El secuestro de la cultura por el poder político

Los valores sociales y el secuestro de la cultura por el poder político (II)

10/11/2014
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 “El pensamiento crítico tiene que demostrar cómo las concepciones de las ciencias sociales tradicionales surgen de la apariencia fetichizada de las relaciones sociales." Jorge Luis Acanda.
 
El imperialismo, a falta de territorios “vírgenes” que expoliar o hacia dónde exportar sus crisis, ejerce acumulación rentista de plusvalía sobre los que ya se expandió.
 
Pasando por ese “trapiche” a todo lo que pueda convertir en capital, la cultura capitalista impone su centro(s) de dominio en hegemonía. Los límites entre el centro(s) y su periferia, aun si en busca de transición socialista posible.
 
La sumisión cultural es deshistorizada. El capitalismo intersubjetiva infraconsciencia histórica entre los individuos.[1] (1)
 
Durante la expansión capitalista, la articulación entre modelo de cultura -o sociedad-[2] (2) y acumulación histórica o Cultura-civilización, puede propiciar una de las destrezas semiósicas más dinámicas en un modelo: el camino abierto a una densa mixtura entre culturas originarias y sus sistemas semióticos que converjan en el proceso de fundación de un nuevo dominio cultural. Pero la supremacía codicial[3](3) estará en la lengua (idioma) del dominador burgués. El aporte de los dominados (aun si abundante y valioso) será desde lindes periféricos estrictos; sus lenguas, por insuficiente dinámica cultural, terminan punto menos que semantizadas como probable no-cultura cuando el dominador tira la llave de la equidad culturalposible. Las relaciones sociales de producción capitalista reproducirán la coerción que los grupos de poder impongan; negociando niveles a veces forzosos, otras pertinentes -que no inclusión-, para intersubjetividad asimétrica.[4](4) El proceso anterior concurre como soporte del consenso impuesto por la hegemonía capitalista de turno. Hasta los acontecimientos más aberrantes e inhumanos dentro de tal consenso, por parte de la hegemonía angloestadounidense de una forma u otra han sido han sido introyectados dentro del sentido común de las mayorías a pacificar socialmente; aún cuando es esa mayoría la que pone los muertos.
 
Un modelo de cultura (o sociedad) es sistémico mediante relaciones de (fuerza) poder en las que cada polo actuante pugna por cambiarlas a su favor. La sumisión reproducida bajo esas condiciones estará en la acumulación histórica con la que el modelo, intersubjetivamente se articule, incluso, durante una transición[5](5) socialista. Lo que ha favorecido a la acumulación imperialista (secuestro) de los signos de otras culturas, durante lo que Buen Abad dilucida como ofensiva semiótica burguesa a escala global. Al secuestro de las culturas por el poder político de la hegemonía angloestadounidense.
 
El mundo de la mercancía es la condición social para que el hacer humano sea transformado en una objetivación capitalista.[6](6) Martín-Cabrera aún analiza a una ceguera epistemológica inducida por la cultura política capitalista[7](7) donde toda actividad y todo producto social, deviene mercancía; el objetivo de la producción mercantil no es sino el de crear una subjetividad social específica[8](8) equivalente a la cultura capitalista controlada, también, a través del secuestro de los signos de otras culturas y su resignificación a tenor con los intereses de la autoproducción burguesa.
 
Rivera Lugo advierte que "tomar" el poder del Estado es más fácil que refundarlo. En una revolución implica a la refundación del mundo histórico (memoria), a un nuevo orden civilizatorio "portador de unos nuevos fines éticos [en valores sociales] como palanca del desarrollo y el bienestar, como bien advirtió el Che Guevara", porque la construcción de una nueva hegemonía es a partir de una nueva sociedad o cultura; "y no la mera apropiación del aparato estatal"; a propósito de "genuinas inquietudes suscitadas por diversas contradicciones que han irrumpido en el seno de los procesos de cambio revolucionario [transiciones] que se viven en Bolivia y Ecuador [...] [y] reflejan serias diferencias en torno a lo que algunos señalan como la pervivencia en sus respectivos gobiernos de cierto ilusionismo desarrollista y extractivista, propio del modelo colonial de acumulación impuesto por el capitalismo".[9](9) Lugo expone que dentro de esas tensiones se ha evidenciado que esa sola forma de pertenencia, la de ser ciudadano, ha impuesto un solo concepto de nación: el liberal, republicano, cuando los indígenas sostienen dos conceptos de nación, el liberal y el etnocultural; que involucran a dos modos distintos de concernir a la nación: como ciudadanos y como pueblos. La refundación de Bolivia como estado plurinacional ha sido la primera y más eficaz decisión contra el secuestro de la cultura por el poder político capitalista.
 
