Tierra, techo y trabajo (III)
16/11/2014
- Opinión
El impacto en redes sociales, prensa escrita, oral, en círculos políticos y su análisis en “tanques pensantes” de universidades y otras organizaciones, porque el Papa Francisco dio un paso profundo, en el Encuentro Mundial de Movimientos Populares (27-29-Oct.-2014 ) organizado por entidades afines al Vaticano, está llevando a diversos juicios –públicos y privados- que van desde la apreciación de su valentía, hasta el análisis en el culto católico y otros, junto al universitario, de qué prosigue en un mundo tan complejo.
Un Planeta en que toman posiciones: organizaciones de países –Los 8, los 20, OTAN, UE, CELAC, UA, BRICS y sus subdivisiones- junto a la Organización de países del Pacífico Sur y otros países que caen en la égida del imperio estadounidense. Todos se han removido con las posturas papales –fuera de todo signo religioso- y el acompañamiento del líder fundamental de los pueblos originarios y olvidados, dentro y fuera de todas las naciones del Planeta.
Ya vimos que se deliberó acerca de la tierra, el trabajo y la vivienda, en calidad de grandes problemas y desafíos que enfrenta la familia humana -excluida, desigual, violentada y en crisis ambiental- desde la visión de los pobres y sus organizaciones. Estos temas forman parte de la agenda de los países pobres, desde los años setenta en que México impulsó la Carta de derechos y deberes de los Estados, que forma parte preponderante de los acuerdos al interior de la ONU y sus agencias especializadas. Ver: http://www.dipublico.com.ar/3978/resolucion-3281-xxix-de-la-asamblea-general-de-las-naciones-unidas-carta-de-derechos-y-deberes-economicos-de-los-estados/
De los tres temas se recogieron en el evento comentado, experiencias, observaciones y propuestas de líderes de diversas organizaciones, que llevan décadas en lucha por obtener objetivos atendibles para que el combate a la pobreza no sea solo “una llamarada de petate”, como hasta ahora han sido las políticas negociadas y acordadas en los organismos de la ONU, que son aplicadas selectivamente por los países pobres.
Francisco se puso al lado de los pueblos al proclamar: "¡La reforma agraria es una necesidad no sólo política sino moral!”, cuyas circunstancias negativas se acentúan exponencialmente diríamos, al desalojar al ser humano del centro del sistema, para incorporar en su lugar al dinero, en aquellas maneras que llevaron a la economía del Planeta a convertirse –frase de Evo Morales- "en una civilización despilfarradora"…Hay que refundar la democracia y la política, porque la democracia es el gobierno del pueblo y no el gobierno de los capitales y de los banqueros"..."hay que respetar a la Madre Tierra" y aquí lanza el boliviano su propuesta: que los Movimientos Populares creen "una gran alianza de los excluidos" para defender los "derechos colectivos".
En la actualidad, tras los empeños de diversos países que originariamente implantaron reformas agrarias locales –México entre ellos- el concepto de “reforma agraria integral” se incluye con el de “soberanía alimentaria” como rutas para el “buen vivir”. Las tres nociones, hoy entrelazadas, son producto de luchas de autoafirmación de Vía Campesina y de pueblos originarios, quienes los unen en su empeño de dignidad humana, frente al capitalismo que, junto a su “mundialización imperialista”, es latifundista al expropiar vastos territorios para vaciar sus recursos naturales y utilizarlos en el bienestar de unos cuantos o en especulación financiera global. http://www.biodiversidadla.org/Portada_Principal/Documentos/Reforma_Agraria_Integral_como_lucha_de_clases
“Enfrentar los destructores efectos del Imperio del dinero –remató el Papa-los desplazamientos forzados, las emigraciones dolorosas, la trata de personas, la droga, la guerra, la violencia y todas esas realidades que muchos de ustedes sufren y que todos estamos llamados a transformar …” tendrá que realizarse en la solidaridad en su sentido más profundo y a la vez llano diríamos. “Me preocupa la erradicación de tantos hermanos campesinos que sufren el desarraigo, y no por guerras o desastres naturales. El acaparamiento de tierras, la desforestación, la apropiación del agua, los agrotóxicos inadecuados, son algunos de los males que arrancan al hombre de su tierra natal” recalcó Francisco.
