Primeras Constituciones Latinoamericanas

13/04/2015
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El coloquio de historia ‘Independencia, Constitución y Ciudadanía’, realizado en Cádiz, España, la semana pasada (info: http://goo.gl/3CiMU3) ha sido la oportunidad para examinar las raíces constitucionales latinoamericanas y también la repercusión que tuvo “La Pepa”, esto es la Constitución de Cádiz del 19 de marzo de 1812, dictada por las famosas Cortes, a las que asistieron numerosos diputados de la Hispanoamérica de la época y en las que destacó el quiteño José Mejía Lequerica, a quien Cádiz venera dedicándole placas, efigie, medalla y museo.

 

Las primeras Constituciones que contrastan en la América Latina en formación fueron las de Haití, del 9 de mayo de 1801; Venezuela, del 21 de diciembre de 1811; Quito, del 15 de febrero de 1812; y México (Apatzingán), del 22 de octubre de 1814. La primera, dictada por el líder revolucionario y afrodescendiente Toussaint de Louverture, es un documento excepcional, porque la isla aún era colonia francesa, e incluso porque reconocía esa dependencia; pero creaba, sin embargo, una república con división de poderes, proclamaba los derechos del hombre y del ciudadano e incluía algo impensable en el continente de aquella época: declaró la libertad de los esclavos, abolió toda servidumbre, proclamó la igualdad social y la de todos ante la ley. La venezolana, en cambio, reconoció la independencia plena y creó una república federal, con ciudadanía restringida (censitaria). La de Apatzingán, dictada por el célebre cura insurgente José María Morelos como “Sentimientos de la Nación” estableció la soberanía del pueblo, libertad, igualdad y tripartición del poder en el Estado.

 

Un Congreso de diputados dictó la pionera Constitución ecuatoriana que creó el “Estado de Quito”, con Ejecutivo, Legislativo, Judicial y falange o milicia propia, aunque todavía hizo una sui géneris mención de fidelidad al Rey, que, en los hechos, no alteró la creación de un Estado libre, defendido por las armas al mando de Carlos Montúfar, que fue derrotado al finalizar 1812. Fue una Constitución diametralmente distinta a la que se dictó en Guayaquil el 11 de noviembre de 1820 (“Reglamento Provisorio”) que solo creó un gobierno plural, su milicia, jueces, diputación de comercio y ayuntamientos, pues las elites estaban más preocupadas por el libre comercio y por la autonomía local que garantizara sus intereses, en contraposición a la visión integradora de Simón Bolívar.

 

Las primeras Constituciones desean crear un nuevo Estado y una nueva sociedad, autónomos y soberanos. Es mera expresión de coyuntura el dependentismo de la haitiana o el fidelismo de la quiteña. También queda clara la soberanía del pueblo, la representación de los diputados y del gobierno, así como los derechos y las libertades, aunque quedó en discusión la ciudadanía censitaria, excepto en la radical y social Constitución haitiana.

 

Esas Constituciones iniciales marcaron también el proceso independentista latinoamericano, cuyas luchas se extendieron hasta 1824, exceptuando Cuba y Puerto Rico emancipados recién en 1898.

 

Ecuador, lunes 13 de abril de 2015

 

- Juan J. Paz y Miño Cepeda, historiador ecuatoriano, es coordinador del Taller de Historia Económica. http://puce.the.pazymino.com

Publicado en El Telégrafo 13/04/2015

https://www.alainet.org/es/articulo/168913
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