¿El fin de la escuela?

10/06/2012
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El concepto deEscuelasurgido de la cultura moderna y que sigue vigente en nuestro sistema educativo, se nos presenta desfasado ante las actuales exigencias de la sociedad en transición. Hoy día la centralidad discursiva de la ciencia y la noción de progreso que mantuvo al espacio escolar como el lugar privilegiado para acceder a las formas universales de realización individual y social, resulta francamente agotada e interrogada ante los cambios operados en los últimos tiempos. Estos cambios desplazan toda visión única o a priori en los modos de pensar, en las nociones de espacio y tiempo y en todo fundamentalismo universal de la modernidad, que encuentran en la escuela, un lugar privilegiado.

Ello es producto de que en el mundo comienza a emerger un nuevo clima socio-político y cultural, una nueva época, nuevas caracterizaciones y transformaciones, que impone otros modos de acción que exigen confrontar y comprender otras formas de vida y de encuentros, idear nuevas subjetividades y mezclarse con las diferentes formas de relacionarse con el mundo, situación tal, que obliga a repensar la educación y el sistema de escolarización.

En los tiempos actuales somos testigos de las expresiones emergentes en los espacios educativos que surgen con la sociedad multimedia (internet, redes sociales y otros); este hecho ha cuestionado la lógica de los tradicionales procesos de asistencia regular y metódica a la escuela, pero también la misma formación de los formadores, razón por la cual es importante reflexionar en torno a esas nuevas socialidades que complejizan el ámbito cultural de hoy y que refieren la emergencia de nuevas racionalidades; de allí, la necesidad de asumir una crítica radical del discurso educativo del pensamiento moderno.

En este sentido, un reto supone comprender el impacto de las formas interactivas massmediáticas; es de vital importancia la presencia abrumadora de los medios telecomunicacionales y las redes sociales que originan el despliegue de nuevos códigos y dispositivos cognitivos. Éstos crean diversas formas de relaciones intersubjetivas, de modos de vida particulares y colectivos y, por ende, sustentan un nuevo tejido sociocultural difuso y de hiperconexiones antesaberesa la carta. Quedan así desprotegidos y superados los modos escolarizados particulares de la cultura educativa hegemónica. Si no me creen, pregúntenle a los muchachos.

Igualmente, dentro de estas discusiones, quedan en entredicho las estrategias de acción institucionalizada del sistema escolar referida a los procesos normativos reguladores que ha sometido al individuo a la condición disciplinada del cuerpo/sujeto, a la adquisición dosificada de losconocimientosy a la domesticación del pensamiento.

Esto afecta directamente el propio espacio y lugar asignado alsaber experto, vale decir: las Escuelas. Con ello se ven igualmente interpeladas las concepciones evolutivas escolarizadas, la configuración del curriculum unificado y el despliegue de prácticas sistemáticas reguladas prevalecientes aún en la cultura escolar, incluidas las universidades y sus postgrados. Esta situación, confronta el proyecto escolar con todo el mapa de concepciones teórico-conceptuales que lo constituyen, así como los métodos estructurados a partir de un saber acumulado en la ciencia como verdad neutral, en contraste con los valores de emancipación y autonomía racional o capacidad de discernimiento.

Este espíritu de transformaciones veloces y de formas sociales plurales, es propicio para repensar la educación y en específico lo escolar, con la intención de plantear profundos cambios. Los mismos, necesariamente, requieren ser asumidos como transformaciones radicales dentro de toda una pluralidad de narrativas y de nuevas discursividades que yuxtaponen diversas configuraciones sociales, políticas, técnicas, científicas y culturales, por ende educativas. De hecho, tales configuraciones fungen como generadoras del reto hacia los nuevos tiempos, ante el efecto transmutador de la transición civilizacional.

 

- Alex Fergusson

Universidad Central de Venezuela

 

https://www.alainet.org/es/articulo/158605

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