Teoría sobre los procesos de trabajo y los modos de producción
07/06/2012
- Opinión
Miguel, en lo esencial, constató que tanto tú como yo utilizamos nuestras propias anteojeras. Tú utilizas la noción de Modo de producción generada por Marx. En cambio yo, si me permites la expresión, he dejado atrás ese cuadro teórico que me impedía observar la realidad con mayor justeza. Es así como, después de un largo trabajo de investigación, he elaborado un nuevo cuadro teórico que lo he sintetizado en mi libro “Où va l’économie-monde? Théorie sur les processus de travail et le rapport de domination” (1992)[i].
Esta Teoría sobre los procesos de trabajo tiene una aparente semejanza con la propuesta de Marx. Sin embargo, creo, es mucho más explícita para abordar temas como pobreza, desempleo y crecimiento; en suma, temas que son los puntos cruciales de un programa de cambio, de Gran Transformación.
Lo resumo a fin de mostrarte algunas diferencias de interpretación. Según esta Teoría, todo acto económico tiene dos elementos. Uno es la forma de trabajar (proceso de trabajo), y otro es, la forma de repartir el resultado neto de la actividad económica (decisión socio-económica). Hasta la fecha, la Humanidad ha practicado cuatro diferentes formas de trabajar, y existe otro en curso de instalación. De igual modo, existen dos tipos diferentes de decisión socio-económica que la Humanidad ha practicado. En un origen fue la Repartición Igualitaria del resultado de la actividad económica y, desde hace unos diez mil años aproximadamente, se practica la Repartición Individualista del resultado de la actividad económica. En la repartición igualitaria todos se benefician por igual del resultado de la actividad económica. En la repartición individualista, solamente el propietario de la empresa o los accionistas se benefician del 100% del resultado neto de la actividad económica.
Es bueno notar que cada proceso de trabajo evoluciona junto a un tipo de Repartición en posición hegemónica, ya sea igualitaria o individualista. Es así cómo, en términos concretos, todo acto económico cuenta con dos elementos: una forma de trabajar predominante y, un tipo de repartición predominante.
Cada uno de los dos elementos de la actividad económica tiene su propia estructura y su propia dinámica. A pesar de ello siempre andan juntos, y el que se visualiza en primera instancia son los elementos del proceso de trabajo, porque ellos son físicos. En cambio, la decisión socio-económica siempre está oculta al observador despistado. El tipo de repartición en curso, por ejemplo, le da una característica muy especial a cada uno de los elementos del proceso de trabajo, como en el caso de la máquina (propiedad privada), del pago a los trabajadores (salario), del trabajador (asalariado), del entrepreneur (capitalista)… Y estas características de los dos elementos de la actividad económica han sido fuente de grandes errores de interpretación.
Así, por ejemplo, según esta Teoría, la actividad económica “capitalismo”, tiene dos elementos. Uno de ellos es una forma de trabajar que ha superado a la agricultura primitiva. Esta nueva forma de trabajar, en mi lenguaje se llama “proceso artificial de producción”, y se caracteriza por generar una economía de intercambios con precios expresados en unidades monetarias. Es capaz de producir n bienes económicos, cada uno de los cuales genera su propio mercado de compra-venta. Eh ahí el origen de la denominación “economía de mercado”.
Son los efectos benéficos de este elemento (proceso de trabajo) de la actividad económica que, como tú lo dices, fue admirado por Marx y Mariátegui. En efecto, y no es para menos. La evolución de los procesos trabajo nos permite contar con cada vez mejores cuadros de vida, nuevos bienes y servicios que satisfacen mejor la demanda de las personas, entre otras cosas.
Y un proceso de trabajo no da paso a otro más evolucionado mientras no ha desarrollado toda su potencia. Y es esto lo que trató de expresar Marx en la frase siguiente que tú lo has anotado y subrayado: “Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella.” Pero, interpretemos bien la frase. Ahí Marx está hablando de la evolución de los procesos trabajo a nivel de la Humanidad. Está hablando de cómo nace un nuevo proceso de trabajo a nivel de la Humanidad. No confundir, como lo hacemos a menudo, por ejemplo, con el paso de la agricultura primitiva a la industrialización, cuando la Humanidad ya ha creado formas de trabajar más evolucionadas.