Los valores sociales neoliberales y su expansión global a través de su reproducción entre los individuos
 
Si la intersubjetivación de los individuos es básica en la autoproducción, su fundamento será el del dominador; la reproducción la que él controle; su modelización cultural, centro (canon) y proveedora de sentido. Provisión que sitúa –si burguesa- al sujeto social dominado (colectivo) en los márgenes del modelo hegemónico.
 
La deshistorización en su ejercicio del poder, se la impone a la intersubjetivación con la periferia de su centro cultural cuando manipula tensiones en la relación que se establece entre la cultura y el poder político a escala local o global. Tal imposición se explica ante la improbabilidad de una única interpretación de la sistémica del mundo humano reductible, de no es por la intrusión cultural imperialista en las tensiones de esa relación que se suscita al interior, hoy, delas redessociales. Sujeto social dominador (colectivo) y sujeto social dominado (colectivo) interactúan gracias a la porosidad de los límites culturales, aun si impuestos por el primero. Teniendo en cuenta que una red relacional puede estar controlada por el poder deshistorizado del sujeto social dominador (colectivo) burgués, el enfoque a disposición del sujeto social dominado (colectivo) es el del vencido que debe otorgar consenso al vencedor autorrepresentándose la situación posvictoria como una relación eterna (Kohan, 2006). El disturbio semántico del concepto transición por ejemplo, nos lleva a trastornos en las redes relacionales, que durante ofensiva cultural burguesa actualizan, en la memoria del vencido a esa relación eterna que, en principio, no es sino la manipulación capitalista de las tensiones en esa relación que se establece entre la cultura y el poder político.
 
Paul Verhaeghe en un artículo publicado en Sinpermiso.info,[10](10) hace hincapié no tanto en una repetida crisis, sino en el cambio de valores hacia su tendencia cultural neoliberal en los últimos casi tres decenios. Y puede discernirse como tendencia debido a que la pugna plantada por la izquierda para enfrentarlo ha sido tan insuficiente como para interpretarla como tal: "tras décadas de investigación y práctica terapéutica, estoy convencido de que el cambio económico [neoliberal] está teniendo un profundo efecto no sólo sobre nuestros valores sino también sobre nuestra personalidad”; en el caso de Cuba, el arduo proceso de perfeccionamiento radical de la transición socialista posible está siendo torpedeado por ese cambio económico globalizado, a través de los referentes culturales que el poder político imperialista introyectó con mayor o menor intensidad resignificando valores indispensables a la sistema socialista sustentable, hasta lograr introducirlos relativamente en la misma reproducción local, a partir de la insuficiente pugna plateada contra dichos referentes.
 
Aún cuando Verhaeghe advierte acerca de la relativa informalidad de su análisis sería estólido y muy peligroso tomarlo demasiado a broma.  
 
En principio comenta acerca de ciertas características necesarias para hacerse hoy de un “galope” social. La de ser elocuentes, para cooptar a la mayor cantidad de gente posible. Aún si mediante contacto superficial, muy frecuente entre la mayoría de la interacción humana hoy en día, sin que llamen mucho la atención los mecanismos empleados. La intensión de promocionar las capacidades propias todo lo que se pueda. Aunque después los otros descubran que no es más que un bluf, porque se puede, y debe mentir con convicción y a su vez no sentirse culpable. Lo que justificará que uno nunca se responsabilice del comportamiento propio.
 
Ser flexible e impulsivo, constantemente en busca de nuevos estímulos y retos. Hasta la conducta arriesgada; sin importar las consecuencias personales o sociales.
 
La crisis financiera actual manifiesta “a escala macro-social en los conflictos entre países de la zona euro lo que la meritocracia liberal hace con la gente. La solidaridad se convierte en un lujo costoso y deja paso a alianzas temporales, siendo la máxima preocupación siempre sacarle más partido a la situación que tus competidores. Se debilitan los vínculos sociales con los compañeros, lo mismo que el compromiso emocional con la empresa o la organización.[11](11)
 
El acoso que antes podía restringirse a las escuelas, ahora se extiende al lugar de trabajo y al mismo espacio público. Y puede discernirse como un síntoma característico del impotente que descarga su frustración con los débiles –recordar la reciente masacre brutal de 43 estudiantes normalistas rurales mexicanos por parte de la policía de Iguala y el cártel de “los Guerreros” en connivencia con las autoridades políticas-; y se conoce como desplazamiento de la agresión. Una derivación de temor oculta mediante la expansiva violencia social ambiente, que va de la ansiedad por el desempeño a un miedo social más amplio, hacia/contra al otro que es percibido como amenaza; y que se manifiesta en la política a nivel global al expedir procesos de embestida contra el cuerpo social a través de variantes de ultraje y ataque contra el otro, o los otros sin que intervengan razones convincentes de facto.
 
