“El capitalismo no es ninguna solución…”

24/06/2012
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Rio de Janeiro no solo es una ciudad grandiosa, es extremadamente cara, la más cara del continente según algunos diplomáticos, que en estas fechas se encontraban por centenas en estos lares.
 
El cónclave se da después de que hace veinte años, en esta misma ciudad, los gobiernos del mundo, tomaron decisiones para que, Estados mediante, se desarrollaran medidas radicales para enfrentar la agresión al medio ambiente.
 
Los sueños fueron vencidos por la voracidad del capital transnacional, de hecho, cómo señalan algunos economistas alemanes, hemos pasado del capitalismo salvaje, al capitalismo asesino (Killer capitalismus), es decir un modelo cuya comportamiento es el de un asesino en serie, en términos de Jean Ziegler quien fuera relator especial de las naciones unidas para el agua.
 
Varios conocidos en la historia universal de la dignidad se dieron cita en este conclave. Es casi imposible recordarlos a todos.
 
Varios archiconocidos en la historia universal de la infamia, también se dieron cita: los títeres globales del imperialismo. Por este hecho la Cumbre Río+20 “oficial”, no expresa la esperanza de los pueblos y menos la esperanza de la Pachamama.
 
La Cumbre de Rio es el marco institucional donde el capital se pone por encima de la vida. Y se llama ONU.
 
Por ello esta Cumbre, es la evidencia criminal, de un orden planetario que haría temblar de envidia al mismísimo Hitler.
 
La “solución final” planteada por los países poderosos, con el nombre de “economía verde” es la representación de un teatro trágico, donde el poder del dinero ofrece la salvación eterna poniendo la guillotina como su forma purificadora.
 
La guillotina, como solución final, la economía verde como discurso, son en realidad los componentes esenciales de una reunión gubernamental, donde se debatió la continuidad de la vida humana o su “extinción por microsegundo”.
 
Vivimos tiempos de descuento para la humanidad.
 
Pero estos minutos de descuento no son obra de un demonio, sino el orden asesino de un mundo que ha sido preparado desde el siglo XVI para este  final trágico.
 
Ciertamente el siglo XVI, constituye el momento preciso donde la historia de  la humanidad construía su futuro. El que hoy estamos viviendo.
 
Y lo hizo sobre los cadáveres de millones de indígenas, de miles de culturas y lenguas, formas de pensar la vida y de darse respuestas sobre ella.
 
Hoy a más de cinco siglos, la historia recupera su sujeto político clave: los indígenas de todas las tierras.
 
Efectivamente los pueblos indígenas no solo reivindican el derecho de ser, sino que los pueblos indígenas proponen como ser además.
 
Le proponen al mundo, las soluciones éticas y políticas de convivencia con un mundo que aún tiene esperanzas de salvarse.  No seguir el ejemplo de los ancianos del mundo sería un suicidio.
 
Estos días han sido suficientemente intensos por varias razones.
 
Para comprender el papel que la ONU ya no puede jugar: evitar las muertes anunciadas.
 
Para determinar con claridad el rol del mundo oenegista, tanto en su relación con los gobiernos, como en su relación con los pueblos.
 
Para conocer mejor, las propuestas alimenticias, cotidianas, éticas y estéticas, políticas y económicas de nuestros mayores que vienen en manos de voces jóvenes que son lo que se les impide y sueñan ser lo que nadie jamás imagino.
 
Para dar cuenta, de que existe un sistema asesino, un capitalismo asesino, que mata de hambre por sobreproducción, que mata recién nacidos por el pecado de nacer, que mata parturientas por el pecado de dar vida. Que mata mujeres por el pecado de ser mujeres y mata indios por el pecado de ser indios.
 
Y son precisamente los odiados del sistema, quienes le ofrecen soluciones al sistema que los desprecia.
 
Y son las principales víctimas del sistema que le ofrecen la solución al mundo, una solución que está en sus manos desde el inicio mismo de la historia de  la humanidad: la vida de la persona y la vida de la madre tierra. Ambas madres, la persona y la tierra, tienen las soluciones que solo el capital no puede ver, porque al capital no le interesa la vida, solo su propia reproducción que chorrea sangre y lodo hasta por los poros.
 
La vida del planeta está en riesgo, un riesgo que es inminente.
 
La Pachamama puso en manos de los pueblos la otra marcha. La marcha por la vida y la dignidad y comenzó en Río de Janeiro, en junio del 2012.
 
Otros senderos vienen hacia la historia, construyendo dignidad…
 
Tal como lo dijo una activista ecuatoriana: “nada detendrá nuestra lucha por la vida y por la dignidad”.
 
Y lo dijo claramente el Presidente Evo Morales: “El capitalismo no es ninguna solución”.
 
- Abog. Idón Moisés Chivi Vargas es Director General de Estudios y Proyectos - Viceministerio de Gestión Comunicacional - Ministerio de Comunicación- Bolivia
https://www.alainet.org/es/articulo/158979
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