Y cuando tú dices que, “tenemos que aceptar al capitalismo como una etapa necesaria e inevitable en el desarrollo social de la humanidad […], y sobre todo, reconocer su temporal necesidad como una etapa en el desarrollo humano.”, supongo que te estas refiriendo a la evolución de los procesos de trabajo, que no tienen nada que hacer con la explotación de los trabajadores ni con las grandes desigualdades socio-económicas. Si es así, estamos de acuerdo. Pero si en esa frase englobas también a la Repartición Individualista, el otro elemento del “capitalismo”, origen de la pobreza y del desempleo, no me quedaría más remedio que decirte que eres defensor acérrimo de los efectos perversos del capitalismo.
Y dentro de esta evolución de los procesos de trabajo, actualmente, estamos ingresando a una nueva forma de trabajar que lo llamo “proceso de trabajo de concepción”, teniendo como elemento esencial a los “conocimientos” y generando, por primera vez en la historia de la Humanidad, la economía inmaterial. Una economía muy superior a la actual basada en la máquina (economía industrial); y más aún, de la economía basada en la agricultura primitiva (tierra cultivable). Si estuvieran vivos todavía, Marx y Mariátegui lo hubieran admirado con mayor fuerza todavía.
El otro elemento de toda actividad económica es el tipo de repartición del resultado neto de la actividad económica. Este elemento es producto de una decisión de la sociedad. Por eso la llamo “decisión socio-económica”. Se manifiesta en dos formas: una es la Repartición Igualitaria, la que existió, en forma natural, desde los orígenes de la Humanidad hasta que se impuso el segundo tipo de decisión socio-económica, la Repartición Individualista, hace unos diez mil años aproximadamente. Con este nuevo tipo de repartición, una fracción muy reducida de la sociedad se apropia de la totalidad, del resultado neto de la actividad económica, esfuerzo de toda la sociedad. Y es este mismo tipo de repartición individualista que ha transitado durante el esclavismo, feudalismo y capitalismo. Ha tomado diferentes formas de expresión como consecuencia de las características de los elementos de cada proceso de trabajo en curso. Pero la raíz de la pobreza, del desempleo, de las desigualdades socio-económicas, es el mismo: la repartición individualista. Y ello viene, a nivel de la Humanidad, desde hace unos diez mil años aproximadamente.
Es esta Repartición Individualista, segundo elemento de la actividad económica, que hace daño a la sociedad y a las personas tanto en el esclavismo, feudalismo como en el capitalismo. El que hace daño no es el “capitalismo” en general, sino la Repartición Individualista del resultado neto de la actividad económica.
Entonces, si Marx y Mariátegui admiraban a este fenómeno “capitalismo”, es por la fuerza evolutiva del proceso de trabajo, y no por la parte odiosa de la Repartición Individualista. Cuando Marx elabora su Teoría de la explotación, se basa en los efectos perversos de la apropiación de la plusvalía; es decir, en los efectos perversos de la Repartición Individualista, segundo elementos de la actividad económica “capitalismo”. El proceso de trabajo no tiene nada que hacer con este segundo elemento de la actividad económica que genera la explotación de los trabajadores. Los elementos del proceso de trabajo (máquina, organización industrial, sueldos, moneda, transacción,…) son simples vehiculadores de los efectos perversos de la repartición individualista, así como pueden ser, y lo fueron, los vehiculadores de los efectos benéficos de la repartición igualitaria.
Pienso que ahí se encuentra el origen de nuestras discrepancias. Si utilizas la Teoría de los procesos de trabajo que propongo, verás con suma claridad que la solución de las desigualdades socio-económicas tiene que ver únicamente con la Repartición Individualista. Y lo que es más importante aún, con esta Teoría de los procesos de trabajo no hay lugar para decir lo siguiente: “el actual capitalismo periférico (o capitalismo marginal) que impera en el país no podrá desaparecer ‘antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella’.”
En cambio, la Teoría de los procesos de trabajo, que te propongo, me permite decir que, en las circunstancias actuales de las fuerzas productivas, y sin mayor demora, se puede pasar a eso que tu llamas Socialismo. Es decir, en las condiciones que se encuentran los países del Sur, ellos pueden llevar adelante, en este momento y sin mayor dilación si lo deciden, un proceso de Gran Transformación, en el sentido de que todo el resultado neto de su esfuerzo vuelva a ellos en partes iguales. No tienen por qué esperar a mañana.
Y cuando hablas de “capitalismo marginal” haces error de interpretación. Nosotros (los del Abya Yala) somos parte del capitalismo, en la forma de una economía-mundo, desde la invasión española. Y no hay “país desarrollado”, “país subdesarrollado”, o “capitalismo marginal”. Es simplemente la forma de desarrollo del proceso artificial de producción en Repartición Individualista (llamado genéricamente “capitalismo”). Si tu prefieres, es así como se desarrolla la “economía de mercado” en Repartición Individualista.