La ideología (desde perspectiva marxista), el mal discernimiento de la equivalencia entre religión y nación –el sionismo israelí y el excepcionalismo angloestadounidense. La etnocracia vigente que masacra a las comunidades y las naciones por el solo hecho de poseer recursos naturales que la hegemonía imperialista dilucida como impresionables para si tras deshistorizar a los orígenes de su poder político. Las ubicaciones, no tan “micro” de los puntos de acoso criminal de los cárteles de la droga en sus espacios geo-locales hacia las conexiones que establecen con el acopio rentista de capital globalizado que mediante etno-masacres y ecocidios, acrecenta a la relación de poder que el mismo capital implica durante la insoportable polarización de la riqueza. Volcado sobre las naciones indígenas, las culturas y religiones no occidentales; y sobre todo contra las mujeres, los niños, los ancianos, los no heterosexuales, los discapacitados, los muy pobres. O los muy “eurotípicamente” feos.
 
La adultez contextual padece traqueteos pueriles de mal genio, y celos por trivialidades; recurre a mentiras piadosas, se regocija por la poca fortuna ajena mediante roñosos entusiasmos de desquite. La cultura del capitalismo, en su manifestación neoliberal impide el discernimiento con cabeza propia y trata a los dominados como párvulos prescindibles; dando al traste con el aumento del mercado de la pederastia y la prostitución infantil alcanzado a la sacrosanta e “impoluta” casta de la curia romana. Que al fin y al cabo tienen nada de “divinos” o “selectos”, y son imperfectamente humanos a la postre. ¿Alguien cree ingenuamente todavía que en la reproducción sociorelacional de las religiones no interactúan tendenciosamente la cultura y la política? ¿El Papa Francisco no estará, en estos momentos concentrado en un levantamiento de daños a tales efectos, en medio del genocidio imperialista que sufre el mundo? ¿No se continúa sometiendo a las mayorías humilde como si fueran bobos? ¿Llegará a implementar Barack Ussaín Obama la necesaria ley a favor de los millones de inmigrantes latinoamericanos en los EEUU en el tiempo que le quede en la Casa Blanca por sobre las operaciones de bombardeos con drones a poblaciones indefensas muy lejos del territorio estadounidense?
 
Precisamente el peor daño es el ocasionado al amor propio de las personas es esencialmente la falta de reconocimiento que proviene de los demás. La cábala está no solo en “¿Quién me necesita?”. A su vez en quién decide lo que realmente alguien necesita; y el modo en que esto se reciproca. y en cómo esa acción en forma de capital se desvía hacia el acopio imperialista, sin excluir las ayudas sociales y el monto de las jubilaciones y las hipotecas de las que se benefician los bancos mediante entuertos del mercado financiero que controla una plutocracia global que parece necesitar de nadie. La primera acción con que aplastar al alguien es negarlo como sujeto político. Que se pueda estigmatizar o masacrar a pocos o a muchos sin que el resto de los humanos mueva, de facto, una uña para impedirlo apelando a la nausea contra el empleo de la violencia en un mundo biologizadamente violento.
 
Contra la misma prescindibilidad política, nuestra sociedad proclama constantemente que cualquiera puede conseguir cualquier cosa sólo con esforzarse lo suficiente, ocultando a los privilegios negados a la mayoría de los ciudadanos. Hay cada vez más fracasados del sistema, humillados, “culpables” y avergonzados que pululan por la periferia social. Dentro de una supuesta mayor libertad –interactuando con una férrea desigualdad-, para elegir el rumbo de nuestra vida. Fuera del relato del éxito son inexistentes. A quienes fracasan se les discierne perdedores o disolutos que se benefician de la seguridad social.
 
Verhaeghe reflexiona que:
 
"La meritocracia neoliberal querría hacernos creer que el éxito depende del esfuerzo y los talentos individuales, lo que significa que la responsabilidad reside enteramente en el individuo y que la autoridad debería otorgar a la gente toda la libertad posible para alcanzar esta meta. Para quienes creen en el cuento de hadas de la elección sin restricciones, la soberanía y la autogestión personales son los mensajes políticos preeminentes, sobre todo si parecen prometer libertad. Junto a la idea del individuo perfectible, la libertad que nosotros mismos advertimos que tenemos en Occidente es la mayor falsedad de esta hora y época."[12](12)
 
Porque es una libertad fragmentadora por desocializada; despolitizada de los asuntos y problemas sociales mediante la cultura alienante del capitalismo. El individuo abstracto sometido a las normativas del sistema para ejercer la encomienda del polo neutro insensible a los conflictos que la hegemonía –no pocos olvidan el rol ineludible de la cultura en tal proceso como sustentadora-, de turno exacerba en el retroceso hacia adelante que impone subordinada al poder político que se la engulle.
 
