El futuro de Petroperú en los lotes III y IV
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No comparto la opinión del congresista y amigo Manuel Dammert sobre la ministra del despacho de energía y minas, la abogada Rosa María Ortiz, a la cual califica como lobista por los cambios de rumbo que ha impuesto sobre la participación minoritaria de PetroPerú en los lotes III y IV asociada con el grupo Graña y Montero Petrolera S.A. y por extensión a la posible participación de la petrolera estatal en los lotes 192 (1-AB) y 64 que fue cedido sin costo alguno a PetroPerú por Talismán a fines del 2012.
Lobista no es, su formación en el derecho sin ninguna experiencia de gestión empresarial en el sector de hidrocarburos, minería o electricidad la limita a ser una competente asesora como la conocí hacia el 2009 cuando era ministro del sector el ing. Pedro Sánchez Gamarra. Por lo que sé tampoco es una profesional proclive a las actividades poco o nada transparentes y de posibles negocios oscuros como otros ministros que no diferenciaban los intereses públicos y privados.
Por tanto, siendo una profesional competente, decente y legalista su posición respecto al futuro de PetroPerú y su participación en los lotes III y IV más que sea con el 25 por ciento, debe ser analizada confrontando el espíritu de la ley que declara de interés público la modernización de la refinería de Talara con sus respectivos candados y la realidad petrolera del noroeste.
Se debe reconocer que en una decisión legítima y legal, PerúPetro organismo responsable de la promoción de los contratos, dispuso la participación de hasta el 25 por ciento del capital social a favor de PetroPerú en la licitación de los lotes III y IV en el marco del rol subsidiario del estado en la economía. Por tanto para Graña y Montero contar con el 75 por ciento restante le resultaría atractivo y rentable.
Así, en negociaciones que han durado meses entre marzo a diciembre del 2014, la empresa Graña y Montero calificada para operar ambos lotes aceptó la presencia minoritaria de la petrolera estatal, con altos compromisos de inversión para un contrato de 30 años, que le permitirá más que duplicar su actual producción de crudo, pues a la explotación de los lotes I, V le sumará la producción de los lotes III y IV, es decir pasará de producir 1,755 barriles diarios a casi 5,000 barriles por día.
En tal sentido, con las reservas probadas existentes en los lotes III y IV que suman un poco más de 24 millones de barriles, y una producción promedio en ambos lotes de 3,000 barriles diarios, se tiene asegurado un horizonte de 21 años (24 MMB / 3 MBDC* 365 días), sin contar con las reservas probables y posibles que está dejando Interoil S.A. al nuevo operador.
Seguramente a la ministra le preocupa los pasivos firmes y/ contingentes es decir a futuro que podría significar las operaciones en los lotes III y IV para Graña Y Montero y por extensión a PetroPerú que participaría en el negocio con el 25 por ciento. Es decir, los pasivos entiéndase deudas que podrían poner en riesgo la capacidad de pago de la petrolera estatal para financiar la modernización de la refinería de Talara que representaría una inversión de un poco más de 2,750 millones de dólares para PetroPerú que serían repagados en un horizonte de varios años.
A la ministra le debería preocupar la posición de Graña y Montero Petrolera que en una propuesta optimista necesaria para ganar la licitación ofreció asumir el compromiso de realizar 230 pozos de desarrollo en el lote III y 330 pozos de desarrollo en el lote IV en los primeros 10 años de vigencia de contrato.
Es decir, Graña y Montero haría 560 pozos de desarrollo en ambos lotes con un valor de inversión de US $ 560 millones de los cuales el 25 por ciento sería a cuenta de PetroPerú, es decir, unos US $ 140 millones en un período de 10 años, nos determina un compromiso de inversión de US $ 14 millones en promedio por año para la petrolera estatal.
Al margen del optimismo exagerado de Graña y Montero en el compromiso asumido en la perforación de 560 pozos de desarrollo en los lotes III y IV si se compara su comportamiento en los lotes I y V donde en 20 años apenas ha perforado 93 pozos de desarrollo, 79 en el lote I y 14 en el lote V.
Sabe la ministra ¿Cuántos pozos de exploración, actividad de riesgo perforó Graña y Montero en 20 años en los lotes I y V? Apenas dos. Sabe la abogada Rosa María Ortiz ¿cuántos pozos exploratorios hizo la estatal china Sapet en 20 años en el lote VI/VII? Apenas uno.
Sabe la responsable del sector ¿cuántos pozos de desarrollo realizó Graña y Montero en el lote I cuando el precio del crudo se mantenía por encima de los 40 dólares el barril y alcanzaba los 100 dólares entre el 2005 al 2014? Según la información oficial se realizaron 71 pozos de desarrollo en el lote I y en el lote V apenas 11 pozos.
Es decir, Graña y Montero en el período de bonanza de los precios del petróleo apenas realizó 82 pozos de desarrollo en los lotes I y V y ahora se ha comprometido a la perforación de 560 pozos de desarrollo en los lotes III y IV en los próximos años 10 años. Por ello cabe interrogarse si estas inversiones ponen en riesgo el financiamiento y el flujo de caja de PetroPerú para financiar la modernización de la refinería de Talara.
Se debe tener presente que la perforación de pozos de desarrollo en la Cuenca de Talara entraña mínimos riesgos como lo expone la práctica de las empresas en la región. En verdad, que la petrolera estatal asuma una responsabilidad en las inversiones en relación a su participación del 25 por ciento, equivalente a US $ 140 millones en un horizonte de 10 años, es decir US $ 14 millones por año, no pone en riesgo alguno el financiamiento de la modernización de la refinería de Talara. ¡Todo lo contrario!
Con reservas probadas de 24 millones de barriles de un crudo de alta calidad el 25 por ciento de las mismas representan un valor de 6 millones de barriles que a un precio promedio de 50 dólares el barril determinan un ingreso bruto de US $ 300 millones de dólares en un horizonte de 21 años. Es decir, con su participación en las reservas probadas de los lotes III y IV PetroPerú está garantizando las inversiones de los US $ 140 millones de dólares que serían de su responsabilidad. Por tanto, no habrían pasivos firmes ni contingentes, en un negocio rentable a pesar de los precios de US $ 50 dólares el barril.
Es más, si ha PetroPerú se le devolvieran los casi 280 millones de nuevos soles anuales por concepto del impuesto general a las ventas de los combustibles en la Amazonía, región que goza de un régimen de exoneración, la petrolera estatal tendría los capitales más que necesarios para financiar su participación del 25 por ciento en los lotes III y IV, sin poner en riesgo el financiamiento de la modernización de la refinería de Talara.
El gobierno en especial la pareja presidencial y la ministra responsable deben reconocer que la forma eficiente, técnica de operar en el sector de hidrocarburos es mediante la integración vertical, es decir la producción de petróleo y gas, articulada a las actividades de refino que es un negocio de márgenes. Por ello, PetroPerú debe tener participación en los lotes III y IV, 192 y 64 como una garantía para financiar la modernización de la refinería de Talara.
Jorge Manco Zaconetti
Investigador UNMSM
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