hoy día, junto a la multiplicidad de ocupaciones que supone el santísimo hogar, desarrolla actividades a nivel individual y social de variada índole.
Se ha dicho: “Hay 198445 personas inactivas dedicadas a una actividad no remunerada; los quehaceres del hogar.” Refiere a las que no tienen sueldo, pero es afrentoso decir “inactivas” porque hay mucha dedicación e incluso postergación personal en el rol antes citado. Y cuidado no terminar doblemente atareadas -como sucede- afuera por pago y adentro solas y ni por las gracias.
Hoy que se habla tanto de discriminaciones; por suerte se habla; existe un prejuicio clásico y es el desmerecimiento de las labores domésticas, vistas como subocupaciones no adecuadas para varones. Por opción o fatalidad, nuestra cultura hace natural el abuso hacia las mujeres en este aspecto.
Trabajar en la faena de llevar adelante una tribu propia sin salir por salario, es duro.
Incluso porque te sometes a la valoración; aunque creas que sólo podrían emitir gratitud y reverencias; constante y no siempre positiva de la calidad de tu servicio frente a quienes te dedicas. Las ayudas generalmente son esporádicas, arbitrarias y pocas veces se asume el verdadero compromiso del cual surge la carga mayor.
Veremos cómo se presenta el cambio, bienvenido si partimos de la libertad de elegir el honorable y honorario rol hogareño o vender afuera el esfuerzo a cambio de dinero en la ocupación que sea. Hasta dónde es por crecimiento personal o colectivo, válida motivación, lo importante será tener las cartas completas y a la vista a la hora de tomar una determinación, teniendo siempre presente repartir trajines cotidianos para que todos podamos hacer los deberes y también disfrutar.
Principalmente lograr, en cualquier circunstancia, mantener el vínculo con los hijos a los que debemos formar en valores, tarea en la que familia y docentes son fundamentales.
- Susana Andrade - Atabaque
https://www.alainet.org/es/articulo/156260
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