Pero ojo. Hoy la libertad se supedita al éxito, es decir si, como reflexiona Verhaeghe, alguien altamente cualificado se dedica a la crianza de los hijos por delante de su carrera será blanco de las críticas. Priorizar los objetos de un proyecto social, para todos, por sobre los intereses personales es de idiotas; y tal actitud merece el fracaso. Renunciar a un ascenso para dedicarse a otras cosas es de orates, a no ser que garantice el éxito. Ser maestro de escuela primaria no puedo equipararse con un máster en Económicas. ¿Una maestra de primaria? ¡Qué desperdicio!  
 
No existe pérdida o extravío de valores sino metamorfosis de éstos... en deyección. Es la cultura cuando el poder político dominante se la zampa.
 
Existimos en medio de la globalización de una muy pasiva queja por la pérdida de valores sociales, durante la tecno-culturización de las guerras de agresión contra los más débiles o los “ideológicamente” muy feos por diferentes. Demasiadas masacres, muertos inocentes, injusticias; e inútiles clamores al “más allá”. Pero nuestras normas y valores forman parte integral de una identidad. No se pierden, solo cambian para mal o para bien. Y es lo que acontece cuando una economía es soportada por el insuficiente grado de cultura política pertinente que refleja a una ética y a una identidad deformadas. También pienso que el actual sistema capitalista en su vertiente neoliberal “está sacando lo peor de nosotros mismos."
 
 
Desde el litoral oeste de La Habana revolucionaria, marxista, martiana y bolivariana. 09/11/2014
 
Notas


[1] Porque “cuando la historia hecha cuerpo está perfectamente armonizada con la historia hecha cosa, se tiene una complicidad tácita de los dominados con la dominación”. Didier Eribon. Entrevista a Pierre Bourdieu: Los Intelectuales de Hoy. Revista Zona Erógena. Nº 8. 1991. http://www.educ.ar
 
[2] Sobre esta categoría, véase Göran Sonesson, “Dos modelos de la globalización”, Criterios, No. 33, La Habana, 2002, pp. 107-34.
 
[3] La lengua o sistema modelizante de primer nivel, contiene al código de una cultura mediante sistemas semióticos al uso. El código inglés se prorroga hegemónico en la variante angloestadounidense a partir de 1944, y domina por supremacía codicial la interacción entre culturas. (NA)
 
[4] Kohan, al respecto, explica que para "ser eficaz y suficientemente “elástica”, la dominación cultural de las clases dominantes y dirigentes necesita incorporar siempre elementos de la cultura de los sectores dominados.”Néstor Kohan. Desafíos actuales de la teoría crítica frente al postmodernismo. (Cátedra Che Guevara – Colectivo Amauta). http://amauta.lahaine.org
 
[5] Refiere “a los procesos sociales, apunta a un cambio sustancial […] organizativo, a una transformación de carácter sistémico. No […] cualquier cambio, sino a aquellos que afectan el carácter cualitativo de la sociedad”Jorge Luis Acanda. Transición. RUTH. Cuadernos de Pensamiento Crítico. No. 1/2008. RUTH Editorial. Panamá. pp. 40-60. p.43
 
[6] Ver: Sergio Tischler. El “hoyo” epistemológico. Crisis y ceguera sistémica. Rebelión. 30-09-2009 http://www.rebelion.org/mostrar.php?tipo=5&id=SergioTischler&inicio=0
 
[7] Luis Martín-Cabrera. El circo mediático en EE.UU. Bin Laden y "La carta robada". Rebelión. 04-05-2011. http://www.rebelion.org/noticias/ee.uu./2011/5/bin-laden-y-la-carta-roba...
 
[8] Ver: Jorge Luis Acanda. El malestar de los intelectuales. Temas. La Habana. 2002. Nro. 20. págs.
 
[9] Carlos Rivera Lugo. La soberanía comunitaria. Claridad/Rebelión. 01-09-2010. www.rebelion.org
 
[10] Paul Verhaeghe. El neoliberalismo ha sacado lo peor de nosotros mismos.. Sinpermiso.info. 19/10/14.
 
[11] Ibídem.
 
[12] Ibídem.
https://www.alainet.org/es/articulo/165420
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