Lo que se debe comprender es que, el desarrollo del proceso artificial de producción en repartición individualista ha generado un mecanismo de extorsión que lo llamo Configuración Mundial. Un mecanismo de extorsión que permite que la mayor parte del valor agregado por todos los pueblos del mundo se concentre en la parte superior constituida por las grandes empresas multinacionales. Es decir, en el “capitalismo”, el mecanismo de extorsión no es la propiedad privada de los medios de producción como nos lo enseñara Marx. Es un mecanismo mucho más complejo, la configuración mundial, en donde uno de sus elementos es la propiedad privada.
Es este mecanismo, la configuración mundial, que ha generado “países” para una explotación diferenciada de la fuerza de trabajo. Ha creado una escalera de países y, por supuesto, de salarios. Ha creado monedas por país pero guardando la moneda principal. De igual modo, en su desarrollo, asigna a cada país la parte de la actividad económica que debe desarrollar en función de sus intereses. Cuando ellos, como ahora, efectúan la deslocalización de sus empresas hacia países “del tercer mundo”, no es porque quieren industrializarlos, sino por obtener un mayor volumen de utilidades. De igual manera que cuando, con la ayuda de la CEPAL, nos ilusionaron con la transferencia tecnológica. O si prefieres, es como las actuales multinacionales mineras. Ellas no vienen al país para “industrializarnos” sino para llevarse un máximo de utilidades que no pueden hacerlo en su propio país. Es la historia del cholo barato y de los recursos casi regalados.
Si aceptas esta Teoría como marco de análisis, imposible que llegues a tremendo error de interpretación: “Sin crecimiento capitalista previo, simplemente no es posible construir, y ni siquiera pensar, en una sociedad socialista”, cuando te refieres a la situación actual de nuestra economía.
Esta misma Teoría sobre los procesos de trabajo te explica fácilmente algo que te aterra. No tengo por qué efectuar todos los procesos de trabajo practicados por la Humanidad para, si estoy retrasado, alcanzar al pelotón que está en la cabeza. Incluso Mariátegui ha caído en ese juego. Imagínate, si yo fuera uno de nuestros hermanos que vive en el fondo de la selva, y deseara evolucionar hacia las nuevas formas de trabajar, tendría que, primero, desarrollar al máximo el proceso de trabajo con herramientas (flechas, arcos, mazos…) para luego pasar a la agricultura primitiva (ganadería y agricultura). Después de siglos de evolución, por fin ingresaría a una economía de mercado (intercambios con precios expresados en unidades monetarias). Pobre de mí, tendría que esperar miles de años para soñar con la economía inmaterial.
Y no es así. Si estoy viviendo una economía como la de mi hermano selvático y, la Humanidad ya se encuentra viviendo la economía inmaterial, ¿qué me impide de llegar a ella sin mayor dificultad? Y no olvides que hay ejemplos en cantidad (incluso uno de los actuales congresistas pertenece a este ejemplo) que nos muestran que nativos que no conocieron la agricultura menos la industria, fueron llevados a los Estados Unidos. Cuando ellos volvieron sabían hablar inglés y practicaban una profesión que era parte de las formas de trabajar más desarrolladas por la Humanidad. ¿En dónde está la “progresividad” para evolucionar en las formas de trabajar, cuando estamos “atrasados”? En las formas de trabajar se dan los “saltos” y sin problema; pero no al vacío. Porque son saltos hacia una nueva forma de trabajar que ya la Humanidad lo ha creado o lo está creando.
Pero con ello no quiero decir que no hagamos “industrialización”. Si es necesario levantar una empresa industrial, ¿por qué no?, pero lo más importante, y en donde debemos poner el máximo de nuestras fuerzas, es en desarrollar la forma de trabajar que la Humanidad está creando si queremos estar en el pelotón de cabeza y, con ello, beneficiar del mejor cuadro de vida que está generando la Humanidad. Y no olvides que, actualmente, hay “países desarrollados”, y no son por tanto industrializados.
Cusco, 8 de junio del 2012
[i] Hacia dónde va la economía-monde. Teoría sobre los procesos de trabajo [1992] Tercera edición, Editorial Universidad Nacional San Agustín Arequipa, 2011.
Dr. Hugo Salinas
https://www.alainet.org/es/articulo/158560
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