El campesinado contemporáneo como modo de producción y como clase social

29/04/2012
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Sumario
 
PRÓLOGO
 
1. DISCRIMINACIÓN SOCIAL DE LOS CAMPESINOS
Campesinos despreciados
Los campesinos y su relación con la naturaleza
Resistencia social campesina
Los campesinos siempre disputaron el acceso a la tierra
La hegemonía de las ideas de la gran explotación
 
2. LA PRESIÓN DEL CAPITAL PARA DESAGREGAR A LOS CAMPESINOS
La hipótesis de la desagregación campesina por el capital
La cooperativización inducida para los campesinos
Los supuestos límites da propiedad parcelada
Iniciativas dominantes favorables a la descampesinación
 
3. LOS AMBIGUOS ALIADOS DE LOS CAMPESINOS
A veces la ambigüedad
Los populistas convenientemente olvidados
Campesinado: pueblo sin destino?
 
4. EL CAMPESINADO COMO MODO DE PRODUCCIÓN Y COMO CLASE SOCIAL
La tensión entre individualismo familiar y la nueva vida comunitaria
Conceptuación de campesino
El campesinado como modo de producción
El campesinado como clase social
La afirmación de la autonomía campesina
 
LITERATURA CITADA
 
PRÓLOGO
 
Los campesinos han sufrido persecución política y social, opresión ideológica y religiosa y diferentes formas de explotación económica. Es difícil encontrar un período de la historia humana, historia en la que siempre estuvieron presentes los campesinos en sus distintas formas de organización social y de relación con la naturaleza, sin que el tratamiento dispensado a los campesinos estuviera recubierto de desdén y humillación.
 
En las formaciones económicas y sociales dominadas-hegemonizadas por el modo de producción capitalista han predominado el desprecio y la discriminación social hacia los campesinos.1 Aunque la población urbana dependa de la producción de alimentos y de las materias primas provenientes de la agricultura y que la mayor parte de esos productos se origine en las prácticas productivas de los campesinos, estos han sido considerados, por diferentes razones de prejuicios, tanto por los latifundistas, como por los capitalistas de las grandes empresas en el campo y por la mayoría de la población urbana, como los pobres de la tierra o, usando la expresión más pertinente de Fanon2 al referirse a los pueblos negros y colonizados de África, como los “condenados de la tierra”.
 
Al referirse al “hombre de la azada” en el siglo XIV, Jacob (2003)3 afirmó que “El desprecio y la falta de consideración hacia los campesinos permanecerán durante varios siglos como uno de los trazos más característicos de la mentalidad occidental. Por más diferentes que sean las formas de vida social de pueblos como los ingleses, franceses, italianos, alemanes o polacos, lo que no cambia de unos a otros es precisamente el desprecio por quien cultiva el cereal que ha de ser transformado en pan(...)”.
 
Los campesinos, en la mayoría de las regiones del mundo, han sabido sobrevivir a esas acciones de desagregación y discriminatorias que son estimuladas por la concepción de mundo capitalista y colonial, la que era intrínseca a la concepción de mundo feudal cuando los campesinos eran siervos de la gleba. A pesar de eso, es necesario resaltar que, en el caso particular de Brasil, sumado a esas acciones contra los campesinos, se debe considerar el prejuicio cristalizado, por resquicios activos de la mentalidad esclavista y racista (negros e indios), reforzada por el desprecio hacia los trabajadores manuales y pobres, en la subjetividad de las clases dominantes, subjetividad que construyó una concepción de mundo y una práctica social dominantes de discriminación social de los campesinos que se propaga ideológicamente como sentido común.
 
Para resistir y superar esa concepción de mundo, que tienen las clases dominantes en Brasil, de discriminación social de los campesinos, asociada a la tendencia intrínseca del capital, en la dinámica de su reproducción ampliada, a eliminar o someter a todos los demás modos y formas de producción a sus intereses de clase social, inclusive homogeneizando el universo general de la producción bajo el estándar reproductivo capitalista, más que nunca, el campesinado necesita construirse políticamente y comportarse como clase social en contradicción irreconciliable con el capital.
 
 
Curitiba, marzo de 2012
 
 
https://www.alainet.org/es/articulo/157540?language=en
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