Consecuencias y alternativas campesinas
Reflexiones sobre las tendencias del control del capital sobre la agricultura
03/10/2012
- Opinión
I - las tendencias del capital sobre la agricultura
1. Los movimientos del capital en la actual fase hegemonizada por el capital financiero y a nivel internacional
El desarrollo de producción capitalista pasó por varias fases. A inicios del siglo XV puso en marcha el capitalismo mercantil, después evolucionó hacia el capitalismo industrial en el siglo XVIII y XIX. En el siglo XX se desarrolló como capitalismo monopolista e imperialista. En las últimas dos décadas estamos viviendo una nueva fase del capitalismo, ahora dominada por el capital financiero globalizado. Esta fase significa que la acumulación del capital, de las riquezas, se concentra básicamente en la esfera del capital financiero. Pero ese capital financiero necesita controlar la producción de las mercancías (en la industria, en las minerías y agricultura) y controlar el comercio a nivel mundial, para poder apoderarse de la plusvalía producida por los trabajadores agrícolas en general.
El capital financiero internacionalizo el modo capitalista y a través de las empresas transnacionales paso a controlar la agricultura en la mayor parte de los países del mundo. Y se utiliza de los siguientes mecanismos:
a) El primero se da a través del excedente del capital financiero, los bancos pasaron a comprar acciones de cientos de medianas y grandes empresas que actuaban en diferentes sectores relacionados con la agricultura. Y, a partir del control de mayor parte de las acciones, promovió entonces un proceso de concentración de las empresas que actuaban sobre la agricultura. En pocos años, esas empresas tuvieron un crecimiento fantástico de capital por la inversión hecha por el capital financiero, pasaron a controlar los más diferentes sectores relacionados con la agricultura, como: comercio, producción de insumos en general, máquinas agrícolas, agroindustrias, medicamentos, herbicidas, herramientas etc. Es importante comprender que fue un capital acumulado fuera de la agricultura, pero que aplicado sobre ella, aumentó rápidamente la velocidad del proceso de crecimiento y concentración, que por las vías naturales de acumulación de riqueza de las mercancías agrícolas llevaría años...
b) El segundo mecanismo de control fue a través del proceso de dolarización de la economía mundial. Eso permitió que las empresas se aprovechasen de tasas de cambio favorables y entrasen en las economías nacionales y pudiesen comprar fácilmente empresas y dominar los mercados productores y el comercio de productos agrícolas.
c) El tercer mecanismo fue obtenido a través de las reglas del libre comercio impuestas por los organismos internacionales, como la Organización Mundial de Comercio (OMC), Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional (FMI), y acuerdos multilaterales, que normaron el comercio de productos agrícolas de acuerdo con los intereses de las grandes empresas y obligaron a los gobiernos serviles a liberar el comercio de esos productos. Con esto, las empresas transnacionales pudieron entrar en los países y controlar el mercado nacional de los productos e insumos agrícolas en prácticamente todo el mundo.
d) El cuarto mecanismo fue por el crédito bancario, que puso toda la producción agrícola a merced de la utilización de crédito de los bancos. Y esos créditos permitieron financiar la ofensiva de ese modo de producción de la “agricultura industrial” y sus empresas productoras de insumos. O sea, los bancos financiaron la implantación y el dominio de la agricultura industrial en todo el mundo. Y después se quedan con parte de las ganancias por el cobro de interés. Y todos los productores, pequeños y grandes, se quedan de rehenes.
e) Y, por último, en la mayoría de los países, los gobiernos abandonaron las políticas públicas de protección del mercado agrícola nacional y de la economía campesina. Liberalizaron los mercados y aplicaron políticas neoliberales de subsidios, justamente, para la gran producción agrícola capitalista. Esos subsidios gubernamentales se implementaron sobre todo a través de exenciones fiscales, en las exportaciones o importaciones, y en la aplicación de tipos de interés favorables a la agricultura capitalista.
De esa lógica de dominio del capital financiero sobre la producción agrícola, tuvimos como resultado que en dos décadas ahora hay aproximadamente 50 grandes empresas transnacionales que controlan la mayor parte de la producción y del comercio agrícola mundial.
2. La crisis reciente del capital financiero y sus consecuencias para la agricultura y los bienes de la naturaleza
Durante los años 1990-2008, se tuvo la ofensiva del capital financiero y de las empresas transnacionales sobre la agricultura y en los últimos años se agravó con una situación coyuntural de crisis del capital financiero en Estados Unidos y en Europa.
