Nuevos sentidos y escenarios en la celebración de las mujeres
03/04/2012
- Opinión
El mes de marzo, especialmente el día internacional de las mujeres, fue aprovechado en Ecuador como oportunidad política para convocar a distintas movilizaciones: una impulsada por el movimiento campesino indígena, para encaminar una propuesta de ‘Ley Orgánica de tierras y territorios’, endosada por 42.000 firmas, y respaldar el proceso de revolución agraria en curso; otra impulsada por el Movimiento Alianza País y simpatizantes del proceso de cambio, en defensa de este último, que movilizó a unas 60.000 personas; y una tercera, mucho menor, que fue la más publicitada a través de los medios de comunicación nacionales e internacionales, la llamada ‘Marcha por el Agua, la Vida y la Dignidad de los Pueblos’, organizada por la Coordinadora Plurinacional y la CONAIE, para expresar su oposición al gobierno.
Al escoger el 8 de marzo para su proyección, estas iniciativas procuraron el respaldo simbólico y la credibilidad política acumulada por el movimiento de mujeres y feminista, afirmó Irene León, durante el panel-foro ‘¿Manipulación política o nuevos sentidos en la celebración de las mujeres?’ [1], organizado por FEDAEPS y el IAEN, en el que también participaron Betty Tola, Ministra Coordinadora de la Política; Mónica Andrade, de ONU Mujeres; Mónica Mancero del IAEN; y Giovanna Tassi de Radio Pública del Ecuador.
León enfatizó en lo decisivo de la participación de las mujeres en las formulaciones políticas y conceptuales del innovador horizonte civilizatorio planteado por el Sumak Kawsay –Buen Vivir- y también por el Socialismo del Siglo XXI, en cuyos contenidos la impronta a feminista es innegable.
Por eso no sorprende, dijo, el protagonismo de mujeres en este marzo: en vocería, iniciativa pública, coordinaciones, y también en presencia en las movilizaciones, pues ellas constituyeron la principal marca de credibilidad sobre la cual se levantaron las convocatorias. De un análisis de los contenidos expresados, destacó la emergencia de un innovador discurso que engloba la nueva arquitectura del Estado desde una perspectiva feminista, que visualiza a partir de esa perspectiva tanto el sistema económico social y solidario, como la integración regional, la revolución agraria, y otros.
En este marco destacó que el 8 de marzo ha retomado el valor político de la fecha, antes banalizada por el juego mercantil que hizo de ella un producto. A su vez se hizo pública la urgencia de desmantelar el patriarcado como un sistema social complejo, problematización que implica emprender cambios estructurales mucho más profundos que los de ‘equiparar derechos’, pues ahora las mujeres actoras y activas en la deliberación política, interpelan las formas tradicionales de participación y apelan a nuevas formas propositivas.
Nuevos escenarios
La ministra Coordinadora de la Política, Betty Tola, indicó que al hablar de los nuevos sentidos del 8 de marzo, es necesario también reflexionar sobre el nuevo contexto político que vive Ecuador. A partir de los cambios constitucionales, cuyos contenidos incluyen en un 90% las demandas históricas de las mujeres, Tola recapituló una extensa lista de avances en materia de políticas públicas, a la vez que señaló que este es un proceso que apenas empieza y por tanto tiene grandes retos por delante, como es el caso de la superación de las discriminaciones históricas que afectan a las mujeres indígenas.
Recordó que en la asamblea constituyente del 2008, el movimiento de mujeres además de insistir en la profundización de derechos, tuvo planteamientos más amplios como el cambio institucional, cambios en el sistema democrático, cambio del régimen político y del modelo de desarrollo.
En este contexto explicó que es necesario repensar varias cosas, como la relación con los nuevos ciclos de acumulación, los nuevos actores y las nuevas actoras. Es decir, otras formas de relación del Estado y los movimientos sociales. Por tanto, surgen nuevas preguntas que permiten puntos de encuentro y también de crítica como parte de la convivencia democrática. En este sentido, desde el punto de vista del gobierno resulta fundamental fortalecer la base social y popular en este proceso de cambio y transformación.
Desde esta perspectiva debemos comprender el 8 de marzo con otra simbología, con otros momentos, con otras formas, no solo reclamar sino también ratificar y expresar la coincidencia de las agendas en el proceso de cambios.
Una mirada indígena
María Andrade, indígena, representante de ONU Mujeres, señaló que a pesar de los avances constitucionales en el Ecuador aún persisten serias desigualdades y exclusión política. En este contexto resaltó que la marcha por el agua, aun si no tuvo una formulación directa relacionada con mujeres, contó con un implícito reconocimiento al proceso de lucha relacionado con los derechos colectivos de defensa de la tierra, territorios, agua y diversidad.
A modo de autocrítica, sobre la mencionada movilización, reconoció que en las intervenciones públicas realizadas, al concluir la marcha, predominaron voces masculinas y que para superar esas debilidades al interior de las organizaciones es necesario fortalecer nuevos liderazgos.
Asimismo, Andrade demandó que el Estado, en sus distintos niveles, implemente políticas específicas y pertinentes para empoderar política y económicamente a las mujeres indígenas.
Las mujeres en la prensa
Mónica Mancero, del Instituto de Altos Estudios Nacionales –IAEN-, observó que la prensa destacó el trabajo logístico-alimentario y las escenificaciones artísticas que realizaron mujeres indígenas. Este papel deriva del rol tradicional asignado a las mujeres, el mismo que pone el acento en su cercanía con la naturaleza especialmente si se trata de mujeres indígenas.
Mientras tanto, en las movilizaciones de respaldo al gobierno, se asoció a las mujeres al estilo de las fuerza partidarias de Hugo Chávez en Venezuela. En este grupo las mujeres fueron enfocadas desde una perspectiva guerrerista, en la que marchaban para defender las conquistas alcanzadas en estos cinco años.
Mancero también indicó que en las dos marchas se encontró a mujeres pertenecientes a diferentes movimientos sociales, feministas, políticos y gremiales, plenamente identificados con sus objetivos, por lo que debe darse por superadas las calificaciones de mujeres manipuladas, tuteladas o incapaces por decidir por sí mismas.
Por su parte, la periodista Giovanna Tassi reafirmó que un objetivo de las mujeres debe ser la descolonización del pensamiento patriarcal dominado por categorías masculinas. Reconoció que se trata de una tarea muy compleja pero que es necesario construir otras dinámicas entre hombre y mujeres, porque si no se avanza en este sentido, seguiremos aceptando las categorías masculinas con las que se ha construido el mundo.
[1] El panel-foro Marzo 2012 ¿Manipulación política o nuevos sentidos en la celebración de las muejres?, se desarrolló el 27 de marzo, en el Aula Magna del IAEN, Quito.
https://www.alainet.org/es/articulo/156992
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