Europa se chileniza

28/11/2014
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Tú me dirás que yo le tengo manía a los economistas y a los políticos corruptos, y te ruego que dejes pasar este último gazapo visto que en los tiempos que corren la expresión “político corrupto” está por entrar en la categoría de pleonasmos de la RAE. En todo caso llevas razón. Y también la RAE.
 
Cuando uno se entera que el Sr. Sócrates (me refiero al ex primer ministro portugués, no al filósofo griego ni al futbolista brasileño) está preso por corrupción, que Tony Blair se está escapando por puntos, que la ministro de Salud de España dimite por la trama Gürtel, que la Directora-gerente del FMI está siendo procesada en el marco de una villana estafa al erario público en Francia, que Sarkozy pagaba sus campañas presidenciales con plata de Kadafi, que Jean-Claude Juncker organizaba la evasión fiscal a escala industrial… en fin la lista es inacabable y si no me crees le preguntas a la infanta Cristina o más cerca de nosotros a Piñera, llega al extremo de pensar que “político” y “corrupto” son sinónimos.
 
Pero lo mío va –como siempre– de los economistas. ¡Tanto boludo estudiando los arcanos de esa “ciencia”, hablando en difícil y haciendo como que entendiese, para los resultados que vemos ante nuestras narices!
 
¿Cómo salir de la crisis? Silencio. O mejor dicho, el mismo cacareo insulso que contribuye sistemáticamente a empeorar el desastre. Mejor aún, ¿qué provoca las crisis? Silencio. Como en las encuestas al pedo, el economista “no sabe, no opina, no responde”. Sin embargo, para encontrarle un remedio al mal sería un buen punto de partida el conocer sus causas, ¿no? No.
 
Como ya sabes, y si no lo sabes es que vives en Babia, Europa va mal, o va de culo si prefieres, que con 30 millones de currantes sin laburo tampoco es cosa de jugarla tan fina.
 
Visto que la crisis se eterniza, Jean-Claude Juncker, presidente de Europa, ex presidente de la comisión de ministros de finanzas del euro, y ex primer ministro de Luxemburgo, el mayor paraíso fiscal de Europa continental, o sea un rufián (por eso está donde está), anuncia urbi et orbi un plan de relance de la economía.
 
Hasta Juli-Juli, nuestra nieta de seis años, sabe que un plan de relance reposa sobre un aumento del gasto público, y también sabe que los Estados europeos se la gastaron toda salvando un sistema financiero truhán y no tienen ni uno.
 
De modo que el anuncio de Jean-Claude provocó un par de preguntas que cayeron de cajón: ¿cuánto? y ¿de dónde?
 
Para “despertar” la economía europea, Jean-Claude propone inyectarle 315 mil millones de euros. He ahí para el cuánto. Si la cifra puede parecer importante en Burkina Fasso, representa apenas un pijotero 2,4% del PIB europeo, que es como enviar a Nemo a sacudir una ballena azul.
 
Como será de rasca, que es incluso inferior al porcentaje del PIB que debía recaudar la reforma tributaria de Bachelet, el porcentaje original digo, porque después de la “cocina” de Andrés Zaldívar… lo insuficiente se transformó en miserable.
 
Para responder a la cuestión ¿de dónde?, nuestro amigo Jean-Claude descubrió la pólvora: la “alianza-público-privada”, ese matrimonio entre la merluza y el huemul que suele saldarse por el pillaje de lo que queda en las arcas fiscales.
 
De modo que en su desaforada creatividad, Jean-Claude propone crear un fondo de inversiones en el que los Estados europeos –para darle “confianza” a los privados– comenzarían poniendo 5 mil millones de euros, lo que equivalente a un 0, 038 % de su PIB, no sé si te das cuenta de la calidad del chiste.
 
Para ser justos, Jean-Claude asegura que pondrá otro resto hasta llegar a 20 mil millones. Todo lo demás, para llegar a los pijoteros 315 mil millones, vendría de los efectos de apalancamiento del billete que pondrían los privados.
 
Apalancamiento, figura financiera que consiste en poner cien para pedir un crédito de mil, gracias a los cuales se piden otros diez mil que abren la puerta a una pedida de cien mil. La genialidad del mecanismo se mide en que provocó la crisis del 2007 de la cual aún no salimos.
 
Algo me dice que estos tíos cayeron en el integrismo homeopático. Ya tu sabes: un principio básico de la homeopatía dice que el veneno cura, siempre y cuando lo ingieras en dosis microscópicas.
 
De modo que el “electrochoc” que Jean-Claude quiere administrarle a la economía europea utilizará menos corriente que la que produce HidroAysén, y movilizará, proporcionalmente, menos recursos financieros que nuestra pinche reforma tributaria.
 
No es Chile el que se pone a nivel del primer mundo: es Europa la que se está chilenizando.
 
 ©2014 Politika | diarioelect.politika@gmail.com
 
https://www.alainet.org/es/articulo/165789?language=en

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