Esta crisis del capital financiero está agudizando todavía más los efectos del control del capital internacional sobre las economías periféricas, sobre la agricultura y la economía campesina. Esto viene aconteciendo por diversas razones:
a) Los grandes grupos económicos del hemisferio norte, frente a la crisis, a las bajas tasas de interés por allí practicadas (alrededor de 0,2% al año), a la inestabilidad del dólar y de sus monedas, huyeron del hemisferio norte y corrieron hacia la periferia, buscando proteger sus capitales volátiles, y entonces invirtieron, en activos fijos, como: tierra, minerías, materias primarias agrícolas, agua, territorios con elevada biodiversidad, inversiones productivas y producción agrícola. Y también en el control de fuentes de energías renovables, sean las hidroeléctricas o las centrales de etanol.
b) La crisis del precio del petróleo, y sus consecuencias sobre el calentamiento global y el medio ambiente, condujo a que el complejo automovilístico-petrolero pase a invertir grandes sumas de capital en la producción de agro-combustibles. Sobre todo en la producción de caña y maíz para el etanol, y de soja, maní, ricino y palma de aceite (palma africana) para aceite vegetal. Esto produjo una verdadera ofensiva del capital financiero y de las empresas transnacionales sobre la agricultura tropical del sur.
c) El tercer movimiento resultante de la crisis coyuntural es que esos capitales financieros se dirigieron a las bolsas de mercancías agrícolas y de minería, para invertir sus activos y así especular en el mercado futuro o simplemente transformar el dinero en mercancías del futuro. Este movimiento generó una elevación exagerada en los precios de los productos agrícolas negociados por las empresas en las bolsas mundiales de mercancías.
Los precios medios de los productos agrícolas a nivel internacional ya no tienen más relación con el costo medio de producción y el valor real medido por el tiempo de trabajo socialmente necesario. Ahora son resultado de los movimientos especulativos y del control oligopólico de los mercados agrícolas por esas grandes empresas. Y desde 2008 para acá los precios en promedio de todos los productos agrícolas del mercado (commodities) subieron 200% en dólares.
3. La situación actual del control de las empresas transnacionales y del capital financiero sobre la agricultura
Hay muchos aspectos que se podrían analizar sobre la situación y consecuencia de la acción de las empresas sobre la agricultura. Aquí, vamos a analizar tan sólo los aspectos económicos.
a) Hubo una concentración del control de la producción y del comercio mundial de los productos agrícolas, por parte de pocas empresas que dominan esos productos en todo el mundo, en especial los productos agrícolas que son estandarizables, como granos y lácteos. Y dominan toda la cadena productiva de los insumos y máquinas utilizadas en la agricultura.
b) Hubo un proceso acelerado de centralización del capital. Es decir, una misma empresa pasó a controlar la producción y comercio de un conjunto de productos y sectores de la economía. Como, por ejemplo, la fabricación de insumos agrícolas (fertilizantes químicos, venenos, herbicidas), maquinaria agrícola, fármacos, semillas transgénicas y una infinidad de productos oriundos de la agroindustria, sea alimenticia, sea de cosméticos y productos superfluos.
c) Hay una simbiosis cada vez mayor dentro de una misma empresa, entre el capital industrial, comercial y el capital financiero.
d) Hay un control casi absoluto sobre los precios de los productos agrícolas y de los insumos agrícolas, a nivel mundial. Aunque los precios deberían tener su base en el valor real (tiempo de trabajo medio necesario), el control oligopólico de los productos conduce a que se impongan precios por encima del valor, y así las empresas obtienen lucros extraordinarios. Es así como llevan a la quiebra a los pequeños y medianos que no consiguen producir en los mismos niveles de escala que las empresas internacionales controlan.
e) Hay una hegemonía de las empresas sobre el conocimiento científico, la investigación (que exige cada vez mayores volúmenes de recursos), y sobre las tecnologías aplicadas a la agricultura, que impone en todo el mundo un modelo tecnológico, la llamada “agricultura industrial”, dependiente de insumos producidos fuera de la agricultura. Ese modelo es presentado como si fuera la única, la mejor y la más barata forma de producir en la agricultura e ignora las técnicas milenarias del saber popular y de la agroecología.
