Olimpiadas y política
31/07/2012
- Opinión
Las olimpiadas, pese a su carácter recreativo y deportivo, tienen un gran trasfondo político.
Desde que en la antigüedad los helenos los inventaron, estos tenían como finalidad crear una guerra sin muertos pero basada en la competencia entre Estados; además, servían para reafirmar una identidad cultural y religiosa común.
Hoy nadie cree que en el monte Olimpo hay dioses y el único "culto" a Júpiter, Neptuno, Marte, Venus y las demás divinidades grecorromanas se reduce a honrarles habiéndoles colocado sus nombres a varios cuerpos de nuestro sistema solar.
Las modernas olimpiadas unen a todos los 193 países de las Naciones Unidas y a una docena de territorios no independientes, todos los cuales tienen miles de lenguas, creencias o sistemas políticas diferentes.
A pesar de su cobertura deportiva, detrás de las bambalinas se libran muchas batallas. Hay dos damas que están en Londres con agendas complejas. La esposa de Obama ayuda con su presencia a fortalecer la "relación especial" entre las dos potencias angloparlantes, la imagen de EEUU, que muestra por primera vez en las 30 olimpiadas que su pareja gobernante es de origen africano, y las posibilidades para que su marido conquiste votos hacia su reelección.
Dilma Rouseff, la presidenta más votada de la historia, ha declarado en Londres que las olimpiadas a darse en Brasil han de ser aún mejores. Ella dice ello a pocos meses que su país ha sido la primera nación latinoamericana en sobrepasar al Reino Unido dentro de las mayores economías del planeta. Las siguientes olimpiadas del 2016 serán las primeras a realizarse en Suramérica y en un país de habla portuguesa, lengua madre de 240 millones de personas, la cual, pese a tener más del doble de parlantes nativos que el francés (una de las dos lenguas oficiales olímpicas) ni siquiera está considerada como uno de los idiomas oficiales de la ONU.
David Cameron aprovecha la presencia de otros mandatarios para conversar con ellos y buscar arrinconar a Siria y preparar alguna forma de intervención militar sobre dicho país a fin de ir haciendo que todas las naciones del Medio Oriente tengan regímenes más adictos a Occidente.
El declive de Moscú se ha traducido en el hecho de que tras la desintegración soviética ésta ha dejado de ser el gran rival de EEUU no solo en geopolítica sino también en las Olimpiadas.
Los EEUU han buscado mantener su rol de mega-potencia económica, política y militar también en el terreno deportivo y en Londres pueden jactarse que su nadador Micheal Phelps acaba de conseguir su 19ava medalla olímpica, record al que no ha llegado antes nadie. China, por su parte, viene consolidándose como la principal potencia deportiva en estas y las anteriores olimpiadas, mostrando una tendencia que se ha ir plasmando en el área económica, donde también está por sobrepasar a EEUU.
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