La peor injusticia fue destacada: Francisco afirmó que “la otra dimensión del proceso ya global es el hambre. Cuando la especulación financiera condiciona el precio de los alimentos tratándolos como a cualquier mercancía, millones de personas sufren y mueren de hambre. Por otra parte se desechan toneladas de alimentos. Esto constituye un verdadero escándalo. El hambre es criminal, la alimentación es un derecho inalienable.
Evo fue agudo: “los pueblos indígenas son los que históricamente tienen la moral y la ética para poder hablar del cuidado del medio ambiente. El primer enemigo del planeta es el hombre mismo"; por ello instó a todos los pueblos a cuidarlo: “esa responsabilidad no es sólo de los países en vías de desarrollo, sino fundamentalmente de los países industrializados que han dejado al mundo al borde de su extinción…la mejor forma para acabar con la pobreza es "adoptar medidas para enfriar el planeta".
De los diálogos intensos tenidos en esta original cita -acallada por los poderes mediáticos y fácticos y observada con recelo por las naciones ricas y sus corifeos- resultaron dos actividades esenciales: creación de un espacio de diálogo permanente con el Vaticano a partir de una plataforma básica que asume que “Tierra, Techo y Trabajo son derechos sagrados”, en consonancia con la lucha por la paz y la preservación de la naturaleza; y el impulso regional para la articulación internacional autónoma de los movimientos sociales.
Para algunos, la iniciativa del evento, auspiciado por el Vaticano, en coordinación con diversos movimientos populares del mundo, le da un toque confesional. Para ello no existe fundamento. Apenas si fue un punto de encuentro para dar cauce a reclamos puntuales por la realidad que oprime a la humanidad, analizando sus causas orgánicas, a fin de reconocer el denominador de convergencia que lleve a proceder colectivamente para salir de la opresión y omisión vigentes.
En la Declaración final: “Se compartieron cifras horrorosas de la desigualdad y concentración de la riqueza, en manos de un puñado de mega millonarios. Panelistas y oradores coincidieron en que debe buscarse en la naturaleza inequitativa y depredatoria del sistema capitalista, que pone el lucro por encima del ser humano, la raíz de los males sociales y ambientales. El enorme poder de las empresas trasnacionales que pretenden devorar y privatizarlo todo –mercancías, servicios, pensamiento– son 1er violín de esta sinfonía de la destrucción”.
Precisa: “Durante el trabajo en talleres se concluyó que el acceso pleno, estable, seguro e integral a la tierra, el trabajo y la Vivienda, constituyen derechos humanos inalienables, inherentes a las personas y su dignidad, que deben ser garantizados y respetados. La vivienda y el barrio como espacio inviolable por Estados y corporaciones, la tierra como un bien común que debe ser compartido entre todos los que la trabajan evitando su acaparamiento y el trabajo digno como eje estructurador de un proyecto de vida fueron algunos de los reclamos compartidos”.
“También abordamos el problema de la violencia y la guerra, una guerra total o, como dice Francisco, una tercera guerra mundial en cuotas. Sin perder de vista el carácter global de estos problemas, se trató con particular intensidad la situación en Medio Oriente, principalmente la agresión contra el pueblo palestino y kurdo…Pudimos conoce datos más recientes sobre contaminación y cambio climático, las predicciones sobre futuros desastres naturales y pruebas científicas de que el consumismo insaciable y la práctica de un industrialismo irresponsable que promueve el poder económico, explican la catástrofe ecológica en ciernes”.
En la evaluación final, se puso énfasis en que los temas abordados se interrelacionan y son problemas “sistémicos”. En los intercambios existió una cultura de diálogo plural que les llevó a “escucharnos, entendernos, respetarnos y asumir responsabilidad”, trascendiendo las diferencias sin negarlas, asumir compromisos, al centrar la mira en una meta común.
Puebla, Pue. 16-Nov-2014.
https://www.alainet.org/es/articulo/165559
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