Esa hegemonía de las empresas es decurrente de la ausencia de los Estados en la inversión en investigación agropecuaria. A lo largo del siglo XX, muchos Estados nacionales invertían recursos públicos en la investigación agropecuaria, cuyos resultados eran democratizados y accesibles a todos los agricultores de aquel país. Ahora el conocimiento y la investigación fueron privatizados y sus resultados son usados como mercancía para obtener mayores tasas de ganancia. Y en la mayoría de los casos, incluso, las empresas cobran regalías a los agricultores, por el uso de nuevas tecnologías, que están encajadas en los elevados precios de las semillas con modificaciones genéticas o en los elevados precios de las maquinas agrícolas y herbicidas colocados en el mercado.
f) Hubo una imposición de la propiedad privada de las empresas sobre los bienes de la naturaleza, en especial sobre las semillas modificadas genéticamente, y ahora más recientemente sobre las fuentes de agua potable para la población y depósitos para energía o irrigación. También hay una ofensiva en el intento de privatizar territorios en el hemisferio sur que tienen riqueza de biodiversidad vegetal y animal.
g) Hubo una exagerada concentración de la producción de los productos agrícolas, en especial los destinados al mercado externo, por un número cada vez menor de grandes propietarios de tierra aliados a las empresas. El caso de Brasil es ilustrativo, cerca del 10% de todos los establecimientos agrícolas del país controlan 80% del valor de la producción.
h) Está en curso una peligrosa estandarización de los alimentos humanos y animales en todo el mundo. La humanidad está siendo inducida a alimentarse cada vez más con verdaderas “raciones” estandarizadas por las empresas. La comida se transformó en una mera mercancía, que necesita ser consumida de forma masiva y rápidamente. Esto trae consecuencias incalculables con la destrucción de los hábitos alimenticios locales, de la cultura, y riesgos para la salud humana y de los animales.
i) Hay un proceso generalizado en todo el mundo de la perdida de la soberanía de los pueblos y de los países sobre los alimentos y el proceso productivo, por la desnacionalización de la propiedad de las tierras, de las empresas, de las agroindustrias y del comercio, de la tecnología, poniendo en riesgo la soberanía nacional como un todo. Ya existen más de 70 países que no consiguen producir más lo que sus pueblos necesitan para alimentarse.
j) Se implantaron grandes extensiones de cultivos de árboles en plantaciones industriales de monocultivo de eucalipto, pinos y palma-africana, etc., destinados a la producción de celulosa, madera o agroenergía, que están afectando gravemente el medioambiente por la destrucción total de la biodiversidad y las capas freáticas del agua subterránea.
k) Se construyó una alianza maquiavélica en los países del sur, entre los intereses de los grandes propietarios de tierra, latifundistas y hacendados capitalistas criollos, con las empresas transnacionales. Esa alianza está imponiendo el modo de agricultura industrial en todo el hemisferio sur, de forma muy rápida y concentrando la propiedad de la tierra de forma asombrosa. Está destruyendo y haciendo inviable la agricultura campesina y despoblando el interior de nuestros países. En ese modelo de agricultura se utiliza la mecanización intensiva y herbicidas, que expulsa mano de obra, provocando la migración de grandes contingentes de la población rural.
l) Está en circulación una nueva re-división internacional de la producción y del trabajo, que condena a la mayor parte de los países del hemisferio sur a que sean meros exportadores de materias primas agrícolas y minerales.
m) La mayor parte de los gobiernos, aunque elegidos en procesos electorales tenidos como democráticos, son en realidad conducidos, por la fuerza de la lógica del capital y por todo tipo de manipulación mediática, a ser gobiernos serviles a esos intereses. Sus políticas agrícolas se tornaron totalmente subalternas a los intereses de las empresas transnacionales. Abandonaron el control del Estado sobre la agricultura y los alimentos. Abandonaron políticas públicas de apoyo a los campesinos. Abandonaron las políticas públicas de soberanía alimentaría y de preservación del medio ambiente local.
4. El modelo del capital para la agricultura: el agronegocio
En resumen se puede decir que el capital y sus propietarios-capitalistas, representados por los grandes propietarios de tierras(latifundistas), bancos y empresas nacionales y transnacionales, están aplicando en todo el mundo el llamado modelo de producción del agronegocio (agrobusiness), que se caracteriza sucintamente, por: organizar la producción agrícola en la forma de monocultivo (un solo producto) en escalas de áreas cada vez mayores; uso intensivo de máquinas agrícolas, en escala cada vez mayores, expulsando la mano de obra del campo; la práctica de una agricultura sin agricultores; la utilización intensiva de venenos agrícolas, los agrotóxicos, que destruyen la fertilidad natural de los suelos y sus micro-organismos, contaminan las aguas en la capa freática e inclusive la atmósfera al adoptar los defoliantes y secantes que se evaporan en la atmósfera y regresan con las lluvias. Y. sobre todo, contaminan los alimentos producidos, con consecuencias gravísimas para la salud de la población. Usan cada vez más semillas transgénicas, estandarizadas, y atacan el medioambiente con sus técnicas de producción que buscan sólo mayor tasa de lucro, en menor tiempo.
Ese modelo de producción que busca la producción de dólares y commodities, y no de alimentos, pasa a dominar y utilizar cada vez más tierras fértiles para la producción también del agrocombustible para “alimentar” los tanques de los automóviles del transporte individual, y la plantación industrial de monocultivo de árboles para la celulosa (destinada al envase de la industria) y energía en la forma de carbón vegetal.
II. Las contradicciones del control del capital sobre la agricultura, en especial en el hemisferio sur
La descripción del poder económico sobre la agricultura, la naturaleza y los productos agrícolas asusta a todos! Y puede llevar a un pesimismo sobre la posibilidad de revertir tal situación, tan grande es la fuerza que el capital internacional y financiero ejerce sobre ellos.
Sin embargo, todos esos procesos económicos y sociales traen consigo contradicciones. Y son esas contradicciones que generan revueltas, indignación, efectos contrarios que llevarán a su superación a medio plazo.
Se destaca aquí, algunas de esas contradicciones del dominio del capital sobre la agricultura y de la naturaleza, para poder entenderlas, y actuar sobre ellas, para provocar los cambios necesarios.
1. El modelo de producción de la agricultura industrial es totalmente dependiente de insumos, como los fertilizantes químicos y los derivados del petróleo, que tienen límites físicos naturales de escasez de reservas mundiales de petróleo, potasio, caliza y fósforo. Por lo tanto, tiene su expansión limitada a mediano plazo. Y tiene sus costos/precios por encima del valor real.
2. El control oligopólico de parte de algunas empresas sobre los alimentos ha generado precios por encima de su valor, y eso provocará hambre y revuelta de la población impedida de su acceso, por falta de renta. O sea, condicionar el alimento simplemente a las tasas de lucro, traerá a corto plazo graves problemas sociales, ya que la población más pobre y hambrienta no tendrá renta suficiente para convertirse en consumidora de los alimentos transformados en meras mercancías. La FAO (organismo de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación) reveló que más de mil millones de seres humanos pasa hambre todos los días. Por primera vez en la historia de la humanidad alcanzamos tal magnitud de hambrientos. Sin embargo la producción de alimentos crece sistemáticamente.
3. El capital internacional está controlando y privatizando la propiedad de los recursos naturales, representados por la tierra, agua, bosques y biodiversidad. Y eso afecta la soberanía nacional del país, y va a provocar la reacción de amplios sectores sociales contrarios, no sólo de los campesinos.
4. La agricultura industrial se basa en la necesidad del uso cada vez mayor de agrotóxicos, como forma de ahorrar mano de obra y de establecer monocultivos a gran escala. Eso produce alimentos cada vez más contaminados, que afectan la salud de la población. Y las poblaciones de la ciudad, que tienen más acceso a la información ciertamente reaccionarán. (Las clases ricas ya se están protegiendo y en las redes de grandes supermercados aumenta cada vez más el consumo de productos alimenticios producidos de forma orgánica.)
5. El modo de producir a gran escala expulsa la mano de obra del medio rural, y hace que aumente las poblaciones en las periferias de las grandes ciudades. Esas poblaciones no tienen alternativa de empleo y renta. Y eso genera una contradicción por el incremento de la desigualdad social y del éxodo rural en todos los países del mundo.
6. Las empresas están ampliando la agricultura basada en las semillas transgénicas. Pero al mismo tiempo, aumentan las denuncias y quedan más visibles las consecuencias de las semillas transgénicas sobre la destrucción de la biodiversidad, sobre el clima y los riesgos para la salud humana y de los animales. Y están apareciendo cada vez más las reacciones de la naturaleza a esa homogenización de la vida vegetal, ya que las semillas transgénicas contaminan a las demás y no pueden convivir con otras especies semejantes. Por otro lado, surgen nuevas enfermedades y plantas que resisten a los venenos usados combinados con las semillas transgénicas.
7. La agricultura industrial, del monocultivo, destruye sistemáticamente toda la biodiversidad. Y la destrucción de la biodiversidad altera el régimen de las lluvias, el clima y contribuye al calentamiento global. Esa contradicción es insustentable y las poblaciones de la ciudad empezaron a darse cuenta y exigir cambios.
8. La privatización de la propiedad de las aguas sea de los ríos y lagos, o del agua subterránea, aumentará el precio y restringirá el consumo para las poblaciones de baja renta; además, traerá graves consecuencias sociales. En diversos países del continente americano, las tres mayores empresas del sector: Nestlé, Coca-cola y Pepsi ya poseen el control de la mayor parte del mercado del agua potable vendida en botellas.
9. El aumento de la compra de tierras por las empresas extranjeras y su desnacionalización de forma incontrolable trae contradicciones en la soberanía política de los países.
10. La ampliación y el uso de la agricultura industrial para la producción de los agro-combustibles, amplía todavía más el monocultivo, el uso de fertilizantes de origen petrolero y no resuelven el problema del calentamiento global y de la emisión de gas carbónico. La causa principal de ese problema es el crecimiento del uso del transporte individual en las grandes ciudades, estimulado por la ganancia de las empresas automovilísticas. Por lo tanto, el fomento de la agricultura de agro-combustibles no resolverá el problema, sólo se agravará, por sus efectos perversos en la destrucción de la biodiversidad.
11. El proyecto de redivisión internacional del trabajo y de la producción transforma muchos países del hemisferio sur en meros exportadores de materias primas, haciendo inviable los proyectos de desarrollo nacional, que puedan garantizar empleo y distribución de renta para sus poblaciones. Eso va a generar concentración de renta, paro y migración hacia los países del hemisferio norte.
12. Las empresas del agro, aliadas con el capital financiero, están avanzando también en la concentración y centralización de las redes de distribución de supermercados, con el oligopolio mundial de las redes Wal-Mart, Carrefour, etc. Ese proceso va a destruir miles de pequeños almacenes y comerciantes locales, generando consecuencias sociales incalculables.
13. La agricultura industrial necesita utilizar cada vez más hormonas y medicamentos industriales para la producción masiva de animales para el matadero, en menor tiempo, como aves, ganado y porcinos. Y eso está generando consecuencias en la salud de la población consumidora.
14. Los grandes propietarios de tierra no controlan más el proceso de producción y los márgenes de ganancia. Ellos son rehenes de las empresas que controlan la producción y el comercio. Por eso la mayor parte de la ganancia queda con las empresas en la esfera del comercio. Para compensar esa división de su tasa de ganancia, los capitalistas del agro aumentan la explotación de los trabajadores asalariados, imponen el trabajo estacional, temporal, con empleo por sólo algunos meses por año. ¡Y en diversos países está resurgiendo formas de trabajo análogas al trabajo esclavo, de superexplotación, donde los sueldos no son suficientes para la reproducción humana y quedan siempre debiendo a los “patrones”! Aumenta también la explotación del trabajo femenino e infantil, sobre todo en los períodos de cosecha de productos que exigen mucha mano de obra, estimulando la migración de trabajadores temporales, sin garantizarles ningún derecho social.
15. En el modelo de dominio del capital sobre la agricultura no hay alternativas de empleo y renta para la juventud. Y eso es una enorme contradicción, pues si un sector productivo no cuenta con la juventud, no tendrá futuro.
16. Inmensas regiones del interior de los países están quedando deshabitadas, como si la única forma de supervivencia humana fuera la aglomeración de la población en las grandes ciudades. Y allá, en tan grande concentración demográfica las condiciones de vida empeoran cada vez más. ¡Se practica una agricultura sin personas! El ejemplo más ilustrativo de esa contradicción es que hoy en Estados Unidos la población carcelaria es más grande que la población que vive en un medio rural.
III- Un nuevo programa campesino para la agricultura
En la literatura de la economía política y de la sociología hay mucha confusión sobre la expresión y concepto de lo que es campesino. En general, su referencia es utilizada asociada a la formas de producción del pasado, en función del origen de clase pre-capitalista de los campesinos. En la historia del capitalismo industrial, el capital utilizó de diferentes formas de convivencia y explotación del trabajo agrícola campesino para su lógica de acumulación. En general se combinó las dos formas clásicas y contradictorias, pero dialécticas: la destrucción y Al mismo tiempo la reproducción de las formas campesinas.
En el movimiento de La Vía Campesina internacional, estamos acumulando debates y teorías que proponen, un nuevo modelo de organización agrícola, basada en la hegemonía de los trabajadores del campo, que viven en la condición de campesinos. Pero las formas de organizar ese nuevo modelo dependen de las condiciones objetivas, de las fuerzas productivas y de la naturaleza de cada país, y del grado de expresión social de ese segmento de los trabajadores.
Llamamos nuevo programa, porque en realidad es un programa popular, anti-capitalista, anti modelo de dominio del capital. Un nuevo modelo de producción bajo control de los trabajadores, para que produzcan en función de las necesidades y de los derechos de todo el pueblo.
Es prácticamente imposible sistematizar en un único enunciado las propuestas que los movimientos campesinos en cada país han defendiendo como plataforma alternativa de modelo agrícola. Eso porque que cada país tiene sus especificidades naturales, de las fuerzas productivas, de las clases y de la correlación de fuerzas.
El objetivo aquí es señalar las principales banderas y propuestas que representan un resumen de lo que a nivel de América latina, ha aparecido como propuestas del movimiento campesino para un nuevo modelo de organización de la producción agrícola en sus países.
1. Implementar un programa de producción agrícola e hídrico, que priorice la soberanía alimentaría de cada país, con la producción de alimentos sanos. Eso significa que los estados deben desarrollar políticas de estimulo y de apoyo que permitan, que cada región de su país pueda producir todos los alimentos que la población necesita.
Y así se alcanzaría la soberanía de alimentos en todos los países. Ese debe ser el objetivo principal y prioritario de cualquier programa de desarrollo agrícola y rural: garantizar la soberanía alimentaría de su pueblo.
Y el comercio agrícola internacional se reduciría al intercambio entre los países de aquellos productos excedentes o complementarios de la canasta básica de los hábitos alimenticios de cada pueblo. Ese debe ser el objetivo principal de la organización de la producción agrícola en cada país y de todos los países del mundo.
2. Impedir la concentración de la propiedad privada de la tierra, de los bosques y del agua. Hacer una amplia distribución de las más grandes haciendas, instituyendo un límite de tamaño máximo de la propiedad de bienes de la naturaleza. La esencia de la reforma agraria debe ser la amplia democratización del acceso de los trabajadores, de los campesinos, de la población que viven en el medio rural para la posesión y el uso de la tierra, del agua y de los bienes de la naturaleza.
3. Adoptar sistemas de producción de los alimentos basados en la diversificación de la agricultura. Es decir, el monocultivo destruye el equilibrio de la naturaleza e impone el uso de agro tóxicos. Debemos desarrollar prácticas de agricultura diversificada en todas las áreas para que tengamos producción y trabajo a lo largo de todo el año, y producidos de forma equilibrada entre la biodiversidad y el medio ambiente.
4. Adoptar técnicas de producción que busquen el aumento de la productividad del trabajo y de la tierra, respetando el ambiente y la biodiversidad. Combatir el uso de agrotóxicos, que contaminan los alimentos y la naturaleza. Esas técnicas han recibido, en general, la denominación de prácticas agroecológicas aunque, en cada país hay expresiones diferenciadas para explicitar los mismos métodos de producción.
5. Desarrollar la organización de agroindustrias en pequeña y mediana escala, en la forma de cooperativas, bajo control de los trabajadores industriales y de los campesinos que producen su materia prima. La agroindustria es una necesidad del mundo moderno para poder conservar los alimentos y transportarlos a las ciudades. Pero debemos garantizar que las agroindustrias estén bajo control de los trabajadores y campesinos para que la renta del mayor valor agregado a los productos sea distribuida entre los que trabajan. Y a la vez, adoptando menor escala, se puede diseminar por todas las regiones y municipios rurales, generando más oportunidades de empleo y renta para los jóvenes del medio rural, más abiertos a trabajar en esos emprendimientos agroindustriales.
6. Adopción de maquinas agrícolas que reduzcan el grado de esfuerzo físico de las personas, pero que se adecuen mejor al medioambiente, y por lo tanto deben ser en escalas menores y adaptadas a la estructura agraria campesina, de pequeñas y de medianas escalas de producción.
7. La producción de alimentos de cada país debe ser controlada por las fuerzas sociales del propio país, sean los gobiernos, las empresas y trabajadores en general y campesinos. Se debe impedir que empresas extranjeras controlen la producción de insumos agrícolas y alimentos en cualquier país.
8. Defender una “política de deforestación cero” preservando la naturaleza y usando los recursos naturales de forma adecuada y en favor del pueblo que allá vive. Es posible producir los alimentos necesarios para la población local, en todos los países del mundo, sin necesidad de destruir ninguna hectárea más de biomasa de bosques o de cobertura vegetal nativa.
Exigir que los gobiernos promuevan planes masivos de reforestación con árboles nativos y frutales en todas las áreas ya degradadas de nuestros países.
9. Preservar, difundir y multiplicar las semillas nativas y mejoradas, de acuerdo con nuestro clima y biomasa, para que todos los agricultores tengan acceso e impedir la difusión de las semillas transgénicas. Los agricultores tienen el derecho y el deber de producir sus propias semillas, controlarlas y tener acceso a tecnologías que puedan mejorarlas genéticamente, adecuándolas a las biomasas locales y a la búsqueda de una mayor productividad.
10. Asegurar que el agua, como un bien de la naturaleza sea un derecho de todo ciudadano. No puede ser una mercancía y debe ser gerenciala como un bien público, accesible a todos y todas. Defendemos un programa de preservación de nuestros acuíferos (capas freáticas en el subsuelo), y todas las fuentes naturales existentes en nuestros países. De igual manera, los estados deben desarrollar políticas de reforestación en los márgenes de ríos y lagos, y de protección de las nacientes del agua, como también desarrollar políticas de almacenamiento adecuados de las aguas de las lluvias.
11. Implementar un proyecto energético popular para el país, basado en la soberanía energética y garantizar el control de la energía y de sus fuentes al servicio del pueblo. Eso significa que en cada pueblo, cada municipio y región de nuestros países pueden desarrollar la producción y distribución de la energía a partir de las fuentes renovables, no agresoras ni depredadoras, como son las fuentes agro-combustibles, de represas, eólicas y solar. La soberanía energética de un pueblo es el control que debe tener sobre las fuentes de energía y la producción renovable, que necesita y utiliza.
12. Garantizar la posesión, uso y legalización de todas las tierras/territorios de las comunidades nativas, indígenas y tradicionales, y respeto a sus culturas.
En todos los países hay innumerables comunidades nativas, que de acuerdo con la cultura local son denominadas como pueblos indígenas, comunidades nativas o comunidades autóctonas. En el caso brasileño y de otros países que sufrieron con la “plantation” con trabajo esclavo, hay diversas comunidades afrodescendientes remanentes de la esclavitud (conocidas en Brasil como Quilombos), que viven en territorios ocupados hace decenas de años, pero no legalizados. Esas comunidades resistieron de todas las formas al avance de la propiedad privada y del capitalismo.
(Plantation fue la forma de organizar el agro en las colonias, que mezclaba, grandes extensiones de tierra, monocultivo, trabajo esclavo y destinada al mercado europeo)
Es fundamental para la construcción de un nuevo modelo de producción agrícola y de ocupación democrática del territorio, que todas esas comunidades estén aseguradas por el estado, con sus derechos históricos sobre los territorios, tierras y bienes de la naturaleza que ocupan.
13. Prohibición de que cualquier empresa extranjera sea propietaria de tierras en cualquier país del mundo.
Como parte de la internacionalización del capitalismo a través de las empresas transnacionales y financiadas por el capital financiero hay una ofensiva en la compra de tierras, en la mayor parte de los países del hemisferio sur, por empresas imperialistas del norte; o algunas veces hasta las mismas grandes empresas del hemisferio sur, que actúan también en minería e hidroeléctricas, celulosa etc.
Es fundamental que se prohíba la desnacionalización de la propiedad y uso de las tierras y bienes de la naturaleza, (como el agua, la biodiversidad, la minería) por parte de esas empresas extranjeras. La soberanía de los pueblos debe ser asegurada, impidiendo el control del territorio por empresas extranjeras de cualquier país.
14. Promover el desarrollo de políticas públicas para la agricultura, por medio del Estado, que garanticen:
a) Prioridad para la producción de alimentos para el mercado interno;
b) Precios rentables a los pequeños agricultores, garantizando la compra a través de diversos mecanismos estatales o sociales.
c) Una política de crédito rural, en especial para la inversión de los pequeños y medianos establecimientos agrícolas;
d) Una política de investigación agropecuaria controlada por el estado, que priorice la investigación sobre la producción de alimentos y técnicas agroecológicas y que den amplio acceso a los agricultores y democratice sus resultados a toda la población.
e) Adecuar la legislación sanitaria de la producción agroindustrial a las condiciones de la agricultura campesina y de las pequeñas agroindustrias, ampliando las posibilidades de producción de alimentos;
f) Que las Políticas públicas para la agricultura estén adecuadas a las realidades regionales de cada país.
15. Garantizar las políticas de seguridad social para toda población del medio rural, de carácter público, universal y solidario para que todos los trabajadores y trabajadoras tengan acceso a los servicios de salud pública, seguridad social y jubilación.
En la mayoría de nuestros países los campesinos y los trabajadores/as rurales, temporales o permanentes están excluidos de los sistemas públicos de salud, y de la seguridad social, que representa una posibilidad de jubilación y auxilio social. Por eso es fundamental que se universalice esos servicios y las políticas de seguridad social a toda población del campo. ¡Las conquistas que la clase obrera obtuvo tras años de largas luchas en el siglo XX deben ser extendidas a todo medio rural!
16. Rever el actual modelo de transporte individual, en vigor en la mayoría de los países, que es altamente contaminante y puede generar distorsiones con la producción de combustible de origen agrícola.
Se debe desarrollar un programa nacional de transporte colectivo, que priorice los sistemas ferroviarios, el metro, las vías marítimas, los cuales utilizan menos energía, son menos contaminantes y más asequibles a toda población.
Esa condición permitirá desarrollar políticas de agrocombustibles más racionales y que impidan que amplias extensiones de tierra sean desplazadas de la producción de alimentos para la producción de combustibles para uso en automóviles individuales, como es la actual propuesta del etanol y del biodiesel.
17. Educación en el campo, para todos.
Asegurar la implementación de un amplio programa de escolarización en el medio rural, adecuado a la realidad de cada región, que busque elevar el nivel de consciencia social de los campesinos y de las campesinas, universalizar el acceso de los jóvenes a todos los niveles de escolarización y, en especial, a la enseñanza secundaria y superior.
Desarrollar una campaña masiva de alfabetización de todos los adultos.
Los programas de acceso de los jóvenes a la universidad deben estar combinados con la vivienda en el medio rural, y realizados en la forma de alternancia, combinando teoría y práctica, para evitar que la enseñanza superior sea un estimulo al éxodo rural. Al contrario debemos estimular que los jóvenes puedan aplicar los conocimientos de la universidad en sus comunidades rurales.
18. Cambiar los actuales acuerdos internacionales de la Organización Mundial de Comercio (OMC), y acuerdos bilaterales de comercio, que influencian la producción y el comercio agrícola, que defienden sólo los intereses del capital internacional, del libre comercio, en detrimento de los campesinos y de los intereses de los pueblos del sur.
Los actuales acuerdos reflejan sólo necesidades de acumulación y control del capital sobre la producción de mercancías y sobre el comercio mundial. Y son realizados por gobiernos que representan sólo los intereses del capital. Es necesario romper con esas imposiciones ilegítimas, y crear un nuevo marco de representación internacional, donde se asegure la representación y los intereses de los pueblos.
19. Adoptar la producción de celulosa y papel en escalas industriales menores, buscando alcanzar las necesidades de las poblaciones locales, y evitando el monocultivo extensivo, de grandes plantaciones de monocultivos de árboles, que desequilibran el medioambiente.
20. Desarrollo de políticas para mejorar las condiciones de vida en los pueblos y comunidades rurales, garantizando acceso a energía eléctrica, al transporte y a condiciones de vivienda adecuadas a su micro-clima.
21. Estimular que todas las relaciones sociales de nuestras sociedades deben basarse en el cultivo de valores, los cuales la humanidad viene construyendo a lo largo de milenios, como la solidaridad, la justicia social y la igualdad. Esos valores no son sólo declaraciones de principios, sino deben orientar nuestro comportamiento cotidiano, en nuestros movimientos, en nuestras organizaciones, en los regímenes políticos y Estados. La sociedad sólo tendrá un futuro si cultiva los valores históricos humanistas y socialistas. ¡Todas las demás sociedades basadas en el individualismo están condenadas al fracaso!
22. Defender y valorizar los hábitos culturales de cada pueblo y comunidad, como una resistencia político-cultural frente a la estandarización que el capital impone.
(Ponencia para el Foro Social del Consejo de Derechos Humanos, de las Naciones Unidas, realizado entre 1-3 de octubre de 2012, en Ginebra, Suiza )
- João Pedro Stedile es Miembro de la Coordinación Nacional del MST – Brasil y de La Vía Campesina.
https://www.alainet.org/es/articulo/161514
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